En pocas semanas, Arkane estrenará su próximo y esperadísimo juego, Deathloop. Construido en torno a un concepto algo complicado, ya que exige repetir una y otra vez un mismo día en la piel de Colt, acumulando información y conocimientos para poder hacer lo imposible: asesinar a ocho objetivos, los Visionarios. El problema es que nunca están juntos y, además, tienes a otra persona buscándote para matarte, Julianna. Desde luego, es una de las apuestas más ambiciosas que hemos visto del estudio.
Visto y jugador, porque, en la recta final a su lanzamiento, he podido jugar a Deathloop y explorar las primeras horas del bucle de muertes de Colt. Partidas perfectas para sumergirme en los detalles de una historia bastante desconcertante y que, por el momento, está acercándose a lo que esperaba de él: una experiencia increíble.
La historia, en la que no voy a profundizar mucho porque está hasta las cejas de spoilers desde el primer momento, es relativamente lineal. Me explico. Puedes planear cuál será tu próximo destino e incluso explorar los lugares que escojas visitar a tu propio ritmo, pero, a la vez, siempre que vas a un sitio lo haces con una misión en mente, por ejemplo, eliminar a un objetivo. No puedes resolver el rompecabezas de Deathloop el primer día, porque necesitas códigos de puertas, habilidades extra, conocer bien la isla de Blackreef y otras muchas cosas. Para poder llevar a cabo tu racha de asesinatos, tienes que estar bien preparado. No hay otra forma de romper esta maldición de bucles que te tiene atrapado.
Progresar en la historia requiere enfocarla como un misterio que hay que resolver, descubriendo pistas que revelan nueva información y aperturas. Ese es el núcleo del diseño de Deathloop. Volverás a los mismos lugares, aunque con la opción de hacerlo a diferentes horas del día, para hacer algo ligeramente diferente, para aprender un poco más e ir descubriendo cómo puedes llevar a cabo esta tarea imposible. Puede que te preocupe que esa naturaleza repetitiva deje mella tras repetir el mismo día varias veces, pero el diseño de Blackreef, su narrativa y las habilidades de las que dispones hacen que Deathloop siga enganchando casi en todo momento.
Morir es aprender, como contábamos en nuestras anteriores impresiones. Además, Blackreef está dividida en una buena variedad de lugares, cada una con paisajes y lugares de interés únicos. Aprenderás cómo los ocho Visionarios frecuentan diferentes sitios dentro de estos entornos en diferentes franjas del día. Y ahí entra tu labor, porque tendrás que averiguártelas para saber cuándo y dónde están y, por supuesto, cuál es la mejor forma de acabar con ellos.
El diseño del mundo sigue la tónica habitual de Arkane, es más, cualquier fan de Dishonored se va a sentir como en casa, aunque el estilo steampunk de Dunwall se haya reemplazado por un 'rollo' sesentero, muy al estilo de lo visto en We Happy Few, de Compulsion Games. La isla de Blackreef ha sido esculpida con cariño y está repleta de contenido, hasta el punto de que siempre da la sensación de que hay algo nuevo en cada esquina. Invita a explorar.
Las similitudes con Dishonored no se quedan ahí, ya que el manejo de Deathloop mantiene también el estilo del estudio. El esquema de control puede ser algo extraño en ocasiones, pero el combate es atractivo y lleno de acción, además se ha construido de tal forma que, juegues como juegues, siempre se adapta a tu estilo. Tanto si te apetece un estilo más directo, llenando la isla de plomo y extravagantes superpoderes para eliminar a tus enemigos más rápido y moverte por el escenario con total soltura, como si prefieres mantener un perfil bajo usando el sigilo con una destreza que impresionaría al mismísimo Corvo. Elijas lo que elijas, todas las opciones están ahí desde el primer momento. Sí es cierto que la naturaleza rejugable de Deathloop invita al sigilo desde el principio, ya que tienes que dar forma a tu arsenal, pero para nada es un requisito.
Esto es algo que me lleva a la parte más preocupante de Deathloop: la progresión del jugador. A pesar de que el día se repite cuando se cierra la noche, los jugadores pueden usar un sistema llamado Infusión, con el que se guarda el equipo permanentemente. Para poder utilizarlo, el jugador tiene que interactuar con unos objetos concretos de los que se extrae una sustancia llamada Residuo, moneda de pago para preservar el equipo. Con esta mecánica solo puedes guardar unos cuantos objetos tras cada día, siempre y cuando hagas tus deberes explorando y acumulando suficiente cantidad de Residuo, aunque el diseño hace que las armas, habilidades y ventajas se puedan guardar para utilizarlas en el futuro cuando se desee.
Puedes utilizar cualquier pieza de equipo que hayas infundido en tu equipamiento antes de empezar un nuevo día. Del mismo modo, si te mueves, por ejemplo, al mediodía, la tarde o la noche, puedes llevarte el equipo que hayas cogido. Sin embargo, al final de la jornada, cualquier objeto no infundido y cualquier Residuo sobrante se perderán. Es fundamental guardar todo lo que puedas, de ahí que haya ciertas similitudes con los roguelike.
No es ningún secreto que Arkane sabe cómo dar forma a un buen juego de acción y aventura, y Deathloop parece ser otra muestra más de ello. En PlayStation 5, luce increíble, se juega con fluidez y da una lección magistral de cómo debe integrarse el DualSense en un juego. La retroalimentación háptica permite sentir los pasos de Colt, el disparo de las armas y los poderes. Además, los gatillos adaptativos dan un toque más realista al uso de tu armamento. Y me dejo muchos más ejemplos...
La única parte importante de Deathloop que todavía no he podido experimentar son las invasiones de Julianna. En las horas que he jugador, me he topado con ella una sola vez y, como fue al principio, opté por evitarla en lugar de intentar eliminarla. No hace falta decir que no es tan intrusiva como parecía, y eso es muy positivo, ya que la narrativa es tan interesante que te sumergirás en ella rápido y no querrás estar en un constante juego del gato y el ratón.
En general, Deathloop hace malabares con muchas cosas al mismo tiempo, pero todo está tratado con tanta delicadeza e información que, tras 90 minutos, el juego se quita el estigma de la confusión inicial y cobra sentido con total naturalidad. Si te gustan los juegos de Arkane, sobre todo Dishonored, te va a gustar Deathloop. Y, si no es así, su historia y la forma en que se cuenta se encargarán de captar tu atención.