Puede que 2014 no parezca tan lejano, pero la industria del videojuego era muy diferente entonces. Overwatch no nos había presentado aún las cajas de botín. Fortnite no nos había hecho vender nuestras almas a los pases de batalla. En muchos sentidos, era una época de paz, aunque las microtransacciones siguieran abundando.
En el cuartel general de Blizzard se estaban haciendo planes para un nuevo juego de Diablo. Después de que Reaper of Souls diera a Diablo III su única expansión, se volvió a la mesa de dibujo para lo que sería Diablo IV. En un artículo publicado en Wired, Jason Schreier revela lo diferente que era Diablo IV en esas primeras fases de su desarrollo.
Como algunos jefes de Blizzard habían declarado que Diablo III era un fracaso para la serie, parecía que los desarrolladores querían intentar algo realmente diferente en Diablo IV (cuyo nombre en clave era Hades en aquel momento). Se barajaba la idea de un nuevo punto de vista de la cámara, centrado en una vista por encima del hombro, similar a algo como Gears of War o los juegos de Batman: Arkham. El combate también se habría inspirado mucho en estos últimos juegos, con peleas a puñetazos como enfoque principal. También habría muerte permanente, lo que significaría que los jugadores perderían personajes, pero ganarían recursos y potenciadores para su siguiente intento.
Sin embargo, los problemas de Hades fueron evidentes desde el principio. Si el juego iba a tener cooperativo, tendría que prescindir del combate al estilo Batman: Arkham, ya que se basa en que un solo jugador esté rodeado de matones. Además, en 2016, Hades perdió a su director, lo que obligó a piratear nuevos prototipos del juego en el transcurso de unos pocos días.
¿Habrías jugado a esta versión de Diablo IV?