El páramo necesita un salvador. Una plaga está asolando todo y las calles arrasadas de la ciudad están inundadas de bestias mutantes y bandidos pistola en mano. Tras volver con el supervisor del Refugio 76, trazas un plan para recuperar la consistencia de lo poco que queda de la civilización. Cargado de oro para poner los cimientos de una nueva moneda está el Refugio 79, un búnker secreto del gobierno armado hasta arriba de torretas y cañones láser. Pero sin los recursos ni la experiencia que requieren, vas a necesitar un poco de apoyo. Por suerte, hay dos nuevos grupos por estas tierras, los colonos y los saqueadores.
Dos nuevas facciones, enfrentadas entre sí a partir de una idología y forma de entender el mundo. Dispuestas con sus equipamientos y habilidades propias. Escoger entre una y otra no va a ser tarea fácil para ningún jugador. Cadáveres ahorcados y cabezas clavadas en picas es la estampa que te encuentras al llegar a las instalaciones de "los malos". Los saqueadores dejan pronto bien claro que son un grupo de asesinos muy hábiles con los que mejor no cruzarse. Los colonos, sin embargo, son mucho más acogedores, pero no tiene pinta de que esta pandilla formada por trabajadores de la construcción vaya a mancharse las manos cuando toque.
El filo hilo que une la relación entre ambos bandos es un sistema de reputación que Bethesda ha creado para establecer en qué posición se encuentra el jugador. Estrechar lazos con cada parte permite acceder a contenidos exclusivos de ese lado. El inicio es hostil, y a partir de ahí se va subiendo por una escalera de siete peldaños a medida que van quedando completadas algunas misiones, ya sean de la historia principal o tareas diarias que te van encargando. Como cada vez va hacia posiciones más personales, los mercaderes de una u otra área dan acceso a una lista de productos más amplia, como pueden ser recetas. Es bastante parecido al sistema de reputación de Fallout 4 y permite sacar un poco más de jugo a la historia y a la partida en general.
Nos hemos metido más en la historia en este regreso a Fallout 76 que cuando lo jugamos de lanzamiento. Wastelanders sí consigue hacerte sentir en un Fallout de toda la vida. Hay personajes que tienen cosas que contar y de los que te apetece saber, y el sistema de diálogos avanzados que os detallamos en nuestras impresiones es ágil y dinámico. Las opciones entre las que puedes escoger son variadas y te hacen sentir que eres el que dedice. Además, la expansión recupera la comprobación de habilidades de Fallout 3 para enriquecerlo aún más. Estos se traduce en que, si el personaje tiene ciertas características en el momento de la charla, podrá acceder a unas líneas concretas que van a tener su impacto en la reacción del personaje PNJ que esté enfrente. Esta variante invita a pensarse muy mucho en qué gastar los puntos de subida de nivel.
El nuevo arco argumental tiene para unas diez horas de partida, que no está nada mal teniendo en cuenta que es una actualización y expansión totalmente gratis. Se puede acceder desde el inicio de una nueva partida, así que los recién llegados ni sabrán que esto jamás estuvo aquí. La mayor parte del tiempo consiste en los preparativos para el gran golpe, y lo mejor de todo es que te permite jugar a dos bandas prácticamente hasta el último momento. Con las misiones tenemos unas impresiones mixtas, porque el tramo central de la partida se basa en peticiones para conseguir tal o cual requerimiento de la facción de turno, de que no falte equipamiento. Entre tanto, hay algunas que son muy buenas, como Engañando a la muerte con los saqueadores, pues pocas veces hemos sudado tanto para poner de nuestra parte a un personaje tan excéntrico.
Antes de llegar a este punto nos topamos con un muro en la campaña que nos dejó un sabor de boca raro. Para avanzar había que ser nivel 20 y eso nos forzó a grindear de la nada. Bueno, pues ya aprovechamos para ir completando misiones del juego original y comprobar si hacen buenas migas con la expansión. Y muy bien, porque Bethesda también ha dejado unas mejoras considerables en el viejo Fallout 76. Los PNJ que ya estaban tienen más frases y han añadido algunos cuantos PNJ humanos nuevos que aportan remates al conjunto de la historia. Lo que pasa es que en la ejecución siguen siendo las de siempre y hay demasiada diferencia entre un bloque y el otro. Otro punto a favor de Bethesda es la optimización en general del título, que no pasa desapercibida. Sobre todo si se compara con sus primeros días.
Fallout 76: Wastelanders es un pedazo de actualización que consigue que nada tenga que ver el juego de hoy en día con el que se publicó hace 18 meses. Todos esos personajes humanos con sus historietas y los diálogos dinámicos hacen que por fin haya una historia en la que implicarse. Hasta las misiones viejas tienen más sustancia, aunque no estén a la misma altura. Merece mucho la pena volver al juego si lo dejaste por falta de interés para conocer todo esto e incluso puede suponer el empujón necesario para los fans de Fallout que habían pasado hasta ahora.