Impresiones con King of Meat: un picadillo entre Total Wipeout y Little Big Planet

A finales de julio tuve el placer de viajar a Londres para echarle un vistazo a un juego que no se había anunciado y que estaba a punto de ser publicado por Amazon. Aparte de que tenía el sello de los indies de Glowmade, un estudio formado por veteranos del antiguo Lionhead y de Media Molecule, no sabía absolutamente nada acerca del proyecto en cuestión. Aunque, por supuesto, eso cambió en cuanto el líder del estudio, Jonny Hooper, subió a la palestra y nos presentó King of Meat.

Para resumir, King of Meat es lo que pasaría si fusionases Total Wipeout y Little Big Planet. Se trata de un brawler cooperativo que desafía al equipo de jugadores a llegar hasta el final de un nivel repleto de enemigos, peligros ambientales, puzles y zonas de plataformeo; todo ello creado o bien por Glowmade o por miembros de la comunidad con acceso a las herramientas de diseño de niveles. La mayor diferencia entre King of Meat y, digamos, Dreams o Meet Your Maker es que el escenario del juego es un concurso de TV ficticio (y caótico). De ahí las comparaciones con Total Wipeout o, incluso, Takeshi's Castle, emitido en su día en España con el título de Humor Amarillo.

Por supuesto, el tema principal de este juego es aliarse con un grupo de amigos y disfrutar del caos. No resulta particularmente desafiante, es muy fácil accesible y no crea estrés a base de encontronazos con enemigos con límites de tiempo u otras cosas del estilo. King of Meat va de cargar un nivel y arreglárselas para llegar al final de la forma más estilosa que puedas, recogiendo por el camino tesoros y otros objetos de valor desperdigados por el mapa en cajas, barriles y cofres, todos ellos elementos destruibles, que a veces están ocultos y a veces a simple vista, para mantener un multiplicador que indica cómo se está tomando la actuación el público y que permitirá lograr puntuaciones más altas. No hay ninguna penalización especialmente seria por morir o caer del escenario, así que te puedes divertir un poco troleando a tus amistades a base de activar trampas que les empujen a su fin o de usar tus Glory Moves y batearlos hacia la estratosfera con tus habilidades. Sí, si alguna vez te preguntaste cómo sería Fall Guys sin la sensación constante de pánico y sin la emoción de perseguir las Crowns de la victoria, la respuesta probablemente sea que como King of Meat.

El sistema de juego es simple y directo, pero no faltan una variedad de elementos y mecánicas interesantes que ayudan a mantener el interés e impedir que resulte repetitivo. Puedes saltar y hacer un pequeño planeo para llegar aún más lejos, puedes tirarte en plancha, puedes agarrar y lanzar objetos (incluidos barriles explosivos), puedes ir a la caza de algunos secretos muy bien guardados. King of Meat tiene mucho que hacer, además de entrar en un nivel, destrozar cajas, acabar con los enemigos y llegar al final con la mejor puntuación posible. Aquí es donde entra en acción el «hub» de Ironlaw Plaza.

Si has jugado a Splatoon, este tipo de «hub» te resultará muy familiar, porque además de servir como «hub» social, también es la sede de las distintas tiendas donde puedes mejorar tu personaje adquiriendo nuevas armas, poderosos Glory Moves, complementos, beneficios temporales para ayudarte durante un nivel concreto... además, claro, de ser el lugar donde puedes intercambiar tus desafíos completados por divisas del juego para poder gastar con los mencionados vendedores. Durante estas primeras impresiones solo pude ver cómo funcionaba unas pocas tiendas y algunos elementos de la caracterización del personaje, pero pude comprobar cómo funcionaba dos armas muy distintas (cada una con su propia cadena de ataques) y logré cambiar el aspecto de mi personaje a base de toquetear la suite de belleza.

La personalización es, sin duda, uno de los puntos fuertes de King of Meat, ya que permite expresarte con mucha más libertad, sin los rígidos límites de otros tantos juegos multijugador. Se parece a Little Big Planet en que puedes cambiar tu sombrero, tus partes de arriba, de abajo, zapatos, el aspecto de tu arma, poner decoraciones donde te parezca usando una herramienta para ello, pegatinas, etcétera. Que puedas desbloquear una amplia gama de complementos a base de jugar el juego sin más y de completar desafíos y encargos, logra que personalizar tu avatar resulte fascinante, algo que los complementos basados exclusivamente en soltarle dinero al juego nunca logran.

Otra de las partes más interesantes de King of Meat es como logra retarte al jugarlo. El objetivo base no es más que llegar al final del nivel, sí. ¡Pero! Si logras hacerlo con una puntuación mejor que la ya lograda por la comunidad, también lograrás premios adicionales, entre los que se encuentran todavía más opciones de personalización. La sensación de trabajar como un equipo y lograr ganar una de las elusivas medallas de oro después de mantener el hype de la audiencia por todo lo alto, dar con todos los secretos y recovecos del nivel y acabar con todos los enemigos del nivel es genial. King of Meat, en eso, no tiene desperdicio.

Pero, siempre hay un "pero", lo cierto es que ha habido muchos juegos multijugador últimamente que debutan con ideas geniales y que te atrapan al jugar, que no tardan en desinflarse porque no logran mantener una base constante de jugadores. Podéis llamarme pesimista por sacarlo a colación, pero lo cierto es que últimamente este parece un mal endémico del sector. La lista es larga: Rocket Arena, Knockout City, Hyper Scape, Roller Champions, Dreams, entre muchos otros títulos que no han logrado un éxito duradero. Ojalá King of Meat se acabe pareciendo más a Fall Guys que a esos otros títulos con ideas geniales, pero que fracasaron igualmente. Lo cierto es que lo único que puede definir el éxito o fracaso de un juego como este es la comunidad y estos últimos años predecir su reacción está siendo especialmente difícil.

Sea como sea, espero que el proyecto de Glowmade sea un éxito, porque este juego, tan divertido y simple, tiene un algo que, de veras, funciona. Es divertido para todas las edades, es jugable para todas las edades y, gracias a su herramienta de construcción de niveles que permite que los propios jugadores diseñen sus niveles (y que no pude probar en profundidad), tiene posibilidades casi infinitas en cuanto a partidas. Con suerte, eso bastará para que King of Meat siga entre los favoritos de mucha gente dentro de unos cuantos años.