Funcom se ha asociado con los veteranos en RTS de Petroglyph para desarrollar su próximo juego. Está ambientado en el universo de Conan y es un survival estratégico por fases que recuerda a They Are Billions, se enfoca en el juego cooperativo y es una cuidada mezcla de construcción de bases, combate y exploración. Al comenzar la partida debes elegir tu héroe, y el equipo de Gamereactor empleó a Valeria y a Conan para explorar el principio del juego durante en una breve demo.
Lo primero que tendrás que hacer será intentar organizar un campamento y su economía, como en cualquier otro título de estrategia a tiempo real. La diferencia es que en este caso la exploración tiene recompensa, ya que si vas ampliando el mapa podrás descubrir pueblos y tesoros que te ayuden a avanzar. Entre las cosas que te puedes encontrar hay escorpiones gigantes, bandidos e incluso mini jefes, pero puede que en ocasiones estos encuentros sean más que nada una distracción, ya que el objetivo principal es derrotar las oleadas de enemigos que se dirigen al campamento a intervalos regulares. En otras palabras, hay que encontrar el equilibrio entre los riesgos y las recompensas. Querrás explorar en busca de recursos, pero no te debes alejar demasiado de tu campamento por si necesitas a tu héroe para defenderlo. Una vez tengas bastantes tropas y algo de defensa preparado, puedes extenderte más y declarar la guerra al enemigo con ataques en múltiples frentes.
"Empiezas con lo básico, todo está hecho de madera", dice Renato Orellana, diseñador de Petroglyph. "Arde fácilmente. A medida que avances irás ganando recursos, te expandirás, encontrarás nuevas cosas que construir como como aserraderos o minas y entonces tendrás hierro y cosas por el estilo. Luego deberás investigar para ascender en el árbol de la tecnología y así es como se va fortificando espacio".
La cantidad de información y recursos que había en el HUD era algo desalentadora al principio, pero las primeras oleadas de enemigos resultaron ser lo suficientemente suaves como para que pudiéramos controlarlas. Hay que hacer progresar tanto el árbol de tecnología como el héroe, y también hay que hacer uso de la estrategia al distribuir los edificios para maximizar la producción. Los mapas se generan procedimentalmente, por lo que lo mejor será que explotes las diversas características geográficas que hay, como las formaciones rocosas o las extensiones de agua, para beneficiar a tu economía y defenderte.
Con cada oleada, el jugador recibirá algo de información sobre las características de los enemigos y sabrá desde dónde vienen, teniendo así algo de campo para ajustar tus tácticas. Viendo cómo van cambiando las oleadas en la presentación nos quedó claro que el juego se va volviendo más intrincado y desafiante, ya que algunos enemigos pueden intentar prender fuego a tu campamento, por ejemplo. Esto puede ser un problema si has construido una fuerte defensa en la que resguardarte, ya que el fuego puede propagarse y causar el caos. También se pueden construir torres para proporcionar apoyo e infligir daño.
El modo cooperativo es uno de los grandes atractivos y es obvio que el juego ha sido diseñado con esto en mente desde el principio. Cada uno construye sus propios edificios y controla sus propias unidades, lo que puede parecer algo extraño porque la base deberá tener el doble de los básico, pero al avanzar en el árbol de la tecnología hay oportunidades para especializarse o duplicar, dependiendo de la estrategia que vayáis a seguir. No llegamos a ver esto durante nuestra breve experiencia, pero hubo algunos momentos muy buenos en los que nos dividimos para abordar diferentes objetivos o unimos nuestras tropas para deshacernos de una amenaza mayor. Pero también hay algo de competitividad, especialmente cuando se trata de botines y beneficios. Derribar a un mini jefe nos dio un bonus que hacía que al derrotar a los enemigos cayese oro extra, pero sólo uno de nosotros podía quedárselo. Sin embargo la economía es compartida, y esto da lugar a la especialización: un jugador puede centrarse en los edificios y las defensas, mientras que el otro se centra en la construcción de un ejército y la exploración del mapa, por ejemplo. Es importante tener en cuenta que no puedes controlar las unidades del otro jugador, así que os especializáis demasiado uno tendrá mucho trabajo que hacer en las guerras.
Orellana comenta lo siguiente al respecto: "Nos inspiramos en otros survival RTS, pero vimos que les faltaba este elemento. A nosotros nos gusta jugar en modo cooperativo y poder juntarnos para pasar un buen rato. Esto afecta al juego y te llegan más enemigos que combatir, pero puedes avanzar más rápido. Jugando juntos podéis asumir roles, uno se dedica a investigar, construir la estructura, la base y todo eso. Mientras, otro puede encargarse de las unidades, establecer un ejército, poner a la gente en las torretas y cosas por el estilo. EN el modo cooperativo puedes dividir las tareas o ser más equitativo, lo que tú decidas."
Cuando las cosas se ponen feas puedes recurrir a la intervención divina (y no, no hablamos de tu amigo del modo cooperativo). A medida que avanzas, el juego te permitirá desbloquear una habilidad con la que llamar a un dios gigante llamado Mitra para que pisotee a tus enemigos en una breve, pero muy entretenida demostración de poder. Al igual que con el poder especial luego no lo podrás usar durante un tiempo, por lo que es importarte usarlo en el momento adecuado para conseguir la máxima devastación posible.
El probar un juego en una convención con un colega siempre puede ser engañoso, ya que lo bien que lo pasas en cooperativo tiende a eclipsar los errores que pueda tener, sobre todo en una partida rápida. Aunque nos lo pasamos bien con Conan Unconquered, nos gustaría haber disfrutado de una interfaz de usuario más limpia y puede que no sea el RTS más avanzado que hayamos visto en los últimos años. Dicho esto, parece ofrecer una gran profundidad estratégica y dar lugar a grandes decisiones tácticas. Además, que haya un modo cooperativo está genial en este caso.