Con Dishonored, Prey, y Deathloop, Arkane se ha forjado una reputación muy sólida dentro del panorama actual de lanzamientos. El problema de est éxito es que también crea expectativas muy altas. La gente sabe dónde se mete cuando juega a un título de Arkane, así que hay mucha presión sobre Redfall, el último juego del estudio, que tendrá que cumplir y superar esas altas expectativas.
Hace poco tuvimos la oportunidad de viajar a la sede de Zenimax en Londres, conocer a parte del equipo que trabaja en el juego y disfrutar de 90 minutos de gameplay sin limitaciones de Redfall. La historia principal tenía un objetivo que cumplir durante ese tiempo, pero no era esencial llevarlo a cabo. Podíamos recorrer el mundo abierto que Arkane había creado a nuestras anchas.
Antes de sumergirnos en el juego, el diseñador del juego Harvey Smith nos dijo que, a pesar de que la mayor parte del marketing de Redfall indicaba que era una experiencia que se jugaba mejor en modo cooperativo, Arkane había hecho todo lo posible para garantizar que la experiencia de jugar en solitario también fuera maravillosa.
Personalmente, nunca dudé de que Arkane pudiera hacer de Redfall una experiencia que pudiera ser disfrutada para un solo jugador. Tras haber jugado los títulos del estudio antes citados, han demostrado que saben cómo hacer un buen modo en solitario, y lo han hecho patente una vez más en Redfall.
Solo puedo hablaros de la experiencia en solitario de Redfall, pero durante los 90 minutos de los que disponía (en los que hice todo lo que pude), fue tal y como esperaba de un título de Arkane. El diseño de los niveles sigue siendo impecable, con el enorme espacio del mundo abierto de Redfall. Puedes ingeniarte casi cualquier forma de acercarte a tus enemigos y objetivos, con especial sentido de la verticalidad ya que puedes conseguir muchos puntos de ventaja para disparar a los vampiros o pasar sigilosamente por su lado.
Hay muchísimo que hacer en el mundo abierto de Redfall. Recorriendo el mapa, encontré misiones secundarias aleatorias en las que debía ayudar a los supervivientes del pueblo o averiguar más sobre el misterio que se esconde tras la conversión de vampiros de muchos de los habitantes. Hablando de los acechadores nocturnos, también hay muchas formas de luchar contra ellos en Redfall. Desde adentrarte en un nido de vampiros, que te llevará a dimensiones alternativas repletas de versiones superpoderosas de los chupasangres, hasta conseguir nuevas casas seguras que actúan como puntos de viaje rápido y lugares donde reponer tus provisiones. Hay multitud de opciones para contraatacar a los enemigos principales de este juego. Sobre todo, los nidos de vampiros parecen esconder mucho potencial, ya que ofrecen sus propias minimisiones.
Tanto por el diseño de los niveles como por todo lo que puedes hacer alrededor de mapa, está claro que Redfall piensa firmemente que en la variedad está el gusto. Podemos decir lo mismo de los personajes, cada uno de los cuales tiene su propia historia intrincada y un árbol de habilidades que podrás ir desarrollando a medida que avances en el juego. A diferencia de otros shooters de personajes como Borderlands, en Redfall no estarás limitado a una sóla habilidad principal, además de que cada superviviente tiene varias formas de recorrer el mapa y acabar con los enemigos. Jacob, el personaje con el que jugamos, podía buscar enemigos con su pájaro mágico, camuflarse para aumentar sus capacidades de sigilo y huída, y utilizar su rifle de francotirador Heartstopper para infligir muchísimo daño.
Redfall tiene mucho que ofrecer. Antes de sentarnos a jugar, Harvey Smith nos describió el juego como si fuera "intentar beber de una manguera". Aunque es cierto que pude entender esta similitud cuando estaba recorriendo el mapa por primera vez, parece que puedes hacerte con Redfall con bastante facilidad, sobre todo si ya has jugado a algún título de Arkane anteriormente. De hecho, Redfall puede parecerse demasiado al resto de juegos de Arkane, especialmente al jugar en solitario. He ahí la cuestión de si eso será suficiente para que el estudio vuelva a cautivar al público.
A pesar de su buen diseño de niveles, las opciones de cada personaje y la gran cantidad de cosas que hay por hacer, tenemos una ligera sensación de que Redfall no está a la altura de su potencial. Puede que sea porque no pudimos probar el modo cooperativo, algo que sin duda es clave. El juego en modo solitario es algo que Arkane no ha dejado de lado en Redfall, y eso es importante. Sin embargo, sin tener la oportunidad de deambular por la ciudad con algunos aliados, parece que no hemos saboreado la experiencia al completo. Además, aunque el segmento de historia que pudimos ver era bastante intrigante, también resultaba un poco incómodo y no nos hacía ver que el personaje con el que jugábamos estuviera directamente conectado a la trama, como sucede en otros juegos de Arkane.
El sistema de combate también me pareció simple. No es que yo sea el mejor jugador del mundo, pero acabé aplastando totalmente a mis enemigos en Redfall. Incluso el Rook, e vampiro superpoderoso que aparece cuando matas a suficientes vampiros especiales o llamas la atención de sus dioses, cayó con sólo disparos y una estaca en el corazón. En lugar de sentir que los vampiros son tan peligrosos como para hacerse con la ciudad, me pregunté cómo es que la comunidad no había devuelto el ataque de la noche a la mañana. Aunque esta podría ser una crítica pedante, ya que podría ser que la dificultad se haya alterado para la preview o que el juego en solitario sea bastante más fácil
Aparte de mencionar algunos pequeños problemas de rendimiento, no hay mucho que decir sobre Redfall. Al parecer se trata de otro juego gran juego de Arkane. Pero ya sea por el peso de las expectativas creadas por los éxitos anteriores del estudio o por el bombo que se ha dado tras tantos retrasos, parece que a Redfall le falta el toque especial para convertirse en un juego que no te puedes perder cuando salga a la venta.