Company of Heroes 2 - impresiones alpha

Hay una cosa que me gustó especialmente del primer Company of Heroes. Yo lo llamo "dolor de pecho". Es el tipo de dolor que, imagino, se siente cuando la metralla de una granada te perfora el esternón. No lo he vivido nunca, pero con el extraordinario efecto sonoro de aquel juego me hago una idea. Esa forma de reproducir las frecuencias bajas te pega en las costillas como un impacto de verdad.

Los primeros minutos en la campaña de la segunda parte, Company of Heroes 2, no solo me han hecho revivir estas sensaciones, sino potenciarlas aún más. Tal vez se deba a que nos hemos desacostumbrado con el tiempo. Parece que Relic ha metido un "amplificador" dentro del juego, pero no solo en el sentido sonoro, sino en el realismo. Sin duda, uno de sus primeros y principales efectos es el aumento de un dolor en el pecho que, esta vez, se debe a una mayor empatía en lugar de a la cantidad de decibelios que salen por mis altavoces.

En pocas palabras, no creo que haya probado otro juego de estrategia en vida que genere una empatía tan grande como Company of Heroes 2. Normalmente, el usuario de un juego de estrategia juega a hacer de Dios, lanzando a sus soldados contra otras tropas. Las pérdidas son parte del juego, y mientras sigas ganando nada más te preocupa. Pero en Company of Heroes 2 las tropas se bloquean, se asustan, se retuercen de dolor con los impactos y agonizan en el suelo. Muchas veces dan ganas de pulsar el botón "retirada", porque cuando tus tropas se ven diezmadas por un mortero enemigo, ¡ay amigo! ¡Cómo se nota el dolor torácico!

El juego sigue la misma fórmula que su predecesor, pero en esta ocasión sucede en el Frente Oriental de la Segunda Guerra Mundial. Los héroes son los rusos, que se comprometen a resistir ante las garras del ejército germano. A diferencia del primer Company of Heroes, en el que desempeñábamos el papel de una fuerza de invasión en un territorio desconocido, en esta 'secuela' los rusos juegan en casa. Es por lo tanto una guerra defensiva en lugar de una práctica de ataques, algo que se nota claramente en la diversidad de herramientas defensivas que ofrece el juego en un momento.

La versión que hemos probado es una temprana revisión en fase alpha con multijugador, así que no puedo pronunciarme demasiado sobre la campaña en solitario. En cualquier caso, se pueden percibir las primeras novedades. Las tropas cuentan con la capacidad de lanzar cócteles molotov, pueden unirse cuando se ven diezmadas y, lo más importante, transmiten lo que tienen a la vista. En esta segunda entrega, de hecho, se introduce la característica denominada "True Sight", que se deshace de la vieja "Fog of War" para restituir un campo de visión que tenga en cuenta no solo el territorio conquistado, sino también los obstáculos presentes. Más de una vez me dispuse a dirigir tropas a un punto a conquistar, vi cómo un montón de enemigos aparecían de la nada y a continuación arrasaron a mis hombres sin piedad. Este aspecto crea un elemento de sorpresa muy realista que puede ser aprovechado sin duda por los jugadores y por sus contrincantes.

Otro aspecto, este ya visto en acción durante la pasada Gamescom, viene dado por el motor que regula las condiciones atmosféricas. El frío glacial de Rusia tiene un enorme impacto en nuestros soldados, que pueden llegar a morir congelados si no tenemos cuidado. Además, la nieve y el hielo afectan al movimiento de personas y vehículos, añadiendo una variable inédita al campo de batalla. Una tormenta, por ejemplo, es capaz de bloquear a los adversarios y aliados en un momento inesperado, convirtiendo la escena en una trampa mortal si estás rodeado por el enemigo. La retirada resultará completamente inútil. Viceversa, podremos sacar ventaja de las condiciones meteorológicas adversas para eliminar a los enemigos que se abalanzan sobre nuestras líneas en el momento equivocado.

En la modalidad multiplayer hemos jugado más de una vez tres contra tres, y está claro que es esencial la comunicación entre los jugadores para repartirse los roles. La única manera de conocer la victoria es organizando los ataques dirigidos, a la cabeza con artillería ligera y lanzando nuestras tropas respaldadas por la caballería de los carros de combate. Solo con una gran organización, como en un ejército real, se puede seguir medianamente indemne en territorio hostil.

Desde el punto de vista técnico, a pesar de que quedan unos meses para el lanzamiento (una espera que, por desgracia, puede extenderse a causa de la bancarrota de la editora THQ), el juego presenta evidentes avances respecto a su predecesor. No es solo cosa del extraordinario motor meteorológico, sino también de las mejores animaciones de las unidades y de los espléndidos efectos del fuego y de la destrucción de los edificios. Ver cómo salta por los aires una izba de la estepa nunca fue tan bonito y gratificante.

En el pasado mes de agosto, Company of Heroes 2 nos dejó prendados. Después de las pruebas con la versión alpha, tenemos aún más ganas de que empiece el año en que llegará definitivamente a nuestras manos. Esperamos que este prometedor multijugador se combine con una emocionante campaña en solitario. Si consigue hacerlo mejor que la primera entrega, estamos ante el mejor título de estrategia de la historia.