Days Gone - impresión final

El 26 de febrero, tuvimos la oportunidad de ir a la pre-premiere del próximo juego exclusivo de PlayStation 4: Days Gone, donde pudimos hablar con John Galvin quien, además de ser el director creativo de Bend Studio, también es el guionista principal de Days Gone.

En este artículo de impresiones tras jugar largo y tendido a una versión del código prácticamente final, nos centraremos únicamente en el juego en sí, y os aseguramos que da mucho que hablar. No pretendemos esconder que teníamos muchas dudas antes de probar el juego más cerca del lanzamiento, porque desde las primeras versiones nos pareció una especie de mezcla de Sons of Anarchy y The Walking Dead. Pese a que no ha salido la palabra "zombis" en toda la promoción, es normal que el tema de 'gente infectada' se dé un aire.

Siempre que hemos jugado a alguna exclusiva de PlayStation hemos acabado pensando que Sony ya no puede sacar nada más interesante y todas las veces nos hemos equivocado. En el evento, pudimos probar Days Gone durante tres horas, un tiempo adecuado para enterarnos bien de cómo va el juego. El material estaba dividido en dos partes: la primera (sin spoilers innecesarios) nos presentaba la realidad del juego y nos permitía acercarnos al personaje de Deacon, el cual ya podemos suponer que será de las mayores atracciones del juego, junto a las figuras importantes que lo rodean. Desde el primer momento, los personajes tan realistas y bien descritos resultan impresionantes; incluso después de los primeros flashbacks e interludios, llegamos a entenderlos a ellos, sus motivos y la difícil situación en la que se encuentran. El primer encuentro de Deacon con Sarah fue tan natural e incómodo al mismo tiempo que nos creímos la realidad de la escena fácilmente.

A pesar de que este código aún tenía problemas técnicos, se notaba la alta calidad a la que Sony nos tiene acostumbrados y, la verdad, nos sorprendería si no fuese el caso. Sin embargo, tenemos que admitir que, en cuanto a su tecnología, Days Gone se parece más al súper pulido Infamous: Second Son que a The Last of Us, pero tampoco nos sorprende. Este es un juego con un mundo muy extenso, vivo y libre, que se acerca bastante a los juegos de mundo abierto.

La pregunta es: ¿esquivará Days Gone los típicos problemas del género? Por ahora no se sabe. El material que nos enseñaron estaba tan integrado en la historia que no experimentamos muchas actividades repetitivas. Eso sí, lo que nos llamó la atención fue que los jugadores pueden, de alguna forma, crear eventos. Todos los enemigos, ya sean bandidos o infectados, viven la vida a su manera y realizan actividades normales como comer o dormir. Puede que no parezca nada nuevo, pero le proporciona mucha capacidad de acción a los jugadores, pues tienen que saber que los 'freakers' son más peligrosos por la noche y más débiles por el día, igual que en Dying Light. Así, podemos dirigir a la multitud que nos persigue al campamento enemigo y, si esperamos pacientemente, puede que lo podamos derrotar mientras duerme. Todo depende de cómo nos comportemos en estas situaciones y en cómo completemos las misiones individuales del juego. Nos gusta la idea de poder llegar al mismo objetivo de muchas formas diferentes. También cabe añadir que la meteorología cambia en tiempo real y, según los creadores, tiene un gran impacto en la experiencia del juego, igual que la hora del día. Además, aunque estemos en un mundo en ruinas tan bonito, tenemos que seguir ocupándonos de problemas tan banales como la gasolina de nuestra moto. Esto no solo es un aporte interesante, sino que también será tu mayor aliado, pues sin gasolina no llegarás muy lejos.

Mientras jugamos, nos dedicamos a rebuscar por todos sitios en búsqueda de partes, restos o cualquier cosa que nos pudiera ser útil. Viajar en Days Gone es un placer y las mejoras individuales también afectan al juego. Asimismo, la fuerza de nuestro protagonista también aumenta, algo común en el género. No les han añadido nada increíble a las habilidades, simplemente las han tratado de forma natural.

El reclutamiento de supervivientes que rescatábamos por el camino nos pareció un elemento llamativo. Durante el juego, nos las arreglamos para llegar a un único campamento pero, cuando hablamos con los creadores, estos nos dijeron que habrá varios parecidos y que los jugadores podrán decidir a dónde enviar a cada persona. Esto tendrá un gran impacto en la forma del juego, porque todos los campamentos serán diferentes. Por ejemplo, uno de ellos se centrará en la fabricación de mejores armas, mientras que otros podrán modificar nuestra moto. Como os daréis cuenta, al mandar a alguien a un campamento, esa persona se fortalece, así que la organización será importante.

Durante la misión, hubo un momento que nos dejó bastante impactados. Como hemos mencionado, los infectados no son lo mismo que los zombis; sin embargo, además de los típicos adultos rabiosos, nosotros no esperábamos encontrarnos a niños. No obstante, estos se comportan de forma increíblemente natural y no resultan una gran amenaza a no ser que te enfrentes a ellos. Tenemos que admitir que lo han hecho bien: nos hemos sentido bastante incómodos al matar a uno de los críos (era necesario para una de las tareas) y al ver a los infectados tan pequeños buscando objetos en la oscuridad. Days Gone muchas veces crea situaciones en las que es más fácil lidiar con oponentes humanos que con infectados. Esperemos que en la versión completa sintamos remordimientos e incluso compasión por ellos.

Nos hemos quedado muy contentos con las palabras de John, quien admitió al principio de la entrevista que es un gran fan de los personajes complejos y las historias bien escritas. Aun así, no nos esperábamos nada muy innovador, pero el juego se las ha arreglado para impresionarnos positivamente varias veces. En cuanto a la atmósfera envolvente, ya nos enganchó desde el primer momento que lo vimos en el E3 2016 y, después de jugar, nos ha quedado claro que merecerá la pena la espera. Days Gone probablemente sea otro apasionante exclusivo para PlayStation, un juego que cualquiera estará orgulloso de poseer.