Después de que Ubisoft cerrara los servidores de The Crew, dejándolo injugable, Ross Scott creó Stop Killing Games, una organización que pretendía preservar los videojuegos sin importar su antigüedad.
A raíz de que una petición organizada por Stop Killing Games alcanzara las 23.000 firmas, tuvo que ser abordada por el gobierno del Reino Unido. Por desgracia, el Parlamento no vio exactamente el valor de conservar nuestros juegos favoritos, y emitió la siguiente respuesta (gracias, PC Gamer.)
"Los consumidores deben saber que no existe ningún requisito en la legislación británica que obligue a las empresas y proveedores de software a dar soporte a versiones antiguas de sus sistemas operativos, software o productos conectados", reza la respuesta. "Puede haber ocasiones en que las empresas tomen decisiones comerciales basadas en los elevados costes de funcionamiento que supone mantener servidores antiguos para videojuegos que tienen bases de usuarios en declive".
Sin embargo, "si se hace creer a los consumidores que un juego seguirá siendo jugable indefinidamente para determinados sistemas, a pesar del fin del soporte físico, el [Reglamento de Protección de los Consumidores] puede exigir que el juego siga siendo técnicamente viable (por ejemplo, disponible sin conexión) para jugar en esas circunstancias".
Esto no es el final de la historia. La petición seguirá abierta y, si alcanza las 100.000 firmas, se llevará al Parlamento para un debate. Aun así, parece que el gobierno del Reino Unido no está precisamente dispuesto a dar prioridad a la preservación del videojuego en estos momentos, ni a proteger a los consumidores para que no pierdan sus títulos antiguos.