Casper Ruud, ganador del Abierto de Madrid, reveló dos días antes de la final que ha estado luchando con problemas de salud mental. Lo describió como "correr en esta rueda de hámster, sin llegar nunca a ninguna parte".
Es raro que los deportistas profesionales hablen abiertamente de su salud mental, y envía un buen mensaje a cualquiera que se sienta como él. "Busqué ayuda y honestamente, lo que me ha funcionado de verdad. Estoy feliz de sentirme más alegre, en un lugar mejor, despertándome cada día con una sonrisa en la cara. Ha sido una de las cosas más inteligentes que he hecho nunca".
El noruego de 26 años no sólo es uno de los tenistas con más talento sobre tierra batida, sino también uno de las tenistas con más clase y educación de la élite. Sabiendo bien lo necesario que es contar con apoyo, y que el tenis es un juego mental tanto como físico, envió un sentido mensaje a Iga Swiatek la semana pasada, llorando desconsoladamente durante su derrota contra Coco Gauff: "Como a millones de personas, me encanta verte jugar. Hoy no ha sido tu día, pero inspiras a muchos y volverás más fuerte que nunca."
Sin duda, Ruud se habrá despertado hoy con una gran sonrisa, tras ganar el mayor título de su carrera, su primer Masters 1.000, entrando entre los 10 primeros (número 7). Su rival, Jack Draper, también alcanzó el número 5 del mundo, el más alto de su carrera.