La suspensión de la ayuda a Gaza por parte de Israel, destinada a presionar a Hamás durante las frágiles conversaciones sobre el alto el fuego, está agravando la crisis humanitaria en la región, con una creciente escasez de alimentos, agua y suministros esenciales (vía Reuters).
Con las panaderías sin combustible, los peligros medioambientales en aumento y los servicios esenciales interrumpidos, incluidos el agua y la electricidad, los residentes luchan por sobrevivir en condiciones cada vez más terribles.
La medida, destinada a presionar a Hamás, sigue afectando negativamente a la población civil, ya cansada por meses de conflicto. A medida que se desarrolla la crisis, queda por ver cómo responderá la comunidad internacional a estos crecientes desafíos.