Hauntii

Desde que tuve la oportunidad de probar el juego Hauntii de aventuras indie de Moonloop Games en el Summer Game Fest del año pasado, no le he quitado ojo. En pocos minutos, la fascinante dirección artística y la banda sonora de jazz ya me habían convencido, pero como el periodo de prueba duró poco, me preocupaba saber si la mecánica básica del juego sería capaz de entretenerme tras varias horas de juego. Y todo apunta a que esa preocupación era acertada.

Porque he estado metido los últimos días en el mundo de Hauntii y conforme han ido pasando las horas, he notado claramente que el sistema de recolección de objetos por el que se caracteriza el juego, el cual similar al de Super Mario Odyssey, flojea al avanzar el juego. Además, la falta de una narrativa apasionante y algunas frustraciones dispersas acaban siendo perjudiciales para el resto de los elementos brillantes de este proyecto indie.

La idea de Hauntii es que asumes el papel de un fantasma que, en un intento por ascender a los cielos, tiene que explorar un mundo misterioso, reuniendo recuerdos; todo para poder pasar al reino placentero y brillante de arriba. Para ello, exploras diversas zonas en las que usas tu habilidad para hechizar y habitar objetos y criaturas para completar puzles y desafíos del entorno. De este modo, consigues objetos coleccionables en forma de estrellas que puedes utilizar en puntos concretos para completar constelaciones en el cielo y conseguir mejoras permanentes y desbloquear la posibilidad de viajar a nuevas zonas. Como puedes ver, la idea principal de Hauntii es muy parecida a la de Super Mario Odyssey, pero ahí acaban las similitudes, ya que la dinámica de juego y el estilo gráfico son muy diferentes en la práctica.

El sistema de embrujo es posiblemente el mejor elemento de juego de Hauntii. Al saltar a distintas partes del juego, puedes utilizar nuevas habilidades y movimientos para interactuar con el mundo y recorrerlo de una forma que sería impensable con las botas en el suelo. Puedes introducirte en los árboles y moverlos para sacar cualquier objeto atrapado en sus ramas, hechizar a los enemigos para que utilicen sus habilidades contra sus propios compañeros, meterte en los insectos para trepar por los árboles y alcanzar nuevas alturas. Existen muchas formas de embrujar e interactuar con el mundo, y Hauntii ofrece lo mejor de sí mismo pues te permite resolver los puzles como consideres oportuno.

El problema es que la historia principal que guía tu aventura no acaba de convencer. Carece de profundidad e importancia, y la forma en que la cuenta y la plantea es poco convincente. Da la sensación de que la historia apenas tiene importancia, como si no requiriera mucha atención, y me atrevo a decir que gran parte de ello se debe a que no hay diálogos hablados y a que los aquellos diálogos escritos se presentan a través de cuadros de texto que aparecen cuando interactúas con otros fantasmas, en la mayoría de los casos de forma opcional. En pocas palabras, uno tiene que querer seguir la historia, buscando la forma de unir las piezas, en lugar de que sea un elemento inherente a la experiencia Hauntii.

Los puzles del mundo también tienen sus fallos. Algunos son muy buenos y divertidos de completar, mientras que otros son repetitivos y un poco aburridos, o están tan integrados en el juego que es probable que los pases por alto varias veces antes de darte cuenta de que estaban ahí (por ejemplo, cuando un objeto coleccionable se encuentra en la parte superior de un árbol y no está a la vista). Este problema en parte se debe a la forma en que Hauntii está diseñado y animado visualmente, y a pesar de que la variedad de colores que suele ser monocromática es una preciosidad visual, en la práctica puede ser una pesadilla recorrerlo. El mundo se entremezcla y puede ser un follón visualizar la profundidad, encontrar objetos situados detrás de otros objetos o, en general. Desplazarte por cada zona también puede resultar complicado, ya que no hay un mapa regional que seguir y el mapa del mundo no sirve para mucho más que para localizar los objetos coleccionables.

La perspectiva y la dificultad para desplazarte por ella también afectan al combate, ya que puede ser difícil acertar cuando la profundidad plantea un desafío para percibirla y manejarla. Se pierde un poco de emoción cuando tienes la sensación de estar luchando contra los controles para apuntar y ajustar tus ataques adecuadamente, pero afortunadamente el combate es bastante sencillo y no resulta pesado, ya que se supone que Hauntii debe ofrecer ante todo una experiencia más relajada. Este estilo de juego relajado hace que el ritmo sea un poco lento la mayor parte del tiempo, y la exploración, la resolución de puzles y los problemas narrativos, cada vez más agotadores, tampoco ayudan.

Por supuesto, la banda sonora de jazz etéreo es una pasada y encaja perfectamente con el mundo del juego, y el hecho de que puedas personalizar a Hauntii con diferentes accesorios como gorros y trajes aporta un poco de personalidad al juego. Sin embargo, no puedo dejar de expresar la sensación de que a Hauntii le falta algo más para cubrir algunas lagunas y ayudar a apartar la vista de las zonas más conflictivas. El juego tiene su encanto que se percibe al jugar, pero en la práctica no acaba de manifestarse y, aunque algunos aspectos de este proyecto indie me han parecido extraordinarios, tampoco ha conseguido engancharme del todo. En cualquier caso, si te gustan las ilustraciones y el diseño gráfico de los videojuegos, hay mucho que apreciar aquí, ya que en su mayor parte es una maravilla.