Análisis de Disney Mirrorverse

En una época en que todo tipo de franquicias se organizan para tener a sus personajes vinculados a través de historias y personajes de otros universos, la propia galería de míticas personalidades de Disney hace frente a la competencia, y lo único que hace falta es la voluntad de mover hilos para conseguirlo. De hecho, ya llevan haciéndolo durante más de 20 años y recuerdo con cariño esos días que he pasado con Sora, Donald, Goofy, Aladdin, Peter Pan y Jack Skellington (por nombrar algunos) en los mundos fantásticos de la serie Kingdom Hearts. Tras haber pasado unas horas con Mirrorverse, el último juego multiverso de Disney para móvil, mi mente se pierde en los recuerdos del clásico crossover de Square Enix, lo que me lleva a la conclusión de dónde les viene la inspiración a los desarrolladores del estudio Kabam.

Entrar en Disney Mirrorverse produce una extraña experiencia familiar, ese toque nostálgico que me produce por ser fan desde hace muchos años de Kingdom Hearts. El estilo podría estar extraído de la interpretación de Square Enix sobre el legado de Disney, aunque ligeramente modificado para cuadrar mejor con el contexto del multiverso en el que aparecen versiones alternativas de los personajes más clásicos que nos vamos encontrando. Aquí es donde Mirrorverse tiene su punto fuerte: con sus personajes. Porque en su esencia, es poco más que otro juego de rol a medias para iOS y Android que se juega igual que, por ejemplo, Echoes of Mana. Pero la creatividad puesta en crear versiones de guerreros fuertes de mis héroes y villanos preferidos de la infancia genera que Mirrorverse continue resultando atractivo, incluso mucho después de que me haya cansado cómo se desarrolla la aventura en realidad, ya que una vez pillo el sencillo funcionamiento y entiendo los aspectos fundamentales del juego, no queda mucho más por descubrir en él.

En resumen, mis campeones se dividen en cuatro clases: cuerpo a cuerpo, ataque a distancia, tanque y apoyo. Además de esto, todos los campeones, o "Guardianes" como también se les conoce, tienen habilidades personales y ataques especiales que pueden subir de categoría y modificarse al ganar suficientes puntos de habilidad. En lo que respecta a la batalla, cada uno está equipado con un ataque estándar rápido y un contrataque más pesado, así como una habilidad especial que varía ligeramente según la clase. A partir de esto, tu equipo formado por tres guerreros Disney de tu libre elección se enfrentarán en unas breves series de peleas contra el principal oponente del juego, conocido como "Fractured". Como dije, es una configuración bastante sencilla cuyas cualidades innovadoras son bastante básicas, pero cuando desbloqueé nuevos Guardianes, Mirrorverse seguía manteniendo, aunque no mucho, mi atención. Por desgracia, se volvió aburrido muy rápidamente el tener siempre el mismo tipo de combates una y otra vez, algo que evidentemente los estudios sabían en el momento de incluir la opción de poner mis campeones en piloto automático y permitirme hacer otras cosas mientras. Es muy sutil y se mantiene a medida que aumenta la dificultad del Mirrorverse.

La historia también parece tener mucho en común con Kingdom Hearts porque, como en la primera aventura de Sora, en Mirroverse también se presenta al hada Maléfica como una de las grandes villanas. "El Fractured", el personaje rival, también comparte esto con su aspecto sombrío, una gran similitud con el equivalente "sin corazón" de Kingdom Hearts, y por lo tanto es un poco nostálgico a veces. La propia narrativa también tiene falta de identidad y, además del habitual montaje de "agujeros en las barreras entre universos", depende principalmente, una vez más, en el emblemático elenco de personajes que ofrece el Mirrorverse. Pese a que el propio juego está construido sobre una base mediocre, sigue generando un deleite en ese niño que hay en mí ver a la interpretación de Ícaro alado de Hércules peleando mano a mano con el vaquero Woody y Baloo a sus oponentes armados con los restos de su querido y viejo hidroavión de la serie de 1990 "Aventureros del aire".

Desde una perspectiva técnica, Mirrorverse funciona bastante bien, incluso sabiendo que la tasa de imágenes por segundo bajó en varias ocasiones cuando había muchos efectos a la vez en la pantalla, pero nunca ha sido un obstáculo para jugarlo. Asimismo, el tiempo de carga es muy corto y los menús están optimizados para facilitar un comienzo rápido de sesión. El sonido también es sorprendentemente bueno, y en particular la orquesta hace un gran trabajo al transmitir el sentimiento de una gran aventura contra esos momentos de oscuridad de Mirrorverse. No obstante, la música puede llegar cansar cada vez más a medida que voy jugando, ya que la variación en la banda sonora es mínima como lo es en los momentos de acción del juego.

Personalmente, siempre he estado, y probablemente seguiré estando, totalmente en contra de jugar al móvil utilizando su pantalla táctil, y he ido generando un rencor a los joysticks analógicos digitales por la misma sensación incómoda que tengo cuando arrastro los dedos por la pantalla. Esta misma sensación la tengo cuando juego a Mirroverse pero a menor escala porque donde movería mis personajes con el joystick integrado, tengo la opción de hacer un gran movimiento con mi dedo para que mi Guardián pueda correr en cualquier dirección, que es algo que también funciona muy bien para esquivar durante la batalla.

Fieles al hábito de jugar gratis, esta vez tampoco podemos escapar de las largas y torcidas garras de las microtransacciones. En Mirrorverse a veces siento la tentación de usar mi cartera en ofertas de nuevos héroes a un nivel más alto que los que suelo conseguir, junto con un gran número de pequeños artilugios que, de un modo u otro, sirven para acelerar el desarrollo de mis guerreros. A medida que me va alcanzando la dificultad del juego, se va convirtiendo cada vez más claro que pierdo más tiempo de lo que me gustaría moliendo en una de las misiones secundarias menos atractivas de Mirrorverse. Si no quiero hacerlo, puedo pagar para acortar el proceso. Sin embargo, si elijo la ruta de la molienda, incluso ahí me hacen sufrir, debido a que se requiere una pequeña moneda en forma de rayo para empezar una misión. Si se me agotan, tendré que esperar a que se recarguen, o usar combustible para rellenar mi banco de energía, que por supuesto también se puede solucionar por arte de magia con las habilidades milagrosas de mi cartera.

En cuanto a la dinámica de juego, Mirrorverse no me ha dejado ninguna impresión duradera. Lo que sí me llevo es la libertad creativa que se han tomado Disney y Kabam para reinterpretar a sus personajes más queridos para que funcionen en contextos donde la acción es algo más dura. Aunque la profundidad de juego y la necesidad de un verdadero impulso para querer seguir luchando hace que como título deje mucho que desear, el estilo gráfico y el diseño de los personajes despiertan la esperanza de poder visitar un multiverso similar en un título más ambicioso con una historia bien escrita y una partida gratificante. Es mucho esperar de una compañía tan arraigada como Disney, pero en Mirrorverse se ha sentado al menos una pequeña parte del trabajo de base. El tiempo dirá.