Impresiones con Tavern Keeper: El auténtico sueño de fantasía medieval

Una vez, antes de que las presiones y el ritmo acelerado de la vida me atraparan, me encantaba un buen juego de simulación. Zoo Tycoon era lo mío, y estaba dispuesta a pasar horas perfeccionando cada centímetro de cualquier negocio o casa en la que trabajara en un juego de simulación. Sin embargo, sabiendo que simplemente requieren más tiempo del que dispongo hoy en día, la mayoría de las veces tengo mis viejos sims favoritos guardados en mi biblioteca de Steam del mismo modo que Bilbo Bolsón guarda el anillo en ese estante sobre la chimenea.

Después de jugar a Tavern Keeper, volví a sentir la llamada de un sim encantador y acogedor. El simulador de vida de fantasía medieval de Greenheart Games es exactamente lo que dice en la lata. Eres un Tavern Keeper, encargado de dirigir y mantener tu propia taberna de fantasía. Como muchos otros mundos de fantasía, éste está lleno de héroes, orcos, elfos y muchas otras cosas extrañas que cabría esperar en el género, pero aunque eres el protagonista de la historia, no eres un héroe tradicional. Sólo un simple hombre de negocios, que intenta pasar cada día sin que nada salga mal.

Como probablemente puedas adivinar, en Tavern Keeper empiezas con poco más que un grifo y una pequeña zona de asientos. Por suerte, esas cosas vienen con el cochambroso local que acabas de comprar, y una vez que has contratado a tu primer empleado, estás abierto al negocio. Cosas como habitaciones adicionales, diferentes tipos de cerveza, actividades recreativas como los dardos y decoraciones extrañas llegan con el tiempo, a medida que tu dinero crece, y ofrece un camino bastante sencillo hacia el éxito, permitiéndote hacer crecer tu taberna en esta fase inicial sin que se te echen encima demasiados sistemas. No podemos hablar del juego posterior, ya que sólo pasamos un breve periodo de tiempo con Tavern Keeper, pero sin una sobrecarga de sistemas en la cara nada más empezar, el juego nos ofreció una introducción fluida y ágil.

Eso no quiere decir que no haya nada que hacer aparte de ver a tu nuevo orco contratado dar tumbos por las mesas tomando pedidos. Además de los distintos objetivos que conseguirás a medida que crezca tu taberna, también puedes recibir (o tener que soportar) la visita de un tipo especial de viajero. En la demo, conocimos a un caballero acorazado que se creía un héroe, en busca de una misión digna para demostrar su valor. Aquí es donde Tavern Keeper cambió su modo de juego, abriendo un gran libro en el centro de la pantalla, y permitiéndonos elegir ciertas opciones de diálogo para tratar con el caballero. Canalizando mi pasado en la hospitalidad y recordando el tipo de cliente que resultó ser este caballero, no le di ni la hora, aplasté sus sueños, pero luego los restauré ligeramente diciéndole que su gran destino podía alcanzarse haciendo algo tan sencillo como sentarse y beber en mi taberna.

Esos momentos salpicados entre las secciones de juego permitieron que Tavern Keeper no se sintiera aburrido en ningún momento. Además del juego principal, también hay un creador muy detallado, que permite a la gente dar a sus tabernas el sabor que deseen. Durante la demostración, se nos mostraron algunos ejemplos de creaciones de aficionados con mucho más talento que un servidor, que se las arreglaron para hacer desde una gigantesca instalación de alquimia hasta una mesa de D&D o una mesa de juego, con "cartas" que en realidad estaban hechas de pequeños tapetes. Aunque había montones de opciones de personalización disponibles, añadir algo como esto permite a los jugadores aportar su toque personal a una taberna, y para quienes quieran perderse decorando cada centímetro cuadrado de su negocio, Tavern Keeper sin duda te da capacidad para ello.

Aunque habría estado bien ver cómo evolucionaban la taberna y la jugabilidad más allá de la demo a la que jugamos, al final pudimos hacer explotar nuestro negocio, lo que ya era satisfactorio de por sí. Tavern Keeper es un simulador acogedor y sencillo en el que, aunque dirijas un negocio, no tienes que estar conectado para tener contentos a tus clientes. No es uno de esos juegos en los que realmente se trata de un segundo trabajo de microgestión, sino que se siente como un escape a lo que muchos de nosotros haríamos si viviéramos realmente en un país de fantasía.