Sin duda, el gol más surrealista de la Champions League de ayer ocurrió en el Celtic contra el Club Brujas, un gol en propia puerta de Cameron Carter-Vickers en el minuto 26, que hizo una cesión a su propio portero Kasper Schmeichel... sin darse cuenta de que no estaba en su sitio.
Marcarse goles en propia meta siempre es doloroso, pero éste parece especialmente hiriente, ya que no se produjo en un momento de relativa tranquilidad. El club belga estaba presionando, pero el Celtic tenía la posesión del balón e intentó replegarse.
El portero se alejó del área de portería, esperando un pase del defensa de los Celtics. En lugar de eso, le pasó el balón a Carter-Vickers, y éste lo pasó suavemente hacia la portería, esperando conectar con el portero e iniciar una nueva jugada.
Sin embargo, Schmeichel estaba demasiado lejos y, a pesar de su carrera, no pudo evitar que el balón cruzara la línea y marcara el primer gol para el equipo contrario.
"Los errores ocurren y fue simplemente desafortunado", dijo Brendan Rodgers, entrenador del equipo escocés. "Ha dado ese pase un millón de veces y se ha ido hacia atrás y entonces hemos podido jugar hacia delante", según recoge la BBC.
"Pero tiene un carácter muy, muy duro. Es un gran tipo, se ha recuperado. Volvió a ser muy fuerte y agresivo en el partido y se puso las pilas y tuvo una auténtica valentía en la segunda parte, porque era él quien llevaba el balón hacia delante para que nosotros iniciáramos el ataque".
El Celtic acabó igualando el partido, 1-1, suficiente para que el equipo se mantenga en el puesto 20, por encima del Feyenoord, el Brujas, el Dinamo de Zagreb y el Real Madrid. Ambos se aseguran, por ahora, la clasificación, y el Celtic tiene por delante un camino relativamente suave, con partidos contra el Dinamo y el Young Boys en las dos próximas jornadas, con la esperanza de asegurar la clasificación antes del último partido contra el Aston Villa.