Análisis de Dwarf Fortress

No hay muchos simuladores que tengan el renombre que tiene Dwarf Fortress, ya que este ha sido inspiración de juegos como Minecraft e indirectamente de otros como Fortnite, por lo que es evidente que el simulador ha impactado en su entorno. A primera vista, parece un juego de supervivencia como cualquier otro. Vas talando árboles, cultivando comida y con el tiempo construyes una comunidad a gran escala. Tienes la opción de sumergirte en experiencias de mercado muy profundas. Casi todo está simulado, ya sea lo que tus enanos hicieron ayer, la historia del territorio o su vida amorosa. Muchas veces, crear cosas es un eslabón de una cadena de producción en la que la mercancía se transforma en otro tipo de mercancía que se pueda usar después. Pueden ocurrir accidentes, incidentes u otras cosas fuera de lo normal, y eso crea la sensación de que no todo está bajo tu control. Conforme vas jugando a Dwarf Fortress, rápidamente te das cuenta de que el control es una fantasía.

Dwarf Fortress empieza con un grupo de enanos en la superficie de un terreno; tienes algunos animales, recursos y súbditos que esperan tener un buen futuro. La historia de este universo está escrita y el territorio que tienes ante tus ojos es tu nuevo hogar: colinas verdes, bosques frondosos y el campo abierto serán algo importante para tu fortaleza. No habrá tanta esperanza cuando te des cuenta de que tienes que cavar demasiado para buscar tesoros y habrá monstruos que empezarán a invadir tu fortaleza desde un pozo profundo y acaba siendo algo parecido a la secuencia de Moria en El Señor de los Anillos. O cuando sin querer haces un agujero en un lago subterráneo y se ahogan todos los de la fortaleza. Es verdad que hay señales, apoyo y otras cosas para ayudarte a predecir estar cosas, pero no siempre puedes saberlo con certeza. Mi segundo intento de construir una fortaleza en un volcán terminó básicamente como te imaginas: con una muerte rápida y siniestra y con súbditos en llamas. Por no hablar de la cantidad de amenazas que pueden llegarte por parte de la superficie o de dentro si los políticos están en desacuerdo.

Así que, ¿cómo construyes una fortaleza imponente que pueda soportar todo esto? Con tiempo, paciencia, experimentación, guías y con muchas pérdidas. De entrada nadie es experto en todo esto, se trata de una aventura extremadamente peculiar en la que tienes que lidiar con todo lo que un ser vivo podría necesitar en un entorno de fantasía como este. Es complicado y en ocasiones implacablemente desafiante, pero si eres capaza de sobrevivir te recompensa de forma maravillosa. No hay objetivos, ni pantallas de pago, ni nada similar a lo que puedes estar acostumbrado. Juegas durante el tiempo que quieras jugar y hay más modos de juego, además del clásico en el que tienes que construir una fortaleza. Puedes iniciar los modos Aventura y Leyendas; el primero te hace embarcar en un viaje por el mundo que has creado, algo como en el primero del Señor de los Anillos, y tú y un grupo de aventureros podréis viajar por el mundo y aprender más de él y realizar misiones. El modo Leyendas es más bien uno en el que puedes leer sobre todo lo que ha ocurrido y está ocurriendo en el mundo; no es tanto un juego en sí, sino que te ofrece la posibilidad de leer toda esta información, la historia y la creación del mundo.

La creación del mundo está hecha por ti, literalmente, pero también de manera indirecta se crea a través de todo lo que ocurre en el mundo. Cuando empiezas uno de cero, se crean unos doscientos años de historia para el mundo, lo que supone que no ha aparecido por arte de magia cuando has empezado, sino que hay cosas que han pasado y lo han ido formando. Después, cuando tú coges las riendas, con el tiempo se va actualizando. Que algo importante pase puede dar lugar a nuevas épocas y pueden surgir pequeñas y divertidas notas a pie de página entre tus personajes y los controles del ordenador. Es una trama que se va creando, moldeando y desarrollando a medida que juegas, en vez de presentarse directamente. Si juegas en los modos Aventura o Fortaleza, hay un montón de cosas ocultas y para saber más tienes que explorar el mundo, como por ejemplo, nunca llegarás a conocer la historia de la gente a menos que te encuentres con ellos en el mundo. Cosas como el clima, las estaciones y los biomas también reflejan a qué alimentos, animales u otras cosas tienes acceso, por ejemplo, existen más de 50 árboles que producen fruta. De la misma manera, tus enanos tendrán preferencia en cuanto a la comida y la bebida, pero con el tiempo sabrás lo que necesitan.

En el momento que hayas construido una fortaleza imponente y sientas que has hecho casi todo y que ahora estás a salvo, ahí puedes contar con que la caída no tardará en llegar. Puede que tus súbditos no estén muy contentos y se revelen, o que un monstruo gigante se coma todo lo que haya en la superficie, o que uno de tus enanos sin querer abra una fuga y que varios niveles de tu fortaleza queden sumergidos bajo el agua. Sin duda puedes construir bombas y encontrar una solución para tapar la fuga, pero puede que ya haya daños. El agua viene de distintas formas; yo intenté aprovechas un lago helado durante el invierno, pero llegó la primavera, el hielo se convirtió en agua y bueno...esa fue una lección para la próxima vez. No había tenido tiempo para construir edificios suficientes para gestionar el agua líquida. Mis enanos consiguieron salir a rastras de los pisos que ahora estaban ya sumergidos, excepto por un par que se sintieron obligados a intentar recuperar algunas gemas. Mi solución para esto fue bloquear los pisos inferiores y construir pasadizos más allá de estos. Naturalmente, podría haber intentado construir bombas e intentar salvar las regiones inferiores, pero desgraciadamente no tenía acceso a muchos de esos edificios en el momento. El juego va cambiando a menudo entre que haces frente a la crisis y encuentras las soluciones para seguir construyendo, lo que para mí es uno de sus puntos fuertes: en todo momento hay un argumento que está evolucionando y tu reacción ante las cosas determina cómo continua la historia.

Probablemente, para poder apreciar Dwarf Fortress, te tengan que gustar las tramas que van evolucionando y obras como Rimworld y Anno. Mi mayor crítica es que, a pesar de que hay un modo de entrenamiento, este requiere mucha exploración por parte de los jugadores ajenos al juego. Por otro lado, se podría argumentar que abre las puertas a la posibilidad de la autocomprobación. Hay que dar la enhorabuena a Bay 12 Games por la presentación; yo jugué cuando solamente existía visualmente en forma de Ascii, un lenguaje informático formado por símbolos, y, para empezar, no era fácil entender lo que estabas viendo. El estudio consideró que no eran capaces que crear el arte cuando se lanzó el juego en 2006, cosa que se solucionó en la versión de Steam al contratar a un artista para esto. Todos los símbolos se han sustituido por figuras, árboles, setas, rocas, piedra y mucho más. Parece algo común en el medio, sin embargo, a pesar de no ser nada extraordinario, esta actualización es como la noche y el día para lo que ha sido. Y pese a que los gráficos todavía no son capaces de mostrar exactamente todo lo que ocurre tras bambalinas (según Bay 12 Games, están en ello), no ha perdido ni un atisbo de la profundidad que siempre ha tenido. Esto no es algo que se aprende de un día a otro.

Hablando musical y audiovisualmente, hay música y sonido, pero no es algo que añada un extra a la experiencia, es casi mejor poner tu propia lista de reproducción por tu parte. Por otro lado, la música folk que hay siempre es agradable, pero no es que haya mucha. Actualmente, uno de los problemas es que los mensajes de advertencia y otra información relevante no son visibles ni se alertan de manera sonora, aparece un recuadro pequeño en el que se debe hacer clic en uno de los lados de la pantalla, lo que significa que hay cosas de las que el jugador no siempre se da cuenta, y esto es algo que funcionaba algo mejor en la versión original. En cuanto al control, tengo sentimientos encontrados, porque prefiero la nueva versión gracias al mayor apoyo con el ratón, pero le encuentro muchos menús dentro de menús y esto supone un montón de clics para poder hacer cosas simples. Esto es un problema que ha estado presente en juegos de estrategia más antiguos, pero Dwarf Fortress sin duda entra en esta categoría.

La interfaz de usuario es mejor de lo que solía serlo, pero está claro que hay margen de mejora, por ejemplo, tener que clicar menos veces para conseguir cosas. Se habría agradecido algo más de información en los consejos sobre las herramientas y cuando se pasa el ratón por encima de los objetos. Una cosa es explorar el juego por tu cuenta y otra que el juego te dé la información adecuada de inmediato. Hay muchas cosas como sillas, camas, bordados, trajes, uniformes, granjas, almacenes y similares que son bastante fáciles de entender, pero luego se tienen que construir edificios encima de otros o que necesitan ciertas cosas y me hubiese gustado que apareciese una pantalla en la que ver fácilmente en qué punto de la cadena logística hace falta algún recurso o un artículo, ya que obras de esa complejidad necesitan de este tipo de herramientas.

Pese a estas críticas pequeñas, se sigue tratando de una experiencia que te absorbe, porque, al no haber un ganador, puedes seguir evolucionando, construyendo nuevas fortalezas o viviendo historias emocionantes. Cuando todo es un proceso que sigue varios pasos, se crea también un compromiso por mi parte de llevar a cabo las cosas. Un ejemplo de esto es el proceso de crear ropa mejor para mis enanos. Conseguir ropa es todo un proceso: necesitas animales, lana, granjas, edificios y personas que recojan y transporten los materiales. Obtienes nuevos recursos en distintos edificios, que su vez puedes entregar al creador de la ropa; allí decides la talla, el tipo, el material y los colores de la ropa, entre otras cosas. Y hablando de colores, estos se ven mucho más ahora que el proyecto tiene gráficos. Antes se podían crear uniformes de determinados colores, pero te tenías que imaginar cómo eran. Una parte de mía apreciaba la versión en Ascii por esa razón, ya que se transformó más en una especie de libro interactivo, sin embargo, la versión de Steam es mucho más clara y se juega más fácilmente. Todas las variaciones en el mobiliario, los árboles, el terreno, el clima y las oportunidades de personalizar tu fortaleza son visibles de una forma que antes no lo eran.

Dwarf Fortress es una obra maestra que está en desarrollo desde hace 20 años por dos hermanos, y aún no está totalmente desarrollado. Lo que he probado yo es una simulación expansiva y casi innecesariamente profunda sobre la construcción de ciudades en un mundo lleno de magia, hidromiel, enanos enfadados, héroes y monstruos. Dwarf Fortress incluso consigue que perder sea divertido; pretende simular todos los aspectos de la vida y, la mayoría del tiempo, lo consigue perfectamente. A pesar de tratarse de una interfaz de usuario (oficialmente) mejorada, puede resultar un poco pesada en cuanto a la cantidad de menús. La interfaz de usuario y la señalización de información importante del juego también podrían mejorarse ligeramente. En general, no existe ninguna otra experiencia en el mercado que consiga profundizar tanto. O te encanta, o la odias, y yo pertenezco al pequeño grupo de gente a los que les encanta esta simulación. Los pequeños problemas no impiden que sea una de las muchas obras maestras del mundo de los videojuegos.