El FBI cierra el caso Gamergate ante el clamor de algunas víctimas

Todo está dicho del Gamergate, aquella bola de nieve de discusiones y críticas en torno a la industria del videojuego y la comunicación que la rodea. O al menos eso es lo que piensa el FBI estadounidense, que ha dado por concluidas sus investigaciones y ha llegado a la conclusión de que no hay nada más que hacer.

La agencia ha liberado un documento oficial con 173 páginas en las que se incluyen todos los materiales relacionados con el caso "Gamergate". En él quedan incluidos emails, artículos y algunas investigaciones internas que tienen más o menos que ver con el "movimiento hater" que en 2014 enfrentó, especialmente a través de redes sociales, a multitud de jugadores, creadores y periodistas.

La investigación quedó cerrada bajo la premisa de que no ha habido continuidad con la situación, así como que no se han encontrado razones punibles para enjuiciar a las personas que participaron, ni siquiera a quienes realizaron amenazas sobre la vida de otras personas. En el documento se citan ejemplos concretos, como la cancelación de un acto de la crítico feminista Anita Sarkeesian o las amenazas de bomba en el Moscone Convention Centre.

Una decisión que ya ha provocado reacciones entre las víctimas. Especialmente dura se ha mostrado la desarrolladora Brianna Wu, que ahora aspira al Congreso de los Estados Unidos en la próxima elección. Denuncia en un escrito que lo publicado es "una fracción de una fracción de la información que les dimos", y asume que no se ha investigado prácticamente nada.

El caso está cerrado, pero quedará para siempre como el ejemplo de varias contradicciones de este sector como las relaciones comerciales entre las partes, el papel de la mujer como profesional y jugadora o la agresividad en las relaciones interpersonales a través de la pantalla.