En la final de la Europa League en Bilbao se enfrentaban los dos peores finalistas de la historia de un campeonato europeo (16º y 17º de la Premier League, los últimos antes del descenso). Por tanto, era natural que el partido acabara como acabó, con un solo gol, y fue en propia puerta. Aunque oficialmente se atribuye a Brennan Johnson, las repeticiones muestran que el gol golpeó en el pecho (o en el brazo) de un jugador del Manchester United.
En la segunda parte, el Tottenham Hotspur protegió ese gol bastante feo como un tesoro, y a pesar de que el Manchester United tenía buenas intenciones, le faltaron ideas y juego táctico, y a pesar del dominio (73% de posesión del balón, 16 tiros y 6 a puerta frente a 3 tiros del Tottenham) hubo pocas ocasiones claras.
El Manchester United no jugará ninguna competición de la UEFA el año que viene, una desgracia para uno de los clubes de fútbol más importantes de la historia, mientras que el Tottenham Hotspur levanta su primer trofeo en 17 años, tras la Copa de la Liga de 2008, y tercera Europa League desde 1984, cuando era UEFA Cup. Ange Postecoglou continuó su tradición de ganar siempre un título durante su segunda temporada, mientras que Rubén Amorim no tendrá paliativos para justificar la peor temporada del United, y se espera una reconstrucción completa... aunque sin ingresos, al United le va a costar.