El último juego de El Profesor Layton es tan bueno como sus tres predecesores. Te atrapa, es pícaro... y nada sorprendente. Podría sonar como una crítica, pero esta falta de desarrollo no es un problema grave El profesor tomó una forma muy buena en el primer juego. Desde aquel primer encuentro hemos disfrutado de cientos de pequeños rompecabezas y aún tengo ganas de más de lo mismo.
La Llamada del Espectro sucede varios años antes de los primeros juegos. El profesor es joven y Luke es un niño mimado sorprendentemente introvertido que aún no ha crecido. Su nueva (¿o antigua?) conducta me gana por completo, porque siempre había encontrado la actitud súper vital del chaval como una espinita clavada.
Como siempre, estamos en una ciudad repleta de personajes más bien gansos que necesitan ayuda, en esa ocasión que les rescaten de una enorme criatura de sombras que aterroriza a la comunidad. ¿Sucesos sobrenaturales? Bah, dice el profesor, siempre fiel a la lógica, la ciencia, las mujeres débiles y el té fuertecito. Por lo tanto, es importante explorar los alrededores a conciencia y dar con una explicación creíble para la debacle.
Como en los juegos anteriores, todo el mundo que te cruzas parece interesado en los puzles y acertijos de una forma casi incómoda. Si practicas el lema del profesor, "ningún puzle debe quedarse sin resolver", te quedan un montón de horas de juego por delante.
Aun así, el mayor misterio no parece descubrir la verdad detrás de la amenaza sobrenatural, sino la desaparición del juego adicional que se incluía con la Llamada del Espectro. Hablamos de Layton's London Life, un jueguecillo a lo Animal Crossing ambientado en la capital británica.
Más que un pequeño extra, London Life era un buen pedazo de gameplay adicional que se sustrajo quirúrgicamente de las versiones europeas del juego debido a los plazos; Nintendo alega que la localización de los textos llevarían demasiado y el juego habría aterrizado el año que viene. Lo que es desconcertante, al menos para los de habla inglesa, es que el juego se haya incluido en las versiones norteamericana y australiana.
Obviamente, no he tenido en cuenta esta exclusión para formar mi valoración sobre el juego principal, aunque sigue sonando como un truco de última hora. El sistema central del juego funciona tan bien como siempre, asegurando unas partidas geniales según te exprimes los sesos. El Profesor sigue en plena forma, igual que todos estos años. Mientras Level-5 siga ofreciendo nuevos puzles, lo daré todo para seguir resolviéndolos.