Impresiones con Henry Halfhead: De donde menos se piensa, salta la liebre

Como se suele decir en mi tierra, "de donde menos se piensa, salta la liebre". Durante estos días de evento he tenido la suerte de cruzarme con unas cuantas, y creo que una de las más destacables ha sido Henry Halfhead. Este título, con su premisa única y enfoque en la creatividad, ofrece una experiencia que, a pesar de su simplicidad aparente, esconde una profundidad que creo que vale la pena explorar.

Henry Halfhead nace de una idea desarrollada por un pequeño equipo de diseñadores en Suiza, que comenzó como un proyecto de estudiantes en 2018. El juego te pone en control de Henry, quien tiene un superpoder, pero también una limitación. Se trata de un personaje que solo es una cabeza (o media cabeza) y que no tiene un cuerpo para interactuar con el mundo, pero que puede transformarse en objetos para hacer frente a sus limitaciones (y de este modo poder conectar con lo que le rodea).

En este caso, debemos completar diversas tareas a través de su habilidad para poseer objetos cotidianos. Esta mecánica central es, sin duda, el alma del juego. La misión a la que jugué en Gamescom no se desarrollaba en una cocina, como había visto en algunos tráilers y vídeos, sino en una habitación llena de juguetes y rompecabezas que te transportan de inmediato a la infancia. La capacidad de Henry para transformarse en cualquier objeto a su alcance abre un abanico de posibilidades que te obliga a pensar de manera creativa y a abordar cada desafío desde ángulos poco convencionales.

La dinámica de juego en Henry Halfhead se centra en la manipulación de objetos (cada uno con sus propias características y físicas). Lo interesante es ver cómo estas mecánicas, aunque sencillas en apariencia, añaden capas de complejidad. Por ejemplo, mover una pelota de goma es completamente diferente a arrastrar una silla o un cochecito de juguete. Este enfoque en la física del juego añade un cierto nivel de desafío. Y es que la verdadera dificultad no radica en superar enemigos, sino en adaptarse a las reglas y limitaciones del mundo de Henry.

Porque Henry no es un personaje omnipotente, y eso es precisamente lo que hace que cada desafío sea interesante. Su capacidad para poseer objetos está limitada a aquellos que tienen un tamaño y forma manejable para su media cabeza (aunque puedas transformarte hasta en una cama, estás limitado a usar los objetos que te rodean), lo que significa que los jugadores deben usar todo su ingenio para superar obstáculos. Con más de 150 objetos disponibles y aún más en desarrollo, las posibilidades parecen casi infinitas. Cada objeto tiene su propio conjunto de reglas y físicas, lo que obliga al jugador a experimentar y a encontrar la solución adecuada a través del ensayo y error.

Un aspecto que realmente destaca es el uso del narrador. Con un tono humorístico y cálido, este personaje omnipresente guía al jugador durante el día a día de Henry, comentando de manera divertida cada acción. Esto no solo añade un toque encantador al juego, sino que también ayuda a suavizar la frustración que puede surgir en momentos más complicados. La narrativa del juego, aunque no es tan lineal como en otros títulos, logra capturar la esencia de redescubrir la creatividad y la alegría en los aspectos más simples de la vida.

El diseño de niveles es otro de los puntos fuertes del juego. La misión que probé estaba llena de pequeños detalles que incentivan la exploración y el uso creativo de los objetos. Los diseñadores han logrado crear un entorno interactivo donde cada rincón puede esconder una herramienta útil o un minijuego adicional. Esta atención al detalle y la posibilidad de interactuar con prácticamente todo en el entorno hacen que la experiencia de juego sea siempre fresca y divertida. A medida que jugué, no pude evitar pensar en lo bien que este juego funcionaría en dispositivos móviles, donde su naturaleza táctil podría brillar aún más.

Y es que llevar a Henry Halfhead a dispositivos móviles no solo ampliaría su accesibilidad, sino que también podría atraer a un público más joven, que tiende a estar más familiarizado con las plataformas móviles que con servicios como Steam. La interfaz táctil, combinada con la mecánica de juego intuitiva y la simplicidad de los controles, haría que el juego fuera ideal para disfrutarlo en un teléfono o tablet. Esto abriría la puerta para que un mayor número de jugadores, especialmente los más jóvenes, descubrieran la magia de Henry y sus divertidas transformaciones.

Tras pasar un buen rato con Henry Halfhead, puedo decir que este título es más que un simple juego de acertijos. Es una invitación a ver el mundo desde una perspectiva distinta, donde la creatividad es la clave para progresar. Henry Halfhead es una prueba de que los videojuegos no necesitan grandes florituras ni gráficos ultrarrealistas para ser memorables. A veces, una media cabeza y un poco de imaginación son suficientes para crear una experiencia única y encantadora. Mientras espero con ansias el lanzamiento completo, no puedo dejar de sentirme con ganas de saber más sobre lo que Lululu Studios nos tiene reservado.