La economía alemana, dominada durante mucho tiempo por la industria automovilística, está encontrando un nuevo motor de crecimiento: la defensa. A medida que Europa aumenta el gasto militar, se está produciendo un cambio: los fabricantes de armamento reutilizan las fábricas de automóviles para satisfacer la creciente demanda. Tanques, radares y artillería salen ahora de las cadenas de montaje que antes producían coches (vía Reuters).
La necesidad mundial de autosuficiencia europea en defensa, especialmente a la luz de las tensiones con Rusia, ha desencadenado una colaboración única entre fabricantes de automóviles en apuros y ambiciosas empresas de defensa. Empresas como Rheinmetall y Hensoldt ya están trasladando la producción de piezas de automóviles a equipos militares, llenando el vacío dejado por el aletargado sector automovilístico.
Con la previsión de que el gasto en defensa aumente significativamente, sobre todo en la UE, Alemania contempla un posible impulso a su PIB y a la creación de empleo, con la perspectiva de revitalizar su infraestructura industrial. Si este cambio tiene éxito, podría proporcionar no sólo fuerza militar, sino un importante impulso económico. Por ahora, queda por ver cómo se desarrollará la situación.