El retraso de las 5G va más allá de España

Huawei es una de las compañías más importantes en el despliegue de la red 5G. Tanto, que estuvo en el ojo del huracán del conflicto político y comercial entre Estados Unidos y China que se desató en 2019. Ha alertado sobre el retraso a nivel mundial que se va a producir a causa del coronavirus, algo que en España y otros países es oficialmente así.

Desde el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital se ha tomado la decisión de aplazar el Segundo Dividendo Digital, que tiene como objetivo más importante la liberación y nueva licitación de la banda de 700 Mhz. Hasta ahora reservada para la TDT, será una de las que ocupe la red 5G (de ahí que sea obligatorio reorientar las antenas y resintonizar en algunos domicilios). Sin embargo, España, al igual de Francia o Portugal, ha decidido paralizar este proceso y no podrá tenerlo concluido a 30 de junio, fecha tope marcada por la Unión Europea para los Estados miembros.

Es solo la ramificación nacional de lo que desde China se ve ya como una situación global. El informe anual de Huawei y su directiva consideran que el despliegue no se podrá llevar a cabo "hasta el momento en el que la pandemia esté bajo control". Al mismo tiempo, también consideran que es de vital importancia para el futuro tener las 5G activas: "necesitamos acelerar el ancho de banda de la red [...] para garantizar que todo el mundo pueda trabajar, entretenerse y compartir información".

Un parón que podría venir bien a la Unión Europea mientras decide si prioriza la velocidad de implantación, y cuenta plenamente con el fabricante chino, o si prefiere tardar más y desarrollar su propio ecosistema completo, relegando a Huawei a un segundo plano. Un debate que cobrará fuerza tras esta crisis sanitaria que ha dejado en clara evidencia la dependencia que el mundo globalizado tiene de China y el sudeste asiático.