Halo 5: Guardians - impresión final

Podemos decir sin exagerar que el fenómeno Halo nunca ha estado en peor estado que ahora. Halo 4 fue un título muy bueno, pero su auge no duró mucho, y los fans pasaron a otras experiencias multijugador mejores. Después llegó Halo: The Master Chief Collection, que perjudicó todavía más a la marca con un lanzamiento errático, y nos dio la sensación de que 343 Industries y Microsoft no se preocupaban por la serie a fin de cuentas. Por otra parte, lo que empeoró todavía más las cosas fue el lanzamiento de la serie de televisión Halo: Nightfall, que es para Halo lo mismo que la última trilogía es para Star Wars (o El Hobbit para El Señor de los Anillos).

En otras palabras, es como si Halo hubiese ido cavando palada tras palada su propia tumba en el último lustro. Y ahora, si Microsoft quiere seguir manteniendo su buque insignia y su arma de gran calibre en la lucha contra el éxito de Sony, Halo 5: Guardians tendrá que encargarse de cambiar la situación. No olvidemos que el Jefe Maestro ya rescató a las consolas de Xbox en otra ocasión, y si hay alguien que puede volver a hacerlo, es este individuo verde acorazado, así que, con ansiosa anticipación, la semana pasada tuvimos la oportunidad de probar Halo 5: Guardians en Londres.

Lo más importante, obviamente, es mantener las expectativas a raya, pero, por otra parte, la beta multijugador que se lanzó a principios de año nos dejó con ganas de más, y toda la información sobre las nuevas características nos ha sorprendido en un sentido muy positivo, ya que parece que le va como anillo al dedo al mundo de Halo. En el evento al que pudo asistir Gamereactor, nos brindaron la oportunidad de jugar a los modos campaña y multijugador. Más tarde hablaré sobre este último y ahora me centraré mejor en el modo para un jugador.

Sin embargo, lo cierto es que no era tanto para un solo jugador, ya que nos acompañaron tres compañeros suecos y jugamos al modo cooperativo de Halo 5: Guardians. Las dos primeras misiones del juego estaban disponibles y ya os mencionamos antes la primera. Después pudimos vivirlo en primera persona y nos quedamos con ganas de más. Como seguramente ya sabréis a estas alturas, el juego se centra en una misión desconocida del Jefe Maestro y su Equipo Azul (ver tercer vídeo adjunto a este texto), mientras que Locke y su Equipo de Asalto Osiris se dedican a ir tras el Equipo Azul (ver último vídeo), ya que no saben qué están tramando y los consideran unos rebeldes.

Por consiguiente, en ambos casos, cuatro personas comienzan una aventura en un modo cooperativo completamente adaptado, que incluye servidores dedicados especiales. Además, podréis resucitaros unos a otros si os colocáis cerca de los compañeros caídos y mantenéis pulsado un botón durante unos segundos, con lo que conseguís que puedan volver a luchar. De todos modos, siempre es más fácil decirlo que hacerlo, por supuesto, porque no debemos olvidar que las balas siguen volando y, si no lo conseguís, el personaje no podrá reaparecer hasta que la batalla se haya calmado un poco.

Si, por el contrario, jugáis solos, tendréis que darles órdenes al resto de personajes controlados por la IA con la cruceta, en vez de lanzaros de cabeza a la acción. Este sistema también funciona guay, pero, en nuestra opinión, es muchísimo más divertido jugar cuatro usuarios y así también es más fácil subir la dificultad. Nuestro grupo jugó en Normal y teníamos tanto compañeros con experiencia cero en el mundo de Halo como verdaderos fans de la serie. Básicamente masacramos a la resistencia y acabamos muchísimo antes que si jugásemos solos, además de pasárnoslo mejor e intercambiar esas miradas de victoria al terminar cada misión.

Ya hemos hablado del primer nivel, pero el segundo, en el que por fin podemos manejar al alegre grupito de Locke, es considerablemente más entretenido. El nivel se presenta de una forma que recuerda a una variante tranquila del aterrizaje del Cartógrafo Silencioso de Halo: Combat Evolved, combinado con la quinta misión de Halo 2 (Metrópolis), en la que hay que cargarse a un Scarab (o Plataforma Ultra Pesada Tipo-47) subiéndose encima de él. Locke y su pandilla saltan de una nave para enfrentarse a su objetivo, el Kraken, una bestia enorme parecida a una araña que es demasiado grande como para derribarla a tiro limpio. En vez de eso, nos vemos obligados a luchar centímetro a centímetro para llegar al medio, reventar la bestia y escapar mientras todo explota.

Si ya el primer nivel con el Jefe Maestro y su Equipo Azul fue bueno, podéis haceros a la idea de que con este segundo nivel, Halo recupera esa esencia que tanto amamos, con un ritmo relajado, mucho misterio y enormes áreas para explorar (sin olvidarnos de los vehículos). Está muy bien iluminado y es detallado, y creemos que 343 Industries ha tomado la decisión adecuada al sacrificar un poco de esplendor gráfico en favor de los 60 fps. Durante la experiencia, no importó en ningún momento la amenaza a la que nos enfrentábamos, ya que los 'frames' se mantuvieron estables en todo momento.

En general, todo es mucho más fluido y, junto al sonido mejorado, Halo entra de repente en una nueva dinámica completamente distinta. Tras luchar por adentrarnos entre las rocas, matar a cientos de integrantes del Pacto, derrotar a un bien atrincherado Tanque Wraith (o Tanque de Asalto Tipo-26, para ser más 'pros'), interpretar crípticos jeroglíficos de los Forerunner y, por fin, alcanzar una plataforma desde la que poder ver al gigantesco Kraken, nos subimos a un Phaeton (una nueva nave Prometea que se parece a un mezcla entre un Banshee y un Falcon) para sobrevolarla al más puro estilo shoot'em up de naves, aterrizar sobre ella, entrar en su interior y acabar con la batalla.

Justo en ese momento, sentimos una oleada de felicidad inmensa que no habíamos sentido desde aquella batalla en la playa de Halo: Reach, durante la misión Larga Noche de Consuelo. Esta es la clásica experiencia Halo en todo su esplendor, una sensación que habíamos olvidado desde Halo 4. Y ahora, con solo dos misiones, nos encontramos con un juego sin terminar que ya muestra su magia. El hecho de poder decir que la campaña de Halo 5: Guardians parece tan prometedora es, por lo menos para nosotros, un gran paso adelante.

Parece que 343 Industries ha conseguido dar con la tecla, mejorar y retocar el gameplay y ofrecer esa historia oscura con un ritmo lento que hace que la serie de Halo sea tan especial. Después de Halo 4 y Halo: The Master Chief Collection, lo cierto es que esta quinta parte no nos quitaba el sueño por las noches, pero como errar es humano, podemos cambiar nuestra opinión (siempre que nos demuestren que hemos errado) y, desde luego, 343 Industries nos ha convencido de que Halo 5: Guardians tiene el potencial de ser un gran juego y de devolver a Halo al trono que se merece.