Análisis de Fractured Soul

Una estación espacial remota está a punto de ser destruida. La estación tiene algo muy especial, y es que existe en distintas dimensiones a la vez. Abandonados y al borde del cataclismo, varios androides deben luchar en distintos planos de realidad para poder escapar y salvarse.

Con este planteamiento se presenta Fractured Soul, lo último de Endgame Studios para la eShop de 3DS, un título que bebe de los juegos de plataformas de antaño y crea un estilo muy propio con una interacción entre las dos pantallas prácticamente total.

A nivel gráfico Fractured Soul cumple. El texturizado es bueno, aunque el fondo de los escenarios acaba pecando de monótono y repetitivo. El 3D no se emplea, un detalle que se llega a agradecer, ya que al tener que cambiar la vista constantemente entre las dos pantallas, la estereoscopía sólo provocaría dificultades o incluso mareos. La música es bastante anodina, pasando totalmente desapercibida, aunque los efectos de sonido son múltiples.

Fractured Soul lanza al usuario a la acción sin pasar por ninguna clase de introducción o ambientación, pero no importa porque el título se centra en la jugabilidad, en el desafío. El jugador se encuentra al control, simple como el que más pero muy eficiente, del androide sin más premisa que la de alcanzar el final de la fase acabando con todos los enemigos que se interpongan en su camino. A lo largo del recorrido se verán una especie de orbes que sirven para obtener una mayor calificación al final de la pantalla. al finalizar cada misión se contabiliza el tiempo invertido, se compara con un tiempo objetivo o 'par', se contabilizan los orbes secretos obtenidos y se evalúa la actuación con una puntuación entre una y cinco estrellas.

Hasta este punto Fractured Soul puede parecer un juego de plataformas al uso, pero tiene un detalle que añade frenesí y dificultad dando al título un carácter especial, y es el uso de las dos pantallas.

En Fractured Soul la acción ocurre en dos dimensiones paralelas al mismo tiempo, representada cada una en una de las pantallas de la portátil. Con el botón L o R el androide es capaz de 'saltar' de su realidad actual hacia la otra pantalla, donde los enemigos, interruptores u obstáculos están ubicados en otro lugar, o simplemente no están. Al principio es confuso para el jugador estar pendiente de lo que ocurre en las dos pantallas a la vez, pero los primeros niveles ofrecen una aclimatación al control bastante buena. Pasado un rato de juego llegará la destreza para huir de los disparos y enemigos de una dimensión a otra, o para realizar saltos mientras se cambia para evadir obstáculos. En todo momento el usuario debe tener presente lo que ocurre en cada una de las realidades, sabiendo cómo cambiar entre ellas de manera efectiva para llegar en el menor tiempo posible a la salida. El resto del control es tan simple como la premisa del propio título: con la cruceta se controla al androide, con B se salta (pudiendo realizar un impulso adicional en el aire) y con Y se dispara.

La dificultad es uno de esos factores de Fractured Soul que merece la pena destacar. Finalizar las 25 pantallas de las que consta el título (más 5 adicionales que se comentarán más adelante) es un auténtico desafío. Los niveles presentan unos escenarios con los que la vista del jugador debe estar en todo, controlando obstáculos, enemigos, disparos, plataformas y abismos en dos pantallas a la vez. Esto hace que más de una vez el androide muera en el desarrollo de un nivel. En este aspecto, la muerte es generosa, devolviendo al protagonista al más reciente de los muchos puntos de control repartidos por el nivel (con la excepción de algunas fases especialmente difíciles, carentes de los mismos). Este es uno de los aspectos más positivos de la experiencia de juego, que se trata de un auténtico reto que hará al jugador dar lo mejor de sí mismo, pero en ocasiones se pueden crear situaciones límite, con demasiados elementos que vigilar en pantalla, en los que la frustración sobrepasa lo aceptable. En esos momentos lo mejor es dejar descansar el juego e intentarlo de nuevo con la mente fría.

A pesar de su sencillez conceptual, Fractured Soul es un juego completo que se reinventa a lo largo de su, quizá un poco corto, desarrollo. En un principio las dos dimensiones son idénticas en mecánica, pero más adelante la pantalla de arriba refleja una realidad acuosa con gravedad diferente, corrientes de aire que afectan al protagonista, biomas ardientes donde no se puede estar demasiado tiempo bajo riesgo de muerte o incluso gravedad invertida.

Aparte de estas fases 'estándar', el juego dispone de dos niveles especiales, con una mecánica similar a los juegos de naves clásicos, y la premisa de morir si se pasa demasiado tiempo sin derribar enemigos en ambas realidades, haciendo que el jugador tenga que cambiar constantemente para matar todo lo que pueda y no perder. La última fase que rompe las mecánicas anteriores es un jefe final que dispara a través de las dos pantallas.

En resumen, Fractured Soul aporta suficientes cambios a su jugabilidad para que esta resulte fresca y no caiga en la repetitividad, presentando nuevos desafíos de manera constante. Los marcadores online añaden al título algunas horas de vida y garantizan retos entre amigos o desconocidos, buscando el mejor tiempo. Una vez completado el juego, se pueden desbloquear los niveles extra, de especial dificultad, obteniendo estrellas en la calificación de las distintas fases.

Fractured Soul representa un desafío constante que hará las delicias de los jugadores de plataformas que buscan retos exigentes y la posibilidad de compartir sus puntuaciones con amigos y con todo el mundo, con una experiencia frenética, divertida y muy desafiante. A pesar de su duración relativamente corta, es un producto muy completo y a un precio asequible en el catálogo de la eShop de Nintendo 3DS.