Crysis cayó como un bombazo hace 13 años. El explosivo sandbox de tiros de Crytek fue uno de los mayores y más memorables saltos en términos de gráficos que esta industria recuerda y, por supuesto, todos hemos oído alguna vez aquello de "pero, ¿puede mover Crysis?", un meme que significaba lo increíblemente exigente para el hardware que fue el original.
Muchos recordaréis su historia, si es que os importaba más allá de la acción. Cuatro soldados de las fuerzas especiales armados hasta los dientes tenían que explorar la zona y neutralizar la amenaza terrorista en una isla tropical del Pacífico Sur, pero todo se convertía en una auténtica pesadilla cuando unos cuantos aliens decidían apuntarse a la fiesta.
Para mí, hace 13 años, Crysis era uno de los juegos más impresionantes que había jugado jamás, y no solo por sus gráficos fantásticos, pues su libertad de acción y la cantidad de oportunidades que ofrecía su mundo sandbox conseguía que me pusiera a jugar y no quisiera soltarlo, para mi sorpresa. Poder definir tu propio estilo de juego basado en las distintas habilidades que potenciaba el Nanosuit de Nomad hacía que este FPS fuera una experiencia cambiante y abierta de un modo que rara vez veíamos en los juegos de acción de 2007, y mucho menos fuera de Liberty City o San Andreas.
El estudio, que se había estrenado un par de años antes con Far Cry, vendió esa licencia a Ubisoft y luego sorprendió a medio mundo con los mejores gráficos del sector. Y por si fuera poco, parecía que los desarrolladores sabían hacerlo todo bien. El fundador de la compañía, Cevat Yerli, me explicó durante una de mis visitas a su central en Frankfurt que el equipo había creado deliberadamente una experiencia que se vería totalmente realizada y podría funcionar en "Ultra" a 60 fps ¡cinco! años después de su lanzamiento.
13 años después, una Crytek fragmentada, que flirteó recientemente con la bancarrota, vuelve a lanzar el mismo juego. "Remasterizado". Crysis corre ahora sobre el Cryengine 5 y eso viene de serie con soporte para ray tracing y otras moderneces. Le he echado un vistazo a la versión para PC, pero sobre todo he pasado mi tiempo con Crysis Remastered en PS4, en el modelo Pro, y el caso es que llamar a esto remáster es mentir deliberadamente. Esto es una conversión bastante sencilla y directa; un port del viejo título original.
En la versión para PC, con todas las opciones gráficas a tope, hay algunos efectos sutiles de iluminación que se pueden ver un pelín mejor que en el original, pero las diferencias que he advertido son mínimas, y para PS4 Pro o Xbox One X, parece exactamente el mismo juego que salió en otoño de 2007. Mucho se ha dicho sobre cómo el trazado de rayos basado en hardware puede aportar a los reflejos de Crysis Remastered como pocos juegos modernos podrían soñar, pero es algo con lo que, por desgracia, no estoy en absoluto de acuerdo. Evidentemente, se puede ver cómo se reflejan partes pequeñas y sin importancia del mundo de juego en ciertas superficies, pero son unas diferencias tan mínimas respecto al original que no llego a entender por qué se decidieron a llamar a esto remaster.
Respecto a las diferencias entre las versiones de consola, Xbox One X puede mover Crysis Remastered a una resolución ligeramente superior (2160p frente a 1800p) sin recortar el framerate. Con el ray tracing activo, no obstante, ambas versiones bajan a 1080p con una tasa fija de 30 imágenes por segundo. Nada impresionante, por mucho que el eslogan de "ray tracing en consolas" sonara tan prometedor cuando lo anunciaron.
Dicho esto, Crysis sigue siendo muy divertido, incluso tras todos estos años. De hecho, mantiene su capacidad de adicción en cuanto a todas esas formas distintas de atacar a los enemigos. Vuestra imaginación es el límite, y por eso la variedad de cada partida deriva en algunos de los mejores momentos de Crysis (algo que le faltaba a sus dos continuaciones). Además, Saber Interactive ha acertado de lleno implementando el esquema de control de Crysis 2 de PS3 y Xbox 360, lo que implica que las diversas funciones del nanotraje quedan asignadas a distintos botones en lugar de la condenada rueda de selección del original de PC, algo que me sacaba de quicio en 2007 cuando me tocaba elegir la función correcta mientras me cosían a tiros.
Algunas cosas quedan desfasadas, naturalmente, pero en general me lo he pasado muy bien en todas mis partidas, sobre todo hacia el final del juego cuando todo ese paraíso bañado por el sol termina cubierto de hielo y congelado. Los enemigos siguen siendo increíblemente listos y los que mejor apuntan de todo el sector, faltaría más, así que os volveréis a frustrar con eso de que atinen a Nomad a 200 metros aunque estéis agazapados entre la hierba alta como un ninja sigiloso. Otras pegas, como la falta de impacto de las armas o la penosa narración en las escenas, también siguen ahí.
Crysis Remastered es más una conversión tradicional de un juego de hace 13 años que un producto remasterizado con gráficos y sonido claramente mejorados. Pero eso no significa que haya dejado de entretener, porque sigue siendo un clásico muy divertido. Aun así, cobrar 30 euros por el mismo juego de 2007 que ya había salido en multitud de formatos y plataformas, sin mejoras apreciables, parece demasiado valiente.