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Civilization VI

Guía táctica de Civilization VI

Guía de estrategias de Civilization VI para arrancar bien una partida.

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Empieza la partida

La mayor parte de los jugadores de Civ sabrán cómo empezar sin que nosotros tengamos que entrar en detalles. Empezarás en un buen lugar para asentarte, así que tampoco te pongas a explorar por ahí (más que nada porque acabará retrasando a tu civilización) a menos que haya un sitio mejor a no más de dos baldosas de distancia. Si está más lejos, te saldrá mejor construir tu segunda ciudad ahí (pero te interesará más adelante). En las dificultades más altas, las civilizaciones rivales suelen empezar con ventaja, como guerreros extra, así que no te sobrepases y adapta tu estrategia a tus rivales de la IA, que seguramente te sacarán ventaja explorando antes que tú: es decir, saca a un explorador, pero no te esperes encontrar poblados tribales en las dificultades más altas.

Lo mejor es que tu primera tecnología esté basada en lo que hay alrededor de tu primera ciudad. La ganadería es una buena elección si tienes vacas, ovejas y demás en tu ciudad; la minería también, si hay depósitos cerca; y la alfarería siempre es una tecnología genial, ya que te permite desbloquear un edificio clave para las fases iniciales, el Granero, que te hará crecer más rápido (y desbloquea la Irrigación, algo importantísimo para cualquier estrategia que utilices).

Eso sí, lo más importante de la parte inicial de la partida es la elección de un segundo colono. Nosotros recomendamos que esperes a que tu primera ciudad tenga por lo menos cuatro ciudadanos, para que pueda utilizar las mismas baldosas y no se corte su crecimiento (la capital es clave, así que a medida que te expandes es bueno que hagas colonos en otras ciudades). También puedes escoger ser más agresivo a nivel de expansión, pero ten en cuenta que eso te hace más vulnerable. El simple hecho de que haya buenos emplazamientos para tus ciudades cerca (no es buena idea enviar colonos lejos al principio, porque son presa fácil para los bárbaros) determinará mucho tu decisión.

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Civilization VI

Escoge cuidadosamente tu civilización

Aunque ahora hay muchísimas opciones para personalizar y adaptar tu estilo de juego en la fase media de la partida, gracias a las políticas, la primera elección siempre es importantísima. Cada civilización tiene características únicas que las hacen más o menos adecuadas para cada estrategia. Pese a que puedes adaptar todas las civilizaciones a tu propio estilo de juego, es mejor que lo optimices y aproveches al máximo los beneficios de cada una de ellsa, sobre todo en las dificultades más altas. Evidentemente, muchas de las bonificaciones que tienen favorecen una táctica en concreto (agresividad y expansión), pero Roma, por ejemplo, tiene unos beneficios económicos fantásticos que te harán expandirte sí o sí. Otro ejemplo: la bonificación de conseguir carreteras instantáneas al unir Roma y cualquier otra ciudad nueva (fundada por ti mismo o capturada) implica que tu ejército tendrá mucha más movilidad, algo clave si quieres ser muy agresivo, porque tendrás que luchar en varios frentes.

Por otro lado, Arabia es una buena civilización si optas por la victoria religiosa. No solo consiguen automáticamente el último Gran Profeta si no han conseguido uno antes, sino que también tiene bonificaciones de fe y cultura que expandirán su religión con mayor facilidad. Los aztecas (la civilización que se conseguía al reservar el título) tienen unas mecánicas muy particulares que les hacen ser muy polivalentes. Cada recurso de lujo que explotes les da a tus unidades +1 de ataque, que puede resultar muy útil si te encuentras en un conflicto, sobre todo al principio donde cada ventaja vale un mundo. Además, los aztecas también tienen un uso extra para los Constructores y estos pueden acelerar la construcción de la Maravilla. Lo más relevante de todo esto es que estas ventajas no están equilibradas. Algunas civilizaciones son más adecuadas para una estrategia y para una era y depende de ti elegir cómo aprovechar las distintas habilidades y edificios.

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Una vez sepas cuál es la mejor estrategia para tu civilización, el siguiente paso es intentar forzar a las otras civilizaciones a salir de su zona de confort o averiguar qué necesitas para que sus ventajas te afecten lo menos posible. Recuerda: conocer a tu enemigo puede ser más útil que conocerte a ti mismo. En Internet podrás encontrar un montón de guías para aprovechar al máximo cada civilización, pero como novato solo tendrás que saber a por qué objetivo vas a ir y cómo aprovechar las ventajas, las unidades y las construcciones específicas.

Localización, localización, localización

Esto, en realidad, se aplica a muchos aspectos del juego. Si colocas tus asentamientos cerca de fuentes de agua fresca, podrás crecer más rápido, pero ese no es el único factor que tendrás que tener en cuenta. También tendrás que ser rápido y listo, y cortarles el acceso a las otras civilizaciones para que no se establezcan donde tú quieres estar. Por otra parte, tendrás que pensar que hay varias bonificaciones de distrito y requisitos de maravilla según el tipo de baldosa y por eso tener montañas cerca de una ciudad no tiene por qué ser algo malo (como solía pasar antes). De hecho, algunas civilizaciones tienen ventajas en función de las baldosas (Rusia se aprovecha mucho más de la tundra, mientras que a Egipto le vienen genial los ríos). Con Rusia, por ejemplo, una de las estrategias más viables es establecerse en una región polar con tundra, porque no será una zona atractiva para el resto de civilizaciones y seguramente tendrás más a tu alcance los recursos petrolíferos de la fase final del juego.

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Bárbaros: enfréntate a ellos o afronta las consecuencias

Los bárbaros son un poquito diferentes en este título y, a primera vista, pueden parecer inofensivos. Su primera maniobra será enviar exploradores que no atacarán a tus unidades o te robarán. No obstante, si dejas al explorador solo, volverá con una buena horda de bárbaros repleta de unidades más duras de pelar. Esto, sobre todo al principio, puede ponerte en una situación peliaguda. Lo mejor es que cortes el problema de raíz y te cargues el campamento tan pronto como te sea posible. Esta clase de campamentos aparecerán en los territorios sin reclamar y por eso es importante que tengas siempre a mano a algunas unidades militares para resolver estos problemillas. No hace falta que hagas una guarnición en tu primer par de ciudades para hacer arqueros/guerreros/honderos y deshacerte de los primeros campamentos bárbaros que te encuentres. Además, eliminar a los bárbaros puede ayudarte con otras civilizaciones y te dará un buen montón de oro.

Utiliza tu divisa con sabiduría

A propósito, el oro y la fe son las dos divisas principales de Civilization VI. Así, tener un banco puede ser muy útil, pero te recomendamos que inviertas tus recursos y no que los dejes ahí estancados. A ver, tener oro es genial si una facción enemiga decide, por sorpresa, declararte la guerra (y sucede muy a menudo), pero también te puedes gastar el oro en comprar baldosas. Esto último, por ejemplo, te servirá para mejorar el crecimiento de tu nueva ciudad (sobre todo si compras baldosas con bonificaciones de recursos y demás). También puede permitirte reclamar baldosas estratégicas que conectan dos ciudades o robarles un trozo de tierra a tus rivales. Por otro lado, también podrás comprar Grandes Personajes con oro o fe. En general, nosotros no te lo recomendamos, más que nada porque los beneficios no son para tanto. Sin embargo, en algunos casos es bueno conseguir a un Gran Personaje antes que otra civilización.

Si tus bancos van aguantando bien y quieres ir a por una victoria científica, siempre puedes echarle un ojo a los requisitos Eureka: a veces puedes utilizar el oro para conseguirlos. Y siempre vienen bien, sobre todo teniendo en cuenta que los momentos Eureka son clave (junto con una economía científica firme) para ganar la carrera espacial y llegar a Marte.

Las otras civilizaciones pueden ser engañosas

Cada civilización tiene sus propios planes y esto hace que la partida sea más interesante, pero si te va demasiado bien, la envidia puede hacer que las civilizaciones vecinas te cojan un poco de odio. Por eso, lo mejor es que estés preparado para proteger tu territorio. Si quieres jugar de manera agresiva y asentarte al lado de otras civilizaciones, su primer pensamiento va a ser la guerra. Es posible que una diplomacia activa te permita calmar las cosas, pero, al final, siempre acabarás haciendo algún enemigo, porque es imposible satisfacer a todos los líderes y no siempre es fácil saber lo que quieren.

La guerra es (casi) inevitable

Es muy difícil jugar a Civ y ser un pacifista convencido. Un buen ejército es la base que toda civilización necesita, independientemente del objetivo que tenga. De hecho, si tienes una infraestructura militar débil, los imperios más agresivos de la IA te invadirán e intentarán borrarte del mapa. Y eso no es lo que quieres. No obstante, empezar una guerra siempre tiene un coste elevado (a menos que sea para reconquistar una ciudad perdida), así que puede ser muy inteligente molestar a las naciones vecinas para que ataquen primero y entonces gastar muchísimo oro para conseguir tropas rápidamente (se trata de una buena estrategia, porque así no pagarás por el coste de manutención de los soldados y serás un cebo para las IA más agresivas).

Por otro lado, si rechazas tratados de comercio, si estableces ciudades cerca de las fronteras de otras civilizaciones o si intentas expandir tu religión, las otras civilizaciones podrán tener motivos para atacarte. Y, evidentemente, algunas IA están programas para atacar en el momento en que puedan. Si la nación con la que luchas es muy similar a la tuya en términos tecnológicos, la clave para la victoria reside en una buena estrategia de combate y en tener de tu lado el terreno, la experiencia y las bonificaciones políticas. Lo más habitual es que la IA haga retirarse a sus tropas heridas, así que tenlo en mente para cambiar a las tropas del frente y curarlos/mejorarlos. Además, las unidades a distancia son algo básico, pero muy eficaz y es importante que las tengas siempre de apoyo (especialmente si asedias una ciudad). Si no te interesa conquistar, pero sí dañar al rival, siempre puedes saquear una baldosa, algo que puede ser fatal para una ciudad, tal y como funcionan los distritos. Más adelante también podrás sabotear distritos con espías, particularmente útil si una nación está intentando conseguir la victoria científica.

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Ciudades-estado: las guerras proxy que siempre has querido

Las ciudades-estado ya estaban en Civilization V, pero ahora han cambiado. Lo más importante es que ya no hay victoria diplomática, porque la opinión de una ciudad-estado ya no te importa un pimiento. Para aquellos de vosotros que estéis más interesados en una conquista militar, las ciudades-estado pueden ser un blanco fácil, aunque no al principio de la partida. Eso sí, ten mucho cuidado, porque tendrán alianzas y puede que te encuentres en un grave problema si atacas a una que tenga muchos aliados. No obstante, las ciudades-estado también son una buena alternativa a la guerra y podrás luchar por tener su favor a través de los enviados. Esta clase de interesantes minijuegos te permiten mandar enviados para ganar bonificaciones en las ciudades-estado: algunas serán permanentes, mientras que otras las perderás cuando ya no seas bienvenido en ellas. Una de las mejores estrategias con respecto a las ciudades-estado es reclamar un par de ellas al principio de la partida o utilizar enviados para salvaguardarlas. Si, por ejemplo, intentas hacerte amigo de todas las ciudades-estado, probablemente acabes perdiendo alguna contra otra civilización. De nuevo, como no hay victoria diplomática, lo único que te interesa es que las bonificaciones de las ciudades-estado te ayuden en tu objetivo o te permitan cubrir una carencia.

No aceptes la primera rendición

Si has conseguido derrotar a una civilización rival hasta el punto de que están pidiéndote la rendición, puede que te sientas tentado a aceptarla, conseguir algo de dinero y objetos de lujos como compensación y seguir tu camino. Sin embargo, en ese caso, lo mejor es que sigas presionando y captures un par de ciudades más. No solo te permitirá ampliar tu imperio, sino que, además, debilitará a tu enemigo hasta el punto de que no podrá recuperarse. Es cierto que te odiarán por ello, pero si eso te ocasiona algún problema, siempre puedes conquistar las ciudades que le quedan y acabar con ellos en un periquete.

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No subestimes la religión

Tu consejero (si no lo has desactivado) siempre te recomendará que construyas un distrito sagrado al principio. La verdad es que no es mala idea, porque fundar una religión es muy importante (y no solo si vas a por la victoria religiosa). Tener una religión te permite obtener algunas ventajas (el panteón solo te permite tener una y con una religión puedes tener hasta cuatro más), que van desde obtener beneficios, nuevos edificios y elementos que te ayudarán a expandirte. Así que, aunque no te interese la religión como objetivo principal, te perderás unos cuantos beneficios si no consigues a algunos de los Grandes Profetas (que son los que fundan religiones) durante la partida.

Personaliza tu partida

Hay muchísimas formas de mejorar la experiencia de juego de Civilization y suelen ser las mismas que en los títulos anteriores. Por ejemplo, puedes desactivar a los bárbaros o limitar las condiciones de victoria. Sin embargo, lo más importante es que puedes personalizar el tamaño del mapa y su distribución, edad y nivel del mar. Si quieres una partida en la que dominar los mares sea lo más importante, quizás te interese subir el nivel del mar y jugar en un mapa con islas. Si, por el contrario, no te interesan las unidades marinas, puedes bajar el nivel y jugar en un mapa tipo Pangea. A tu alcance tienes muchas otras opciones de equilibrio y la más extraña de todas es la de colocar un mar interior en medio del mapa. Por otra parte, también podrás elegir el número de civilizaciones e incluso escoger contra quién te enfrentarás. En concreto, esto nos parece genial si no te apetece enfrentarte a una civilización belicista en concreto o si quieres algo más de espacio para expandirte (con menos civilizaciones).

Eso sí, el siguiente paso son los 'mods'. Ya hay unos cuantos bastante útiles que se centran en suavizar la dificultad de la IA, en introducir nuevos mapas, nuevas civilizaciones y nuevas unidades. A ver, es cuestión de gustos, pero si hay algo que quieras cambiar, seguro que ya hay un 'mod' que lo pueda arreglar o si no, está a punto de salir.

Estos son algunos consejos para principiantes y alguna que otra recomendación general de cómo aprovechar Civilization VI al máximo. Nosotros te recomendamos que aumentes poquito a poco la dificultad, porque así desarrollarás mejores estrategias y tácticas cada vez que juegues y ampliarás tus oportunidades de ganar. Buena suerte.

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