Poniente está en fiestas. Cientos de tiendas se agolpan repletas de almas borrachas tratando de cantar al unísono, mientras el frío se cierra a medida que la noche se echa encima. Fuera de las tiendas hay un puñado de soldados en torno a un fuego escuchando a un hombre fornido con una gran barba negra contando la captura d Jamie Lannister. Escuchamos como un niño al tiempo que limpiamos la espada de nuestro maestro. Hasta que se acaba el vino y el cocinero nos en busca de otra tinaja. Ponemos rumbo al almacén, y poco a poco la cámara deja de seguirnos para hacer sitio a un texto que te ubica por fin en este mundo de fantasía.Esto son Los Gemelos, el castillo de Walder Frey, y está a punto de haber una boda muy especial.
Efectivamente, Game of Thrones: A Telltale Games Series empieza en La boda roja, junto a los miembros de la familia Forrester que celebran a las afueras de las grandes torres gemelas de los Frey. La casa Forrester ha sido aliada de los Stark desde hace mucho tiempo, y cuando se produce la matanza no solo son los reyes del norte los que quedan mermados, también sus traidores. Cuando todo pasa, el joven Ethan Forrester se convierte en el líder de su clan de vuelta en Ironrath, pero todo ha cambiado y ahora está a las órdenes de Lord Bolton y su bastardo tirano Ramsey.
Telltale Games nos pone a nuestra disposición varios personajes de su línea sanguínea como la doncella de Margaery Tyrell, Mira, el escudero Garder Tuttle o el propio Lord Ethan. Ya desde el principio nos llama la atención una caracterísitica interesante: desde el punto de vista de este título, la familia Forrester es como una reencarnación de los Stark. Por ejemplo, Mira es como Sansa y acaba metida en los embrollos políticos y sociales de Desembarco del Rey, mientras que Gared Tuttle está a medio camino entre la Guardia de la Noche y su familia, como un tal John Nieve. Son solo dos ejemplos. ¿Está bien o está mal? Un poco de cada porque así partimos de la base de que son poco originales, pero en su favor hay que decir que sus personalidades están muy bien diseñadas.
Si has leído hasta aquí y no te has enterado de nada quizá sea porque no estás muy puesto en el mundo de fantasía que ha creado George R.R. Martin, así que es probable que no vayas a disfrutar mucho del juego en general. Es totalmente referencial a Juego de Tronos, así que te va a costar seguir lo que pasa en esta historia paralela. Pero tanto para los fans de la serie como para los lectores de Canción de Hielo y Fuego es un filón.
Desde el primer episodio van a poder comprobar que Telltale ha sabido capturar su esencia. Mientras vas controlando a un personaje y a otro vas tomando decisiones difíciles sobre qué hacer o decir, complejas y rebuscadas como es la propia vida en Poniente. Por supuesto, tus acciones u omisiones van a producir chorretones de sangre y amputaciones de miembros acompañadas de un lenguaje sucio y bruto, sobre todo si el que habla es Lord Whitehill, el antagonista de la historia.
No hay nadie más cabrón que él en todo Poniente. Parece que está compitiendo con Ramsey Nieve por coronarse como el tonto de turno. Los Whitehill y los Forrester han estado enfrentados desde que uno de los últimos robó ruibarbo de las afueras de una casa colonial propiedad de los primeros. O algo así contaba la historia, nimiedades, porque nunca vas a saber realmente por qué hay enemistad entre casas de este tipo. Lo importante es el presente y que los Whitehill están deseando apropiarse del bosque Ironwood que poseen los Forrester.
Y basta ya de historia, vamos a hablar de las mecánicas. Game of Thrones es un buen juego más allá de ese handicap argumental del que ya hemos discutido antes. Es una aventura point & clic con gráficos simplones que a veces se ven mejorados repentinamente por pinceladas de brillantez. Algo común en los títulos de esta empresa que no se ha ganado su prestigio precisamente por su capacidad técnica, sino por sus tramas y sus actores.
De eso aquí hay un rato. Estos personajes poco originales pero bien desarrollados de los que ya hemos hablado están muy bien recreados gracias a un gran trabajo de doblaje (al inglés) sobre el que hay que encajar sus animaciones faciales. Incluso Peter Dinklage hace un buen trabajo, quizá porque aquí está en un papel más familiar que el que asumió en Destiny.
Si los personajes aportan mucho al éxito del juego, con la narrativa tenemos algo más de dudas, y si ambas no casan bien entonces no tenemos un buen título de Telltale. Vista como un todo sería como una larga montaña rusa de emociones que parece no tener fin, con altos altísimo y bajos bajísimos. Hay momentos de esos en los que se humedecen los ojos, como el emotivo final del segundo episodio. Pero también se te puedes humedecer por los bostezos que vas a pegar de aburrimiento en otros fragmentos, tanto que solo deseas pulsar A para pasar lo más rápido posible. No hay un equilibrio y eso es un problema, pero hay que dejar claro que los momentos buenos superan con creces a los malos.
Lo malo es que algunas de esas animaciones faciales son rígidas. En muchos géneros es algo casi irrelevante, pero no en este, en el que tienen un papel preponderante y Telltale Games nos ha fallado. No es que le estemos pidiendo un trabajo tan realista como el de L.A. Noire o The Last of Us, tan solo que no sean tan acartonadas como para que corten el rollo en los momentos más emotivos y te lleguen a desconcentrar. Son bastantes las ocasiones en las que estábamos a punto de caramelo y de repente nos hemos encontrado con una boca moviéndose desacompasada de las palabras que hace que, como mínimo, arquees una ceja. Es algo que seguro que se puede reparar de cara al segundo episodio porque sabemos que son capaces de hacerlo.
Otra cosa que también tienen que mejorar o, si no, ser eliminada son las escenas de relleno. Son situaciones jugables que está ahí metidas sin justificación argumental, en las que un cuadro de texto te dice algo como "avanza", y un par de pasos más tarde engancha con otro vídeo. Y es algo que no hemos visto solo aquí, es una desgracia cada vez más frecuente. Lo mismo se puede decir de otras zonas interiores libres, en las que te puedes mover tranquilamente por la habitación, pero que no proponen nada en concreto porque solo recordamos un par en las que tuviéramos que hacer algo relevante ahí dentro, concretamente, encontrar un objeto importante. Al final se acaban convirtiendo en una pérdida de tiempo, sin puzles ni misterios que solucionar, todo únicamente para acabar tomando la decisión de cual es el próximo camino por el que hay que avanzar.
Hay que hablar de todas esas decisiones, de esa elección de destinos y de su relevancia en la partida. Técnicamente tienen importancia, son la esencia del juego, pero por desgracia parece que no tienen tanta importancia y que el resultado va a ser el mismo ya te dejes llevar por las emociones o por el raciocinio. Esto lo decimos tras haber completado dos veces este primer capítulo, una vez en PC y la otra en iPad, tratando de buscar los caminos alternativos en cada ocasión. Pues bien, no hemos encontrado ninguna gran diferencia entre las dos partidas. No es que no las haya, es que no son suficientemente relevantes como para que, una vez sabido, intentes terminarlo dos o tres veces en busca de otras sensaciones.
Y aun no hemos llegado al aspecto más negativo de todos que es, y no os vais a sorprender, la restricción al movimiento. Esta fórmula empieza a estar bastante manida, un poco envejecida, sobre todo cuando toca pelear porque no hay ninguna emoción en el resultado. Al final te acaba decepcionando, si es que se puede llamar final a eso. Telltale no ha conseguido enlazar los elementos de forma adecuada, y además su abrupto final no es más que una nota que te deja insatisfecho. Todo queda en el aire y algunos personajes sufren un destino extrañísimo. Es como si te hubieras saltado un episodio entero en algún momento.
Pero, a pesar de todo lo descrito anteriormente, quedan ganas de seguir. Queremos saber qué ha pasado con Mira en Desembarco del Rey, si Asher es capaz de escapar de aquella escabechina y, sobre todo, que ha pasado en Ironrath, que es el punto más caliente de toda esta aventura.
No importa que haya ratos de aburrimiento, los momentos impactantes y los conflictos que empieza esta historia son suficientes como para superarlo, incluso alguno te va a dar un pequeño vuelco al corazón. Vamos, algo parecido a lo que te ocurre cuando vives (lees o ves) por primera vez esa Boda Roja con la que empezamos. Tiene fallos, sobre todo técnicos, pero esta temporada de Game of Thrones de Telltale ha logrado crear momentos memorables.