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Dying Light: Bad Blood

Dying Light: Bad Blood - impresiones

Otro aspirante al trono del battle royale ha entrado en la arena, ¡y se mueve a gran velocidad!

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Techland ha cuidado muy bien de los fans de Dying Light con el paso de los años. La estrategia del estudio con el contenido post-lanzamiento es encomiable cuando menos, y el estudio ha alimentado a la comunidad con cosas nuevas que hacer mientras, supuestamente, continúan trabajando en una secuela completa y más sustancial. Parte de este lanzamiento de contenido posterior a la salida es Bad Blood, una nueva característica independiente a la franquicia que mantiene la temática, las mecánicas y las ventajas del juego original y lo convierte todo en una experiencia battle royale híbrida.

En Bad Blood, los jugadores se enfrentan a un total de 12 rivales, un número mucho más modesto que el habitual centenar que encontrarás en otros juegos de battle royale. Tras atizarse los unos a los otros de manera absurda en una de las zonas de espera más brutales que hemos frecuentado jamás, se suelta a la mortífera docena sobre un ambiente urbano, sello del juego, y en ese momento es hora de la búsqueda de armas y la exploración al principio de la partida que ya conocerás muy bien de juegos como Fortnite y PUBG. En Bad Blood se mantiene el enfoque tradicional de la saga en el combate cuerpo a cuerpo: la gran mayoría de los objetos que podrás recoger al principio tienen un borde serrado. Ya cojas un hacha, un machete, una guadaña o un martillo gigantesco, el énfasis está en abrirte paso entre jugadores y una especie de hordas de zombis a golpes y tajos.

La acción se centra en una serie de colmenas que están hechas de porquería de zombis infectada. Cada una está rodeada por un pequeño grupo de no-muertos, cuyo número y fuerza van ligados a la calidad de las muestras que extraerás. Los jugadores tienen que acercarse a dichos grupos, eliminar a los no-muertos que están de guardia y extraer una muestra de sangre antes de esfumarse. Entonces el foco se mueve a la siguiente colmena y se centra en obtener suficiente sangre como para satisfacer a la gente en casa que, cuando hayas (o hayáis) obtenido sangre suficiente, mandará un helicóptero para recogeros a ti y a tu kit científico zombi. Por supuesto, las cosas son mucho más complicadas porque hay otros jugadores merodeando por ahí y, si fueran a, digamos, matarte, podrían saquear tu cuerpo con mucha facilidad y robarte cualquier cosa que hayas podido recolectar hasta el momento. Y tómanos la palabra: lo harán.

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Dying Light: Bad BloodDying Light: Bad Blood

El juego depende mucho más del combate corporal en estos encuentros jugador contra jugador y no es siempre en beneficio de los dos jugadores implicados. El sistema de combate es un tanto complejo y, si eres nuevo en el juego y te enfrentas a alguien que ya sabe cómo funciona, tienes casi garantizado que saldrás del encuentro bastante más desgastado que él. En pocas palabras, Bad Blood abastece muy bien a los que ya son fans del juego, pero si eres nuevo, pensamos que podrías tener problemas a causa de la gran cantidad de cosas que tienes que coordinar durante una batalla contra un jugador humano. Si a esto le sumamos un grupo de zombis e incluso un reloj haciendo la cuenta atrás, tienes la receta para el pánico por presión.

Bad Blood se posiciona en esta intersección de miedo, entre los ataques rápidos de los no-muertos y los golpes más hábiles del resto de jugadores humanos. Estás constantemente sopesando cosas, decidiendo cómo atacar a un grupo de no-muertos y desplazarlos de su posición defensiva, o quizá si es mejor dejar que otro jugador haga la mayor parte del trabajo antes de que te cueles y saques provecho de su duro esfuerzo. La escala del desafío (porque estos grupos de zánganos no-muertos no son fáciles de convencer) da al juego de Techland un matiz muy diferente comparado con los otros títulos con los que supuestamente compite. Nos atrevemos a decir que la opinión que tengas sobre la forma en que otros juegos de battle royale controlan la progresión de la partida determinará si conectas con Bad Blood o no.

Es una experiencia muy metódica. Dispones de cuatro espacios para armas y otros cuatro para el equipo. Siempre hemos estado al acecho de hachas para lanzar y granadas, la clase de objetos que podrían poner un poco de distancia entre nosotros y quienquiera o lo que quiera que intente luchar. Hay algunas armas a distancia, pero son pocas y están muy repartidas, por lo que el enfoque está mucho más en el parkour a modo de desplazamiento y en el sistema de combate de melé antes que en coger un montón de armas e ir a saco. Los emparejamientos de Bad Blood no tardan mucho, pero como se espera que casi todos los jugadores sobrevivan a los primeros minutos mientras se ubican, hay más énfasis en dar más impulso. Ganas fuerza no solo al recoger y crear armas mejoradas (puedes dotarlas de bonus elementales para dar a tus ataques algo más de garra), sino en arriesgarse; cuando recolectas más y más ADN, subes de nivel y te haces más fuerte, resistente y probablemente también más guapo, pero es un primera persona, así que es pura especulación por nuestra parte.

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Dying Light: Bad Blood

Techland merece elogios por emprender un camino diferente en el concepto de battle royale al mezclar algunas mecánicas muy distintas a y diferenciarse de la creciente industria. Como en Hunt: Showdown, se nos transporta a un ambiente único que parece creíble y bien construido, y mientras que la temática zombi se extiende a ambos juegos, se ejecuta de una manera diferente en cada uno de ellos. Así como el shooter de Crytek, Dying Light: Bad Blood es de acceso anticipado y, como se esperaba de un juego que ha salido antes de estar acabado, tiene mucho que limar. Hay una falta general de pulido (con la búsqueda de caminos de los enemigos particularmente pobre) así como problemas técnicos más generales como cortes e incluso algun cuelgue extraño. En pocas palabras, queda trabajo por hacer en este sentido.

Entonces, la pregunta es: ¿merece la pena comprarlo ahora? Bad Blood tiene un precio aproximado de 17 euros en el momento de escribir este artículo, lo que no es para nada escandaloso, pero seguimos pensando que podría ofrecer un poco más (sobre todo si se tiene en cuenta que también hay microtransacciones). Todavía queda mucho por mejorar y avanzar, y nos gustaría que en el futuro hubiera nuevos mapas e incluso nuevos modos para mezclar las cosas. Sin embargo, queda por ver hasta dónde puede llegar Techland en este producto que vende por separado. El énfasis en el parkour en primera persona y en matar zombis, combinado con un par de mecánicas únicas, hacen que la experiencia sea distinta. Las cimientos son sólidos y, con el correcto lanzamiento de contenido post-lanzamiento, Bad Blood podría salir adelante (con el pedigrí de Techland, somos optimistas), y el hecho de que se atreva a sobresalir en un mar de clones de PUGB bien podría hacerle muchos favores a la larga.

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