Hay una razón por la cual muchos recuerdan la saga Life is Strange con cariño y le guardan un lugar especial en sus mentes y en sus corazones. Es porque, en lo que hace diez años era una industria que (como muchas otras) se percibía como diseñada para una demografía muy específica (mujeres con poca ropa, hombres 'hipermasculinizados', presencia nimia de cosas más allá del status quo social de la época, que tanto ha cambiado en los últimos años...), Life is Strange apareció como una bocanada de aire fresco y un atrevido recordatorio de que las personas, en general, son increíblemente complejas y únicas y que es imposible reducirlas a un par de estereotipos. Hoy día, dejando aparte juegos de lucha y títulos desarrollados en Japón, los personajes de videojuegos dan la sensación con cada vez mayor frecuencia de ser gente que te podrías encontrar por la calle y aunque no me atrevo a ir tan lejos como para decir que le debemos las gracias específicamente a Life is Strange con relación a este cambio, es innegable que ha tenido su impacto en esta evolución.
El motivo de que saque esto a colación es que he podido disfrutar de la oportunidad de probar una hora de juego del próximo proyecto de Don't Nod: Lost Records: Bloom and Rage. Se trata de una aventura que pone un gran peso en la parte narrativa y que se centra en cuatro mujeres recordando un verano inolvidable de 1995 en el que un incidente marcó sus vidas para siempre. Se trata de un estudio de personaje que nos presenta cuatro mujeres increíblemente detalladas, tan auténticas que a veces resulta hasta desagradable y que sirven como los pilares de una historia que se centra en conocerse a uno mismo, en los desafíos de la vida adolescente y en hacer nuevos amigos. Como ya dije, recuerda a Life is Strange.
Es una historia lineal que sigue un camino muy específico, aunque luego podrás modificarlo a tu gusto a base de explorar para descubrir nuevas opciones de diálogo y secretos que luego podrás usar durante conversaciones y momentos clave a fin de modificar la narrativa base del juego. En realidad, no es una mecánica que resulte única, por poner un ejemplo, los aficionados al horror de Supermassive la implementan todo el tiempo en sus propios juegos; pero sí que permite ponerle tu toque personal a la historia, que de otro modo no contaría casi con ninguna interacción por parte del jugador. Al igual que en el caso de Supermassive, de otros trabajos de Don't Nod o de proyectos de Telltale, entre otros, la mecánica requiere que prestes atención a medida que avanzas por la historia, ya que muchas de las opciones de diálogo tienen límites de tiempo. Todo esto logra que mantengas la concentración incluso en los momentos en los que la narrativa se mueve con cierta lentitud.
Creo que hay que decir que, al contrario que algunos otros juegos de aventura centrados en la narrativa que podáis haber jugado antes, el ritmo de Lost Records se parece más al de Life is Strange. Es decir, se trata de una historia que no tiene prisa por llegar a ningún sitio y que pone el énfasis en interacciones pequeñas, inconsecuentes, a fin de crear el cuadro más completo posible de sus personajes y del mundo que habitan. Repito que Don't Nod ha creado, una vez más, un estudio de personaje tan verosímil que da miedo, porque cada una de las jóvenes (teniendo en cuenta que la historia se mueve entre el día de hoy y el 1995 de su adolescencia) resultan completamente creíbles y no parecen para nada prefabricadas. Tienes sus fallos, sus ansiedades, son de todas las clases y tamaños y, así en general, son grandes ejemplos de inclusividad. Exactamente, lo que esperaríamos del elenco de un juego de Don't Nod.
Lost Records anima a quien juega a perderse en los momentos que conectan las escenas clave, Podrás explorar la habitación de la protagonista principal, Swann, y aprender más acerca de su forma de ser y su pasado a base de interactuar con objetos y recordar; luego, podrás avanzar hacia el garaje de Nora para proceder de forma similar antes de prepararte para escuchar la banda de Nora (y de Autumn), un evento que puedes influenciar a base de juguetear con una máquina de samples para batería. Después te lanzarás a la naturaleza a fin de grabar un video musical y lograr que el elenco interactúe entre sí, poniendo de manifiesto aún más rasgos de personalidad, como el hecho de que Kat es introvertida o que Autumn tiene una relación difícil con su padre. Son esos pequeños momentos los que sirven de pegamento al conjunto y son también los que permiten que este juego demuestre su excelencia y destaque, pero no van a ser para todo el mundo.
Y es porque Lost Records es un juego con un ritmo muy constante. De hecho, tiene un ritmo tan constante que a veces el mayor desafío es mantener la atención y el interés, algo que sin duda sería un problema aún mayor de no ser por la mecánica de grabación de vídeos y la maravillosa dirección de arte y diseño de escenarios.
Swann puede grabar libremente cualquier cosa que le apetezca mientras explora las distintas partes de la historia, lo que ayuda a mantener una cierta frescura. Algunas partes son obligatorias y parte de la narrativa general, pero también hay muchas oportunidades para grabar elementos adicionales del mundo e ir completando lo que no deja de ser una lista de tareas. Tareas como documentar los distintos pájaros en una zona, sacar imágenes desde distintos ángulos de la torre de agua de aspecto curioso, grabar al gato de Swann cada vez que hace algo curioso y otras tantas cosas. Querrás hacer estas cosas no solo para completar la sección de recuerdos coleccionables, sino también porque al final de cada capítulo principal de la historia, serán tus grabaciones las que se usen a modo de video recopilatorio (el video musical, por ejemplo) que sirva de recordatorio nostálgico de lo que acaba de suceder. Y lo mejor de todo es que, aunque el juego en sí es alucinantemente hermoso, con escenas exteriores coloridas y vibrantes y escenas interiores increíblemente detalladas e intrincadas... las grabaciones se presentan como lo harían las de una auténtica videocámara de los 90, con un aspecto de ratio reducido, mucha granulación y un contraste pobre, lo que hace que resulten aún más reales y auténticas.
Sí, hay algunos movimientos y animaciones de los personajes que resultan como mínimo raros y sí, quizás la mejor descripción de este juego sea que es impresionantemente indie o alternativo. Pero también es tremendamente fascinante y un nuevo ejemplo de por qué muy pocos estudios pueden llegar al nivel de excelencia de Dont' Nod cuando se trata de crear personajes creíbles, que se sienten como si fueran reales. Si disfrutasteis de Life is Strange (puede que True Colors sea lo más parecido al loop de juego de Lost Records), entonces también os encantará Lost Records: Bloom & Rage.