Teniendo en cuenta la importancia general que ha tenido DayZ y lo fértil que ha sido dando a luz a PUBG y al género battle royale e inspirando otros muchos survivals, es inevitable pensar que Bohemia Interactive llega un poco tarde a su propia fiesta.
No queremos convertir esta reseña en una clase de historia, pero sería descortés no contextualizar un poco esta afirmación. Resulta que DayZ nació como un mod para Arma 2, diseñado por Dean "Rocket" Hall. La comunidad fan de los mods que se construyó alrededor del severo shooter militar de Bohemia acogió rápidamente el mod de supervivencia infestado de zombis creado por Hall, y no pasó mucho tiempo hasta que la gente empezó a comprar Arma 2 solamente para jugar a DayZ. Se aventuraban a adentrarse en sus servidores para ver cuánto tiempo conseguían permanecer vivos rodeados por el sombrío e implacable apocalipsis zombi que el mod ofrecía. Al final, el estudio de Arma se dio cuenta de que el contenido creado por el jugador había cobrado viva propia y reclutaron a Hall para convertir DayZ en un juego independiente. Todo esto sucedió en 2012.
Avancemos ahora hasta el lanzamiento del juego para PC a finales de 2018 y aquí nos encontramos, unas semanas después con la versión final del título. La pregunta que nos planteamos es, entonces, ¿qué ha pasado durante esos 6 años? La respuesta a esta pregunta: no mucho y absolutamente de todo.
En cuanto volvemos a entrar al juego inmediatamente nos damos cuenta de que han puesto trabajo en mejorar los efectos visuales, aunque no son tan buenos como se podría esperar de un juego que ha estado tanto tiempo en desarrollo y en el que se ha invertido tanto durante el tiempo que ha estado en Early Access. Puede que, lastrado por las expectativas, el proyecto se haya encontrado con dificultades a lo largo de los años y haya sido reconstruido a mitad del proceso de desarrollo empleando un nuevo motor. Con el paso de los años se han ido añadiendo una selección de características nuevas y más complicadas con efectos de audio mejorados, un sistema meteorológico dinámico, una simulación de supervivencia refinada y se han hecho una serie de revisiones en el mapa. Dicho esto, teniendo en cuenta todos los cambios que se han realizado, no parece que el juego sea muy diferente.
No nos malinterpretéis, no hemos empezado el juego esperado ver una campaña de modo historia recibiéndonos en el menú principal, pero el hecho de que no se haya hecho nada para formalizar el escenario en el que se ha basado DayZ nos sorprende bastante. Algo de historia para dar una explicación de por qué estás ahí o algo que indague en la causa de que los muertos se hayan levantado habría sido una gran manera de añadir algo de sabor, que es muy necesario, y habría marcado la diferencia entre la versión final del juego y la que se ha pasado media década en el Early Access. Se supone que DayZ es un lienzo en blanco para que los jugadores construyan su propia experiencia, así que una campaña individual con escenas cinematográficas no tendría sentido, pero dejar tanto sin perfilar nos sigue pareciendo un error.
Casi sale ileso a pesar de no tener una narrativa global definida porque lo bueno DayZ es, en el fondo, el crear historias impulsadas por los jugadores teniendo un apocalipsis zombi de fondo para darles peso e importancia. No estás ahí para ganar, sino para sobrevivir a toda costa. Cuando el juego queda reducido a este núcleo básico, el survival de Bohemia tiene el poder de crear momentos cautivadores y no carece de mérito como experiencia. Dicho esto, muchos de los jugadores van más allá de sobrevivir entre el barro y el juego se ha convertido más en una experiencia basada en la exploración libre y la construcción de bases por equipos que va dejando atrás la supervivencia como fin principal. Los zombis que parecen tan imponentes para los recién llegados son más bien una pequeña molestia para los jugadores organizados que trabajan de forma colaborativa.
Hay muchas cosas a tener en cuenta, los jugadores tienen que estar atentos a sus niveles de sed y hambre, deben comer y beber y mantenerse con la mayor calidez posible. Es más fácil decirlo que hacerlo, ya que este juego no es PUBG y no tiene edificios vacíos llenos de botines deliciosos, hay una clara falta de recursos útiles que encontrar y tienes que rebuscar para coger los básicos y necesarios. E incluso con esas puede que tengas que robarle lo que necesites a un compañero... o te lo robarán a ti. O simplemente lo dejarás pasar con un gesto de resignación. La tensión que crean los encuentros entre jugadores es una de las mejores cosas del juego.
Una vez organizado y bien armado las cosas son más fáciles, pero un lobo solitario es vulnerable en este mundo y muchas veces es cuestión de tiempo que un zombi te encuentre y te persiga. Y aunque los no muertos no te encuentren, a veces tu entorno jugará en tu contra y estarás pensando constantemente en hacer lo básico para poder sobrevivir, las decisiones que tomas en DayZ son muy primarias. Está claro que el verdadero peligro no son los muertos vivientes o el entorno inhóspito, sino el resto de los jugadores. Si vas buscando problemas es más que probable que los encuentres.
Cuando eso ocurre es cuando mejor podemos ver los fallos del juego. El combate en DayZ es flojo e insatisfactorio, especialmente el cuerpo a cuerpo. Al usar armas nos dimos cuenta de que los controles eran innecesariamente exigentes, y teniendo en cuenta que es un juego en el que se han simulado tantas cosas con tanto detalle es algo desconcertante que esta parte fundamental de la experiencia se haya dejado tan poco pulida y en vilo, especialmente si te paras a pensar en lo mucho más atractivo que sería el juego al incorporar un combate físico más visceral. Y las mecánicas en travesía son aún peores, saltar por encima de una valla que está a la altura de la rodilla debería ser natural y no suponer ningún esfuerzo, pero aquí es tan complicado que la inmersión en el juego se rompe.
El ambiente es indudablemente desolador por diseño, pero uno de los efectos secundarios de esto es que no es un lugar emocionante de explorar. No hay lo suficiente para ver como para que sea interesante y la mayor parte del tiempo estás entrando y saliendo de habitaciones en busca de recursos, viendo que no hay nada (o peor, encontrando otro jersey como el que llevas puesto) y saliendo de nuevo. No se puede mirar en los cajones ni disparar a través de los armarios y no hay una relación táctil entre el jugador y el espacio que está explorando. Hay algunos detalles interesantes que se pueden ver en el entorno como salpicaduras de sangre en las paredes, pero los desarrolladores no llegaron tan lejos como para añadir algún elemento significativo de relato ambiental y nunca se tiene una idea real de la gente que vivió ahí en su día. Esto implica que conforme pase el tiempo los distintos edificios se irán desdibujando hasta parecer uno solo (aunque deberíamos añadir que Chernarus es bastante grande y no hemos visto todo lo que tiene que ofrecer).
Para experimentar lo mejor de DayZ necesitas uno o dos amigos con los de jugar o te tiene que gustar interpretar roles. El juego cooperativo implica una seguridad por número y te da algo de espacio para respirar, pero se pierde gran parte de la sensación de amenaza característica de la experiencia en solitario. Por otra parte, el role-playing te deja sin el contexto mencionado anteriormente y te abandona a tu suerte sin una defensa que no sea la propia, sin dirección ni objetivo más allá que la mera supervivencia, todo ello mientras te enfrentas a las peculiaridades que rompen la inmersión, una interfaz de usuario pobre, algún bicho o accidente aleatorio y un modo de combate mediocre. Bohemia Interactive confía en los jugadores para que creen ellos mismos su entretenimiento en ambos casos, al menos hasta cierto punto, y aunque se pueda crear y DayZ todavía sea capaz (después de tantos años) de ofrecer destellos únicos e intensos de calidad, no es suficiente para hacer de este un survival esencial en 2019. Hay muchos otros juegos que han tomado los aspectos que fueron pioneros hace años en el mod original y los han mejorado, y aunque DayZ acabe de alcanzar cierta madurez ya lo ha ido dejando atrás su propia descendencia.