Es una historia bien conocida por el aficionado a los videojuegos, que a principios de los años 90 Nintendo y Sony estuvieron trabajando juntas para lanzar una consola. Iba a ser la sucesora de una Super Nintendo que entonces estaba dominando el mercado con claridad. Uno de los pilares de este prototipo era utilizar CD-ROM en lugar de cartuchos en SNES, pero el acuerdo se rompió y el producto nunca llegó a comercializarse. Más tarde, de ahí surgió la primera PlayStation.
Pero sí se fabricaron decenas de prototipos que han acabado en diversas partes del mundo. Muchos años más tarde, concretamente en 2015, apareció una de esas "Super Nintendo PlayStation" en una caja de trastos, y ahora ha salido a subasta online por unos cientos de dólares.
La descripción lo marca como algo curioso pero inútil, como una pieza de coleccionista "admirada y apreciada". Cierto interés ha despertado porque en el momento de escribir estas líneas ya se ofrecen 360 dólares por ella. Lo más curioso es que sabemos quién es uno de los responsables de subir el precio. Palmer Luckey, fundador de Oculus, que no ha dudado en cantarlo a los cuatro vientos en sus redes sociales y darle toda la publicidad al enlace.
Viendo el historial conflictivo de Luckey, o es un genio que quiere inflar el precio para favorecer a alguien o es muy torpe. O es que el dinero le da lo mismo a la persona que comandó la venta de su compañía a Facebook por 2.000 millones de dólares.