Donald Trump ni siquiera había tomado posesión de su segundo mandato antes de anunciar que se enfrentaría a Hollywood, nombrando a Mel Gibson, Sylvester Stallone y Jon Voight como sus embajadores cinematográficos. Aún no se sabe exactamente cuál es su papel, pero lo que sí sabemos es que la guerra de Trump contra Hollywood parece no haber hecho más que empezar.
Ahora Deadline informa de que quiere imponer un arancel del 100% a todas las películas producidas fuera de Estados Unidos, y afirma a través de Truth Social que la llamada producción fugitiva (películas destinadas a Estados Unidos producidas fuera de Hollywood) es una "amenaza para la seguridad nacional". Con estos nuevos aranceles, Trump argumenta que la industria cinematográfica estadounidense debe protegerse de la competencia extranjera.
Sin embargo, como ocurre con otros aranceles impuestos por Estados Unidos, existe el riesgo de que se produzcan consecuencias negativas a nivel nacional e internacional. La industria cinematográfica argumenta que esto amenaza con encarecer la producción cinematográfica, lo que probablemente será un coste que se impondrá a la producción estadounidense, y también dificulta las colaboraciones internacionales.