Uno de los desencantos de la Gamescom de este año fue la escasa cantidad de juegos que se pudieron probar durante la misma. Ubisoft prefiere hablar durante media hora sobre los efectos meteorológicos y de iluminación en Assasin's Creed Shadows que dejar que juguemos un ratito como samuráis y hasta un DLC que sale dentro de un mes, como Starfield: Espacio Quebrantado tenía un total de cero oportunidades de prueba.
Por suerte, tuve la oportunidad de probar un montón de juegos en el gigantesco puesto de Xbox, que llenaba él solito casi la mitad de una de las salas de exhibición. Mientras la gente hacía cola para probar los próximos grandes juegos como Star Wars Outlaws, había un montón de espacio libre para probar los múltiples títulos indie de la muestra, así que hice exactamente eso. Sin más que añadir, ahí van los cinco que quiero destacar.
No soy un experto en el tema, pero imagino que al menos parte del atractivo de un juego como Euro Truck Simulator (y de conducir camiones en la realidad) es el sentimiento de controlar una bestia motorizada con pequeñas palancas, botones y pedales, además de sentirte como el rey de la carretera. Star Trucker captura todo esto a la perfección, intercambiando la solitaria carretera por el aún más solitario espacio.
Antes de lograr realizar mi primera entrega tuve que reparar agujeros, llamar a mi distribuidor con la radio, comprobar los calibres de todo y mucho más. Estas operaciones simples te ayudan a conectar con tu vehículo. De hecho, prácticamente te conviertes en uno, ya que no hay ningún modelo de personaje visible al observar tu nave en tercera persona.
Solo tuve tiempo para hacer una entrega, pero fue bastante divertido. El juego casi se convierte en Pilot Wings porque iba mucho de volar con precisión (¡nada fácil cuando manejas un enorme camión espacial!) y de dejar tu carga en el lugar indicado en el momento justo. Consigues puntuación por tus entregas, lo que afecta tus pagos y, por desgracia, acabé sin blanca espacial debido a mis habilidades más bien dudosas.
Debido a que solo jugué unos escasos 15 minutos, no sé si el juego sigue siendo divertido en sesiones más largas, pero en este corto tiempo realmente lograron que me sintiese como un verdadero camionero espacial.
El próximo lanzamiento de un estudio que consiste principalmente en actores de voz comienza poniéndote en dificultades al confinarte a tu casa. Eso no quiere decir que deberías encender la chimenea, colocar los cojines de tu sofá de forma estratégica e invitar a la gente. No, en su lugar debes tener citas con las cosas en tu casa. O sea, con tus cosas. ¡Por fin podemos dedicar todo nuestro tiempo y nuestro amor a nuestras valiosas posesiones en vez de a otra gente!
La pequeña prueba que hice me dejó con emociones encontradas. La chimenea me enseñó frases de ligoteo, aunque personalmente no fui capaz de hacer saltar la chispa. Fue un poco mejor con la encantadora globo que soñaba con ver el mundo, pero nunca había salido de su pueblecito. Me parece que tuvimos algo de química y hasta conseguí mi primera misión de su parte.
Desafortunadamente, justo cuando estaba a punto de declararle mi amor a la tostadora, la demo acabó dejándome con ganas de más.
El pin no merecía tanto trabajo, claro, pero la situación resultó ser una bendición, porque el juego, Spirit of the North 2, resultó ser muy divertido.
Al igual que en el primer juego, controlas un zorro aventurero en una misión mágica para restaurar un mundo hermoso, pero desolado, a su antigua gloria, resolviendo puzles y explorando el lugar. El astuto productor comparó el juego a Stray y, aunque los controles son bastante similares, tienes más control sobre tus saltos y movimientos en este juego que en aquel, algo bueno cuando tiene más secciones de plataformas que el primero de la serie. El juego me pareció lleno de encanto y bien hecho, pero al contrario que los otros que probé, le falta un gancho único. Con suerte, la calidad general será lo bastante alta como para atraer a jugadores sin tener que tentar a nadie con cositas brillantes.