No, la vida no es justa. Pero algunas cosas menos justas son realmente difíciles de ignorar. Como el aumento salarial sin precedentes del jefe de EA, Andrew Wilson: la asombrosa cifra de 30,5 millones de dólares, es decir, 5 millones de dólares más que el año anterior. Un aumento de alrededor del 16%. No son precisamente pagos en cacahuetes: En salario base de 1,3 millones de dólares, unos 26 millones en bonos de acciones, más de 3 millones en primas y otros 700.000 en diversas compensaciones, como seguro de vida y salud.
En comparación con los empleados normales, de repente la cosa se pone realmente fea: esa gente se llevó un buen golpe, ya que el salario medio cayó bruscamente de 150.000 a 120.000. Y eso sin contar los despidos masivos que EA ha llevado a cabo internamente.
La extrema diferencia significa que Wilson ganó unas 260 veces más que el empleado medio de EA, a pesar de un año plagado de fracasos como Dragon Age: The Veilguard, Battlefield y EA Sports FC, que también ha visto caer su popularidad. Los críticos argumentan que esto es sintomático de la industria de los juegos en general, donde los ejecutivos cobran mientras los desarrolladores son despedidos. Un sistema en el que los beneficios y los accionistas son lo primero, y se deja de lado a las personas que realmente crean los juegos.
Dinos: ¿qué es razonable y qué es simple codicia sin filtro?