Hablar ahora mismo de Rocket League es hacerlo de un caso de éxito, de cómo un título aparentemente sencillo y es capaz de conquistar al gran público por su ritmo y su capacidad adictiva. Psyonix hace dinero cada día y está usando su superávit para financiar otros proyectos. Pero hace algo más de un año, sus responsables tuvieron que tomar una decisión dura: ofrecer su título gratis en PSN para los suscriptores de PlayStation Plus.
El estudio estaba en un momento crítico, con una idea que funcionaba pero sin fondos para sacarla adelante. Lo han revelado varios de sus miembros en un documental titulado Noclip que se puede ver de forma libre aquí. Una de las voces es la del vicepresidente de la compañía, Jeremy Dunham, que lo recuerda así:
"No teníamos más dinero para gastar. Nuestro presupuesto para marketing y relaciones públicas era prácticamente nulo. Nuestro gran reto era cómo ponerlo ahí a más gante."
La salida más rentable que encontraron en ese momento era la de Sony. Pero antes de tomar la decisión sobre si ofrecer su juego a través de esa vía una una reflexión interna. "Fue una decisión difícil", cuenta Dunham, "no era algo que queríamos hacer sí o sí, al 100%, hubo mucho debate".
El final de la historia ya lo conocemos. La idea funcionó y Rocket League se convirtió en un fenómeno del desarrollo independiente. Ahora ya ha pasado de los 8 millones de copias vendidas y de los 22 millones de jugadores, y ha facturado 11 millones de dólares. Lo mejor de todo, el estudio se ha ganado una reputación muy buena.