Cualquier aficionado a los videojuegos de carreras sabrá que la mejor experiencia en los títulos que más se inclinan hacia el realismo y la simulación sólo se puede conseguir mediante un conjunto de volante y pedales en condiciones. La comunicación bidireccional con el vehículo virtual se transforma totalmente cuando pasas del mando con botones y palancas a la conducción natural; así puedes controlar el coche con precisión y soltura y, a la vez, recibir multitud de señales para entender su comportamiento sobre el circuito en tiempo real.
Conforme van explorando las opciones disponibles en el mercado, esos aficionados también van descubriendo que existen distintas gamas de producto, con su correspondiente rango de precios ligado inequívocamente a la calidad y respuesta de sus componentes. Aquí empiezan a diferenciar costes y valores, intentando encontrar el espacio en el que se encuentran cómodos.
El fabricante alemán Fanatec define sus productos como "gama alta a precio accesible", y lo cierto es que es una forma bastante sencilla de entender su propuesta. En otras palabras, hablando de línea consumo para cualquier usuario podríamos colocar la gama baja (volantes que ni siquiera ofrecen respuesta Force Feedback) sobre los 100 euros, la gama media en las propuestas de Logitech y Thrustmaster (con Mad Catz ya fuera de juego) entre los 300 y los 500 euros y la gama alta, de Fanatec, rondando o superando la barrera de las cuatro cifras según el conjunto elegido. Dicho esto, tampoco hay que olvidar que por encima de la línea consumo hay más, mucho más, hasta donde pueda dar el bolsillo, desde los simuladores profesionales de 2.000-4.000 euros (eso sólo base y volante) hasta llegar a los casos de los simuladores de lujo, que cuestan lo que un coche deportivo real (35.000-65.000 euros).
En términos más técnicos, se puede decir sin miedo que Fanatec ofrece el mejor sistema basado en correa ('belt drive') del mercado, garantizando una respuesta cercana a los sistemas profesionales de tracción directa ('direct drive', salvando las distancias en cuanto a par de fuerzas) pese a depender de elementos intermedios entre el motor y la dirección, y muy por encima de los sistemas de engranajes ('gear drive') o de correa de otros fabricantes.
Esta introducción es indispensable primero para que cada lector os podáis situar según vuestras necesidades y exigencias, pero también porque los productos analizados en esta reseña significan la renovación de la línea principal de Fanatec, y también por situar en qué punto se encuentra el fabricante cuando está haciendo su propio asiento y experimentando con VR y los rumores dicen que ya desarrolla su propio sistema de tracción directa en secreto*.
Llevamos mes y medio sometiendo a distintas pruebas la nueva base ClubSport Racing Wheel V2.5 (aquí a la venta) y los Pedals Inverted V3 (aquí a la venta). Ambos se introdujeron a primeros de año. La primera es la evolución natural de la servobase V2.0 (de hecho la sustituye al ser más precisa, más resistente y más barata), mientras que los pedales son una alternativa invertida a los pedales de suelo V3. Hace un año y pico nuestro redactor sueco y expiloto Petter Hegevall analizó la V2.0 y los pedales V3, ya entonces otorgándole la máxima puntuación de Gamereactor, por lo que podéis imaginar cómo estaban nuestras expectativas.
Finalmente, hay que señalar que para poder probar el equipo también hemos contado con el préstamo del Universal Hub para Xbox One (una pieza intermedia esencial si vas a jugar en la consola de Microsoft aparte de PC), unos anillos de volante compatibles y la alternativa del volante de pilotaje Steering Wheel Formula Black. Podéis ver todos estos componentes en la galería de fotos adjunta.
Antes de hablar de sensaciones al volante hay que explicar cómo presenta Fanatec sus productos, porque se trata del primero de sus valores.
Si has probado otros volantes anteriormente, la calidad de construcción y componentes de cada artículo Fanatec te hará pronunciar en voz alta "esto es otra cosa" con solo destapar las solapas de la caja, y mucho más cuando le pongas las manos encima. Los materiales (aluminio anodizado, coberturas neumáticas, piel, cables cubiertos de tela, botones y componentes profesionales) y el acabado vienen directamente del mundo del automovilismo real, y no del espacio comercial de los accesorios para videojuegos, difuminando una vez más la línea entre los artículos de consumo y los profesionales. El resultado a la vista y al tacto llega a dejar en ridículo el acabado que encuentras en cochecitos urbanos reales, y no tiene que envidiar al bólido real medio.
Pero con 'presentación' no nos referimos solo a una cuestión de embalaje o calidad, sino también a un interesante mensaje. Los sistemas modulares de Fanatec, juegues en consola o en PC, son bastante fáciles de montar y poner en marcha tal cual como vienen, sin complicarse la vida, ofreciendo las mismas (y más) facilidades que otros periféricos. Sin embargo, a este fabricante le gusta dejar muchas partes vistas, lo que a la vez supone un toque mecánico genial y una pista evidente sobre las opciones adicionales de personalización y ensamblaje.
Es decir, puedes sacar de la caja el motor, atornillar un volante al Universal Hub y luego emplear la piña auténtica de extracción rápida ('quick release') para acoplarlo a la base como hacen los pilotos de verdad. Desde ahí sería enchufar y listo, plug and play (aparte tendrás que considerar el soporte o asiento de carreras, pero eso es otra historia). Alternativamente, te puedes detener a personalizar la posición de las piezas, ajustar la resistencia y recorrido de los frenos, la inclinación y tipo de pedales, configurar los LED, cambiar las manetas de cambio secuencial o decidir si quieres montar la base en ángulo, entre otras cosas. Ese mensaje es: puedes disfrutar ya y ponerte a correr, pero también puedes disfrutar a la larga con eso que llaman 'customización' o 'tuneo', todo con un diseño visto que hace las delicias de los que quieren ver todos los cables, tornillos y mecanismos.
Llegados a este punto toca lo más importante: que esa percepción de que al tacto y visualmente este conjunto está a otro nivel se transmita a la respuesta y sensaciones al volante. Y celebramos que así sea.
Es difícil discernir que es un sistema de correa sin escobillas; tal es la precisión, suavidad y velocidad de respuesta que te otorga la Wheelbase V2.5. No notarás esa fricción o roce que llaman 'cogging', y sorprendentemente tampoco encontrarás los puntos muertos o los arrastres típicos de este sistema. Así, sentirás cada grado de rotación conectado al anterior, ya sea en sutiles correcciones o en volantazos bruscos. Al tiempo, el detallado Force Feedback de algunos títulos te irá indicando cuándo has rozado el piano con el neumático trasero, cuándo has perdido tracción o cuándo estás a punto de sobrevirar. No tiene la fuerza descomunal de un motor directo, pero da de sobra fuera del ámbito profesional.
Si la V2.0 equipaba un motor y unos sensores de primera calidad, los pilotos más diestros advertirán la ligera mejora que supone la V2.5 con DirectSensor y el USB el doble de rápido en cuanto a fidelidad. Fanatec también promete una mayor durabilidad, y si bien esa es una medición que se realiza con varios años de carreras, todo el conjunto resulta verdaderamente robusto y resistente al 'maltrato' típico de los pilotos virtuales. A diferencia de los periféricos de otras marcas, fabricados con más plástico y más cerca del acabado de tipo juguete, no parece que estos componentes se vayan a romper más de lo que se romperían los de un vehículo real.
El motor es capaz de almacenar hasta cinco perfiles de uso, registrando los parámetros de configuración de volante y pedales para distintos juegos o usuarios. Por ejemplo, nosotros hemos guardado configuraciones para Assetto Corsa / Project CARS, Forza Motorsport 6 y Dirt Rally / Dirt 4 respectivamente, y luego hemos accedido con los botones y la pantallita LED para retocarlos sobre la marcha y en caliente. Es recomendable empezar por dejar todo esto en manos del software, pero también es cierto que muchos juegos mejoran cantidad con un ajuste de FFB, Drifting o incluso simulación de ABS en volante y pedales. Estas opciones requieren un poco de aprendizaje e información previa (no estaría mal que Fanatec incluyera unos tutoriales ilustrativos con los drivers), pero una vez las has tocado un par de veces te acostumbras a cambiar el perfil y retocarlo en cuestión de segundos.
Por último respecto a la Wheelbase hay que reconocer que, pese a su imponente presencia (y su peso de 4,2 Kg) y la tecnología avanzada que contiene, es más silenciosa y está mejor refrigerada de lo que esperábamos. Otros dispositivos se ponen enseguida "como una moto", activando ventiladores e incluso mandando la corriente hacia el usuario, pero en este caso se agradece la reducción de ruido y calor.
Las novedades también se cuentan por mejoras en los pedales V3 invertidos. En primer lugar y más obvio, al tener orientación superior, cambian completamente la sensación para los amantes de los turismos y los juegos de rally, como el que escribe. Los V3 estándar, pedales de suelo, son un producto fantástico como analizábamos el año pasado, pero el simple hecho de tener embrague y freno "colgando", así como una mayor separación entre los pedales, permite movimientos más naturales e instintivos para muchos conductores.
Sinceramente, no hemos puesto el pie sobre unos pedales no hidráulicos tan buenos como estos. Su funcionamiento es tan creíble que pasan del segundo al primer plano, como un componente de importancia equiparable al propio volante, tanto por la fidelidad que permite para controlar el vehículo como por la respuesta que envía al usuario. Eso sí, dada la novedad del montaje invertido (y que casi todos los usuarios de estos conjuntos están acostumbrados a pedales de suelo por mucho que en sus coches los tengan al revés), requieren algo de práctica y entrenamiento para sacarles todo el rendimiento.
En este sentido, algo curioso que ocurre es que, por su similitud con los pedales del mundo real, aunque estés acostumbrado al cambio secuencial de levas con embrague automático -y quizá por tanto a posar un pie en el acelerador y otro en el freno- la simple existencia y colocación del embrague te "tiran" involuntariamente del pie hacia la izquierda, invitándote a desembragar de forma manual y por tanto tentándote a ir a por una palanca de cambios como accesorio adicional. También tiene la culpa de esto que el sistema de embrague sea una auténtica maravilla, con una pisada suave al principio y luego un vencimiento para engranar la marcha lo antes posible.
Pero por mucho que nos enamore ese embrague tan bien hecho, el freno es probablemente la joya de la corona. Principalmente, porque es lo que más se echa en falta en estos conjuntos cuando te pones al volante de cualquier juego. Si la dirección, el FFB y el gas te proporcionan más o menos inmersión a las primeras de cambio, la pieza que suele faltar es un freno con una resistencia realista. Los V3 Inverted de Fanatec soportan toda la fuerza de sus predecesores (90 Kg), pero las distancias y el formato nos han resultado aún más convincentes. Por supuesto, como es marca de la casa, la resistencia del freno se puede ajustar sin emplear herramientas mediante el amortiguador incluido, con un sencillo gesto de rosca. Y por si fuera poco, el pedal incluye un motor de vibración, por ejemplo para indicar cuando bloqueas o entra el ABS.
El acelerador, por último, está montado como en la versión original, sin invertir, en el suelo. Las sensaciones ya eran estupendas: largo recorrido, buena posición, construcción exquisita y comunicación inmediata con las revoluciones de tu coche. Y también tiene su propio motor de vibración, para indicarte la pérdida de adherencia.
Además es, como contábamos al principio, un diseño sólido, metálico, con partes vistas que enseñan piezas mecánicas y eléctricas y que, al tiempo, sugieren personalización. Más allá del amortiguador del freno, en la caja también vienen unos pedales con forma de 'D' intercambiables por los tres de aluminio de serie y totalmente ajustables en inclinación. Pero la cosa no queda ahí, pues existe un kit de rendimiento de los frenos de venta por separado, que con un original sistema de muelles de elastómero de colores permite ajustar aún más el recorrido y la resistencia del pedal central, para adecuarse al gusto y la memoria física de cada usuario.
Para terminar con los pedales, a nivel de software os recomendamos probar a retocar un poco los parámetros de saturación y zona muerta del acelerador y sobre todo el freno. La sensibilidad es increíble y ocupa toda la trayectoria de los pedales: nosotros añadimos un pelín de saturación al freno para que no empezara a frenar con solo posar el pie y un poco de zona muerta para que registrase el 100% sin tener que pisar a fondo, algo que nos costaba bastante más pasando el pie derecho al pedal central que usando el izquierdo directamente.
En los últimos meses hemos conducido deportivos de Abarth, Ferrari o Porsche en carreteras y circuitos del mundo real. También hemos probado conjuntos de asiento, volante y pedales de todo tipo y cubriendo todo el rango de precios mencionado al principio de este artículo. Por último, para estas pruebas hemos corrido en títulos como Project CARS, Forza Motorsport 6, Assetto Corsa, Dirt Rally, Dirt 4 y otros, y celebramos que 2017 es otro año grande para los amantes del sim racing y el género de la conducción en general, con unos Project CARS 2, Gran Turismo Sport, F1 2017 o Forza Motorsport 7 que también hemos probado y calientan motores a la vuelta de la esquina.
Dicho todo esto, y en base a las pruebas realizadas, podemos concluir que el conjunto de Fanatec es simplemente insuperable en su gama, pues ha encontrado el punto dulce entre varios factores. Ofrece un acabado comparable al de los coches de verdad, y lo mismo se puede decir del montaje y la respuesta de los pedales. Su precisión en la dirección y la autenticidad de su Force Feedback resultan francamente sorprendentes para un sistema de correa, propiciando una experiencia que hace del automovilismo virtual algo más real, y que difumina en muchos sentidos la línea entre el producto comercial para consumo y los simuladores profesionales para pilotos.
Además, también son productos extremadamente bien pensados, diseñados y construidos, que ofrecen satisfacción, durabilidad y una gran capacidad de personalización y combinación. Hay configuraciones algo más económicas de Fanatec -pero también menos flexibles, mira la nota más abajo- que el conjunto aquí analizado, pero si eres un auténtico amante de los simuladores, no se nos ocurre un sistema mejor que este para recomendarte (cambia esos pedales por los V3 normales si eres más de Formula que de turismos y rallies). El hardware no te decepcionará de ningún modo si decides hacer la inversión y lanzarte a por él, pero antes te recomendamos que pienses en qué juegos echarás horas de conducción y que leas las tres notas adicionales que dejamos a continuación.
Una nota sobre la compatibilidad: Originalmente la base ClubSport debía ser compatible con PS4 al igual que lo es con Xbox One (usando un volante o conector compatible, como el Universal Hub del análisis) y con PC. Sin embargo, debido a la política de Sony con este tipo de dispositivos, Fanatec tuvo que desarrollar un nuevo volante aparte, invalidando la base V2.5 para la consola PlayStation. Ese conjunto se llama CSL Elite Racing Wheel (ya está a la venta de forma inseparable con un volante) y esperamos analizarlo próximamente, pero Fanatec ya asegura una respuesta muy similar a la de la base ClubSport. Los pedales V3 o V3 invertidos, así como otros accesorios del ecosistema Fanatec (palanca de cambios, freno de mano, etcétera) son totalmente compatibles con el sistema homologado para PS4.
Una nota sobre los juegos de coches en PC y consolas: La mejor experiencia de sim racing se sigue consiguiendo en PC, no solo por la existencia de títulos tan serios como iRacing o rFactor 2, sino también por lo bien que aprovechan otros exponentes como Assetto Corsa o Project CARS lo que ofrecen conjuntos como el que nos ocupa de Fanatec. En PC siempre encontrarás un soporte superior con más y mejores opciones de configuración de dirección y Force Feedback, así como la implementación de características como la vibración de los pedales V3, que aún no hemos visto en consolas. Por supuesto podrás disfrutar de un hardware así de potente en tu Xbox One, pero si eres todo un entusiasta de la simulación por ahora sólo le sacarás el máximo partido en ordenador, donde este conjunto se erige como una opción sin rival.
Una nota sobre los precios: El conjunto analizado cedido por Fanatec consiste en la base ClubSport V2.5 (549,95 euros), el Universal Hub de Xbox One (349,95), el volante ClubSport Wheel Rim GT Forza Motorsport (129,95 euros) y los Pedals Inverted V3 (599,95), un lote que con descuento de bundle puede rondar los 1.400 euros. Tantos los jugadores de PC como los de Xbox One pueden empezar por opciones más asequibles con la misma base e ir ampliando con el tiempo. Por ejemplo, sustituyendo el Hub y el Rim por un solo CSL Steering Wheel P1 y optando al principio por los pedales de base CSL Elite Pedals LC para empezar invirtiendo unos 850 euros por todo, lo que implica un ahorro de más de 500 euros.