El primer ministro de Japón responde a la destrucción del santuario de Assassin's Creed Shadows

Assassin's Creed Shadows sale hoy a la venta, pero por la forma en que la gente ha estado discutiendo y presuponiendo cosas sobre el contenido del juego, se podría creer que lleva meses a la venta. Desde que Yasuke fue revelado por primera vez, los críticos han señalado que el juego es irrespetuoso con la cultura japonesa.

Ahora, los políticos de la Dieta japonesa han sacado a relucir el contenido del juego ante el Primer Ministro. El miembro del Partido Liberal Demócrata Hiroyuki Kata planteó específicamente la cuestión de la posibilidad de destruir santuarios y otros objetos sagrados en su interior.

"En el juego, el samurai protagonista destroza tambores, espejos sagrados y altares dentro de la sala de culto de un santuario que aparece con su nombre real. Acuchilla a personas que parecen ser sacerdotes, dispara flechas y se involucra en otros actos violentos. Cuando pregunté al sacerdote jefe, me dijo que la empresa del juego no se había puesto en contacto con el santuario para pedir permiso para utilizar el nombre" dijo Kata, según ITMedia (vía Dexerto).

Ishiba Shigeru, el primer ministro japonés, respondió diciendo lo siguiente: "Es absolutamente inaceptable grafitear un santuario. No es más que un insulto al país. Es natural tener respeto por la cultura y la religión de un país, y creo que es importante enviar el mensaje de que no toleraremos ningún comportamiento que no respete la cultura y la religión de un país y no lo toleraremos".

Assassin's Creed ha incluido en el pasado contenido religioso de toda confesión que podría considerarse polémico u ofensivo, como que el Papa esté en posesión de un dispositivo mágico que controla las mentes, pero eso era en los viejos tiempos, cuando la gente perdía el sombrero con mucha menos facilidad. Es válido temer la destrucción gratuita de santuarios, pero como suele ocurrir a menudo con los videojuegos y la política, da la sensación de que se está utilizando un juego como chivo expiatorio de un mal comportamiento general con un origen muy distinto y anterior.