Diablo III: Reaper of Souls - primeras impresiones

Blizzard no es como las demás. Donde los anuncios en ferias de muchas de las más grandes desarrolladoras y publicadoras se limitan típicamente a un nombre, un breve tráiler y un poquito de información vaga sobre lo que cabría esperar de su juego, las revelaciones de Blizzard son de un calibre completamente distinto. Es una sobrecarga de información hasta tal punto que, como redactor, lo complicado no es encontrar todos los detalles, sino saber por dónde cortar.

La revelación que hemos vivido esta mañana en Colonia de Diablo III: Reaper of Souls, "próxima expansión" para el exitoso Diablo III, como la llama el director Josh Mosqueira, no ha sido una excepción. Recibimos tanto un rabioso vídeo CGI de introducción como una demostración de gameplay, tráiler con el juego en acción y un buen puñado de detalles sobre las fuentes de inspiración y -más importante- los cambios en los sistemas básicos del juego.

Secuencia de apertura:

Diablo está muerto mientras su esencia sigue atrapada en la piedra del alma negra. El ex-Arcángel Tyrael no sabe que hacer, ni qué ocurre si la destruye, así que decide esconderla muy, muy lejos para que humanos y ángeles puedan disfrutar de su nueva alianza y amistad en paz.

Por desgracia, no pasa mucho tiempo (unos segundos, en realidad) desde que guardan la piedra hasta que Malthael aparece. Es ahora el Ángel de la Muerte, quien desapareció hace siglos y de quien desde entonces no se supo. Pero ahora regresa con una misión: eliminar a todos los demonios y detener el Conflicto Eterno. Un objetivo honorable, si no fuera porque este Ángel entiende que humanos y demonios son la misma cosa, y por lo tanto todos deben morir. Ahí lo llevas.

Reaper of Souls incorpora un quinto acto para Diablo III que sucede en la ciudad de Westmarch. En palabras de los desarrolladores, es la ciudad más grande y colorida de occidente, o al menos lo fue hasta que llegó Malthael. Ahora es un lugar oscuro y desangelado, poblado por unos nuevos repartidores de sufrimiento que el propio Malthael despertó y otros tipos de horrores. El estilo es oscuro, medieval y gótico, quizá la identidad visual más fuerte de cualquier parte del universo Diablo III.

Westmarch debería ofrecer una mayor amplitud que las viejas partes de Diablo III, y como novedad las zonas interiores y exteriores estarán integradas sin cortes. Entre otras cosas, hemos visto a nuestro héroe luchando desde las cloacas de un mercado y hasta los muros del castillo, para luego bajar a las angostas calles y las zonas residenciales.

Y luego, como otra gran novedad, la nueva clase, el Cruzado. Está inspirado en parte en los paladines de Diablo II, y por otro lado en los personajes tipo tanque. Blizzard lo define como un guerrero honrado con poderes sagrados, un caballero con una armadura, pero de las que no brillan.

La idea del tanque humano ha llevado, entre otras cosas, a la existencia de habilidades como e Golpe de Escudo, en la que el valor de armadura del escudo del personaje cuenta sobre el daño infligido, y Puño de los Cielos, una combinación de teletransporte a media distancia y artillería en la que el Cruzado es la granada.

Tiene buena pinta, pero lo que realmente alegrará a los jugadores más ansiosos de Diablo III son los cambios en el sistema de botín, en el de paragón y en las nuevas posibilidades para cuando termina el juego.

Blizzard denomina la nueva versión del botín el 'Loot 2.0', y según Mosqueira debería derivar en un botín más pequeño, mejor y más trascendental. Según explica el director, jugar es la forma más divertida y gratificante de conseguir objetos, y si lees un poco entre líneas, probablemente puedas entender que una admisión de la casa de subastas de Diablo III sea demasiado.

El equipo que los enemigos derrotados dejan en el campo de batalla debería ahora estar más enfocado hacia tu personaje, con la opción de basar algunas de sus estadísticas y habilidades para que vayan con tu clase. Los ítemes legendarios también han cambiado, de modo que ahora son más útiles y deben contar con habilidades que pavimenten esa intención, o por ejemplo probar nuevas habilidades. Los "Build Changers", como los llama Blizzard, también subrayan que seguirá habiendo legendarios súper raros que los jugadores querrán salir a buscar.

Para ilustrar el cambio, Blizzard comparte unas cuantas cifras. Hicieron la prueba pasando el Acto 3 del juego con el sistema de loot antiguo y nuevo, con un nivel de paragón de 60.

Con el anterior sistema de botín, recolectaron 256 ítemes blancos, 399 azules, 275 amarillos y un objeto legendario. Con el nuevo sistema que estrena Reaper of Souls hubo un total de 73 ítemes blancos (que ahora se pueden desencantar para conseguir útiles ingredientes para fabricar). 266 ítemes azules que, casualmente, ahora se pueden usar para metamorfosear, con lo que transformas el aspecto de un objeto para que se parezca a otro manteniendo sus stats. 83 objetos amarillos con los que entró en acción el nuevo sistema Smart Drop, para que sus stats se ajustaran al personaje. Finalmente, 6 objetos legendarios.

También hemos podido contemplar algunos ejemplos de los nuevos legendarios. Por ejemplo, el Anillo Enigma está ahora disponible en versiones que se pueden usar hasta el nuevo límite de nivel 70, y emplearse para invocar un goblin del tesoro. Si recolectas 40 ítemes para él, te garantizan la aparición de un objeto legendario. Si la clase Hechicero cuenta con un legendario, a veces invoca una hidra aliada cuando matas a un enemigo, mientras que hay un objeto para el Monje que provoca que te reembolsen el precio en Espíritu si envías al enemigo a más de 20 metros con una Embestida.

Las mencionadas transformaciones o metamorfosis las realiza un nuevo artesano llamado Mystic, quien también puede encantar tu equipación para que consigas mejores stats. Y todas las clases de personajes existentes por supuesto reciben nuevas habilidades.

Y luego está el final del juego o endgame que Blizzard ha modificado en dos aspectos importantes. Primero, han añadido las Carreras por el Botín, que son mazmorras de unos 15-20 minutos de duración, generadas de forma completamente aleatoria, con escenarios, enemigos, clima y jefe final inesperados y por derribar si quieres todo su codiciado botín.

Finalmente está el nuevo sistema de Paragón, que ha recibido una gran puesta al día. Ya no hay techo: puedes ser Paragón 61 o 1200 si juegas lo suficiente. Además, el mismo nivel de Paragón se asocia a la cuenta, en lugar de a un solo personaje. Los puntos de nivel de Paragón se pueden usar para cambiar tus estadísticas principales como Fuerza, Destreza, Inteligencia y demás, o emplearlos sobre los valores defensivos y ofensivos. En otras palabras, las oportunidades de los viejos Diablo para decidir cómo evoluciona tu personaje han vuelto.

También como acostumbra, Blizzard no dice ni pío sobre cuándo podremos comprar Reaper of Souls, pero esperamos que llegue a mediados del año que viene y tienen una demo de 20 minutos que todo el mundo puede probar esta semana en la Gamescom. Las promesas de nuevo contenido y cambios en muchos sistemas del juego que representa esta expansión son justo lo que necesita Diablo III, y por eso nos ha dejado muy contentos.

Tráiler de anuncio con gameplay: