Nunca ha habido mejor momento para aficionarse a Destiny, y puede que tampoco para alejarse de él. ¿Bastará con el Modo Desafío que están debatiendo incluir y el programa Recomienda a un amigo que hay en proyecto para arrebatarles jugadores a Star Wars y Call of Duty? No nos preguntamos si conseguirá convencer a alguien ese cambio de giro que es el nuevo modo La Liga de los Colibríes, porque no parece más que un extra, sino de la capacidad de su metajuego para enganchar más y más horas a más y más gente.
Tengo que ser sincero sobre una cosa antes de quitarte más tiempo: adoro a Bungie. He jugado a Destiny durante más horas de las que querría confesar, y antes de eso apenas conseguía mantenerme despierto de todas las veces que me pasé jugando a Halo hasta bien entrada la noche. Son juegos muy distintos, pero su atractivo es más o menos el mismo: una buena mano, muy particular, para el uso de armas en ciencia ficción que es incomparable. Punto.
En esencia, Destiny es una experiencia embriagadora. No me ha importado (demasiado) cuánto ha cambiado la economía o de qué forma se ha incluido el contenido nuevo. Me siento orgulloso de haber compartido este viaje con los demás Guardianes y con la buena compañía de Bungie.
Por extraño que parezca (o no), aunque pasé la mayor parte de mi tiempo en Halo intentando mantener una proporción respetable entre muertes y bajas, la mayoría de mis horas en Destiny las he empleado en exprimir al máximo el contenido PvE. Así que podría sacar a colación el estado de juego del Crisol, pero no me parece que el PvP sea parte del problema de Destiny. Sobre todo Las Pruebas de Osiris y El Estandarte de Hierro tienen bastantes problemas, entre ellos el lag provocado a propósito por algunos jugadores; pero a Bungie se le da genial hacerse cargo de ese tipo de cosas. El botín es bueno, últimamente sobre todo en El Estandarte de Hierro, así que dejando aparte los problemas de equilibrio, todo va bien.
El mayor problema que tiene Destiny en cuanto a conseguir un público fiel y sólido que pueda mantener es el PvE. De vez en cuando alguien define Halo como el Star Wars de nuestra generación, pero para mí esta asociación ha pasado a hacerse con Destiny. Aunque ahora que el verdadero Star Wars ha vuelto y que se dicen tantas cosas buenas de él (sobre todo en Gamereactor) seguro que no soy el único Guardián que está empezando a dudar.
Así que ¿qué es lo que va a hacer que todo el mundo vuelva a Destiny? Y sobre todo, ¿por qué deberían convencer a sus amigos de que se creen una cuenta y empiecen con su primer Hechicero, Titán o Cazador? Comencemos con la ópera prima...
La Cámara de Cristal es mucho más de lo que esperaba para ser un desafío por equipos. En el modo Difícil resulta muy complicado, pero merece la pena por las increíbles vistas y por las recompensas que obtienes. Igual que en Fin de Crota, incluso cuando los jugadores consiguen proezas como norma, la Cámara conservaba su aspecto siniestro y su halo de misterio. Es uno de los mejores eventos de videojuegos de todos los tiempos.
Aunque empezó con mal pie y hoy en día sigue un poco maltrecha, la Incursión de Fin de Crota ha ayudado a definir Destiny como un proyecto único e innovador que, a pesar de todos los fallos que la gente pueda mencionar, ha atraído y retenido a una comunidad de fans que lo aprecian tanto como yo mismo.
Siguiendo con el tema del PvE, La Prisión de los Ancianos, sobre todo el encuentro con Skolas, demostró lo bien que se le da a Bungie llevar las estrategias de mundo abierto hasta el límite de nuestra resistencia: hacen falta horas de análisis táctico hasta que los jugadores consiguen encontrar algo que funcione. Puede que intentar vencer a Skolas fuera una pesadilla, pero la satisfacción que obtienes al derrotar a este gigante virtual, superando las decisiones de diseño refinadas por Bungie, es inmensa en el nivel 34; y su espectro persigue a los que fracasaron hasta el final de Año Uno.
La Lista de Juego de Asalto tiene mejor pinta que nunca, y con eso y una nueva y por lo general mecánicamente brillante Incursión a la que dedicar nuestro tiempo, es de esperar oír que los Guardianes con más experiencia lo tienen mejor que nunca. Durante las primeras semanas tras el lanzamiento de El Rey de los Poseídos fueron precisamente alabanzas lo que la mayoría de jugadores recibía, y regresaban de buena gana. La batalla con Oryx en la Incursión de La Caída del Rey es espectacular, inolvidable. Sus minions también.
Oryx sigue siendo increíble, pero hay un problema: está, tanto en sentido literal como figurado, justo al final del camino. Tras derrotar a Oryx ya no queda ningún sitio al que ir, excepto de vuelta a Órbita. Es más, mientras estás comentándolo en las Naves de Salto de otros, el deseo de regresar parece ir deteriorándose. No solo el de recorrer la Incursión de La Caída del Rey de principio a fin con tu equipo en el Modo Difícil, con al menos un personaje adicional, sino de volver al campo de juego PvE orientado a escuadrones que Bungie ha creado hasta ahora en sí. Parece que la emoción se ha esfumado, ¿pero adónde ha ido a parar, y cómo?
Tenemos al menos una idea de por qué, dado el compromiso férreo de Bungie con los fans y su necesidad casi compulsiva de comunicar cada minúsculo cambio (bueno, "arreglo de bugs"). Según el director creativo de Destiny, Luke Smith, la filosofía PvE ha cambiado en cuanto al End Game. Antes había que hacer un esfuerzo enorme para llegar al nivel de Luz y a conseguir las armas y la armadura necesarias para poder participar siquiera en las Incursiones, por no hablar de las habilidades que hacían falta para salir victoriosos. En otras palabras, ahora todos los Guardianes, incluidos los novatos, llegan más rápidamente al punto en que la Incursión de La Caída del Rey en Luz 290+ queda a la vista. El atractivo ahora es profundizar en la experiencia al llegar a ese destino.
Para los Guardianes veteranos, que probablemente tendrán al menos un Guardián en Luz 315+, parece que pasa una eternidad hasta la llegada del Modo Desafío. Ellos ya han hecho todo lo que hay que hacer, y como el proceso de dolor ha desaparecido casi por completo, a nadie le importan ya sus heridas de guerra; apenas tienen significado, con lo que ese elemento de orgullo también se esfuma. El Modo Desafío debería devolverle un poco de la antigua agonía Atheon/Crota/Skolas al End Game. Las recompensas también deberían hacer que merezca la pena quedarse. Ya no queda ningún arma alucinante en Destiny. Bueno, yo estaba ansioso por tener el Conejo de Jade, pero eso es porque soy tonto. Así que, Modo Desafío: ¡venga!
Lo de Recomendar a un Amigo, que todavía están anunciando, es lo más preocupante. Parece que los jugadores veteranos vayan a recibir recompensas por ayudar a los primerizos a superar el contenido más complicado. Pero el PvE de Destiny ya no es tan difícil, y al Crisol normal le da igual qué nivel de Luz tengas mientras sepas disparar (un Rifle de Pulso, si no recuerdo mal). Más que nada, forzar a los veteranos a volver a la Cámara y a Crota solo para conseguir esas muertes va a poner todavía más de relieve que estos encuentros ahora son como un parque de atracciones abandonado. Los enemigos son pusilánimes, el botín apenas vale nada (a no ser que aún te interese Veredicto Dado en el PvP); ya no tiene misterio alguno. Lo voy a dejar ahí, porque es lo que todos los que conozco han dicho de Destiny desde que se lanzó El Rey de los Poseídos, pero espero que la situación sea tan tremendamente obvia que Bungie esté trabajando en encontrar una solución mientras yo divago aquí.
En cuanto a la competencia que tiene, han sido unas semanas muy duras para Destiny y me atrevería a decir que ya se ha llevado un buen impacto con Call of Duty: Black Ops 3, a juzgar por mi lista de amigos. Ya hace mucho tiempo que el grupo de jugadores de PvP busca un reto más grande y justo, y el hecho de que Treyarch se haya sacado de la manga un modo PvP más emocionante ha hecho que la migración sea inevitable. A esos ya los hemos perdido, y si vuelven, dudo que sea por el PvP de Destiny.
Y respecto a esquivar el gancho de derecha de Star Wars: Battlefront... Parece irresistible rendirse al deseo de sumergirse en el mejor universo de fantasía y ciencia ficción que jamás se ha creado, aunque se lo han puesto difícil a los fans que quieren vivir ese sueño con la falta de una campaña en solitario que te convierta en héroe. Sin embargo, en este caso no se trata de lo que Bungie ha hecho bien con Destiny, sino de la oportunidad de superarlo todo que EA/DICE ha echado a perder.
Así que estoy deseando romper mis oxidadas cadenas y salir a explorar nuevos terrenos, pero me sigue llegando una notificación tras otra de mis compañeros de Destiny, que quieren saber qué pasa con la Incursión de esta noche o si he alcanzado el Rango 5 en El Estandarte de Hierro esta semana al menos una vez. Si Destiny ha esquivado una bala de francotirador y el sable láser solo le ha chamuscado las cejas se debe a la fuerza de su comunidad, que saben que, después de todo, el juego no tiene casi emoción sin buena gente con la que disfrutarlo. Y cuanta más gente, mejor.
Tu impulso de reclutamiento está vivito y coleando, Bungie. Asegúrate de que merezca la pena para todos.
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