El Manchester United es incapaz de levantar cabeza. No pudieron con Erik ten Hag, y desde luego no está ocurriendo con Ruben Amorim, a pesar de los primeros atisbos de esperanza en los primeros partidos del portugués (4-0 contra el Everton, 3-2 contra el Bodø/Glimt en la Europa League). El último partido del año, y el ecuador de la Premier League, supuso la tercera derrota consecutiva, 2-0 contra el Newcastle.
El Manchester United es ahora 14º, mucho más cerca de los puestos de descenso (18-20) que de los de la UEFA (1-5). Por primera vez en mucho tiempo, los aficionados del Manchester United contemplan el descenso como una posibilidad real. Al menos, Amorim lo está, diciendo que "creo que es una posibilidad" y que tienen que ser claros con los aficionados, cuando le preguntaron en BBC Sport.
Amorim admitió que "también es culpa mía. El equipo no mejora. Está un poco perdido en este momento y es un poco embarazoso ser entrenador del Manchester United y perder muchos partidos. Creo que la gente está cansada de excusas en este club. Este club necesita una sacudida".
Puede que el club necesite refuerzos, pero con la delicada situación financiera, que empeoraría drásticamente si descendieran a la League One (poco probable, pero posible) o se quedaran fuera de competiciones europeas como la Liga de Campeones el año que viene (casi garantizado), la situación sería aún peor. Es la pescadilla que se muerde la cola.
Para poner la crisis en perspectiva, porque los historiadores del deporte tienen estadísticas para todo, la última vez que el Manchester United descendió a segunda división fue hace 50 años, en la temporada 1973-74. Haber perdido seis partidos sólo en diciembre significa que es su tercer peor mes de la historia (por detrás de abril de 1926 y septiembre de 1930). Además, este mes han encajado 18 goles, algo que no ocurría desde 1964.