El cierre de Visceral Games afortunadamente no tiene demasiadas consecuencias para los trabajadores, que están siendo recolocados en otros estudios de la compañía, pero ha dejado como víctima el juego de Star Wars que creaba Amy Hennig, guionista de Uncharted. También ha servido para conocer algo más del pasado del estudio.
En concreto, que uno de sus juegos mejor valorados, Dead Space 2, no supuso el éxito comercial que podría imaginarse. Zack Wilson, diseñador en Bethesda que pasó varios años en Electronic Arts, ha revelado en Twitter (vía NeoGaf) que el juego no consiguió las cifras que esperaba su editora, sin llegar a afirmar que fue un fiasco comercial.
Todo a pesar de que, según sus datos, logró vender cuatro millones de copias entre todas las versiones. El problema es que el coste del desarrollo fue de 60 millones de dólares, más lo que después se gastó EA en marketing, y por tanto necesitaba seguir vendiendo y no hacerlo a precios reducidos.
Uno más de tantos juegos de calidad y presupuesto AAA que ponen en duda el camino de esta industria.