La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas ha vuelto a detectar restos de gas lacrimógeno en el campo de batalla de la región ucraniana de Dnipropetrovsk, según una nueva declaración, lo que ha suscitado nuevas preocupaciones sobre el cumplimiento de la Convención sobre Armas Químicas.
Aunque los agentes antidisturbios como el gas lacrimógeno están prohibidos en la guerra, Ucrania y Estados Unidos han acusado a Rusia de utilizarlos para obligar a los soldados a abandonar las trincheras. El último descubrimiento, basado en pruebas recogidas en octubre, incluye residuos en proyectiles de granada y muestras de suelo, tras un informe similar en noviembre.
Aunque no es letal, el gas lacrimógeno causa intensos problemas oculares y respiratorios, añadiendo otra capa de violencia a un conflicto ya brutal. Por ahora, está por ver cómo responderá la comunidad internacional.