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Dragon's Dogma (Netflix)

Dragon's Dogma (Netflix)

Siguen fluyendo crossovers de videojuegos, pero no todos serán igual de buenos.

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Dragon's Dogma acaba de aterrizar en Netflix en forma de serie de anime, con licencia Capcom y producción propia. Ha llegado como temporada completa, compuesta por siete episodios de unos 25 minutos cada uno. La ambientación y la trama están basadas en el videojuego de Capcom del que también toma el nombre, que aunque se estrenó en 2012 ha tenido su pequeño auge gracias a los relanzamiento en Nintendo Switch, PlayStation 4 y Xbox One.

La duda está en si este mundo, mucho menos conocido que otros que han saltado a Netflix como Castlevania o Dragon Quest, ofrece un mundo relevante y tiene tirón. Esta conversión a televisión parte de buenas ideas, pero por desgracia no cumple. El problema no es la historia como tal, sino que está contada de forma que no causa sensación, y la ejecución es tan plana y predecible que molesta más que entretener.

Gira esta trama en torno a una ciudad de corte medieval ficticio que se ve atacada por un dragón (obvio) y acaba completamente arrasada. La única persona que lograr plantar un poco de cara, por muy inútil que sea, es Ethan. Y como agradecimiento a su esfuerzo le arrancan el corazón, literalmente.

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Tiempo después, Ethan se despierta con una enorme cicatriz en el pecho. ¿Cómo puede ser posible? La responsable de su resurrección es una mujer misteriosa a la que ha decidido llamar Hannah. De esta forma se configura el escueto dúo de personajes que comienza la cacería de la bestia. Y ya está, porque poco más da de sí esta historia.

Dragon's Dogma (Netflix)

Como decía, solo necesita siete breves episodios para abrir y cerrar el arco, aunque para darle algo de variedad, cada uno de ellos está dedicado a uno de los pecados capitales. De nuevo, es una idea que encaja, pero en la práctica lo único que consigue es encorsetar aún más la narrativa. Además del pecador de turno, al final de cada episodio hay también un monstruo gigante esperando matarile. Siempre el mismo patrón y, por si fuera poco, han sido incapaces de hilvanar mínimamente cada una de estas tramas autoconclusivas con los personajes.

Uno espera que haya cierta evolución o química entre los personajes o que juntos exploren más en los pasados de uno, de otro o de ambos. Pues no, prácticamente nada de trasfondo hasta los últimos instantes de la serie. Lo suyo hubiera sido que granjeara una relación o surgiera una conexión antes para que pudiera progresar y ofreciera giros.

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En cuanto a la experiencia audiovisual en sí, pues al menos la animación es buena gran parte del tiempo. Excepto por los monstruos, producidos con unas CGI que hacen de todos menos asustar. Si hubiera que elegir, siempre tiraría por hacer los jefes más espectaculares y el resto más vulgar. Al final llaman la atención, pero de forma negativa. De la música y los efectos de sonido no hay ninguna pega.

La serie de Dragon's Dogma en Netflix tiene sus momentos buenos, pero ni presenta una historia que enganche ni tiene una forma de contarla o de estructurarla que sea idónéa. Si encima no goza del carisma de otros personajes de videojuegos, que por sí solos ya arrastran público, va muy justita para ser algo así como mínimamente recomendable.

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05 Gamereactor España
5 / 10
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