Después de un retraso para evitar coincidir con el gigante roguelike que es Hades II, The Rogue Prince of Persia finalmente ha debutado en acceso anticipado. Prometiendo mucho parkour y combate de ritmo rápido, como cabría esperar de un título sobre el Príncipe de Persia, Evil Empire ha presentado una base sólida que aún necesita mejoras en algunos aspectos.
Como probablemente puedas entrever por el título, somos el príncipe rebelde de Persia, quien se fue a luchar contra el rey huno después de que su ejército apareciera en la frontera persa. Es seguro decir que no nos fue muy bien, y después de recuperarnos en un oasis durante unos días, partimos para rastrear a los hunos y eliminarlos antes de que causen demasiados estragos en nuestra tierra. Al ir detrás de las líneas enemigas, tendremos que saltar, brincar, escalar paredes y superar todo tipo de obstáculos, además de ensartar a muchos enemigos con la punta de nuestras dagas. Si fallamos, eso no es problema, ya que nuestra Bola nos devuelve al oasis para recuperarnos.
Después de un tutorial muy rápido, eres libre de hacer lo que quieras en el primer entorno del juego, donde los impresionantes gráficos y la emocionante banda sonora captaron mi atención al instante. Cada uno de los biomas por los que corres está lleno de carácter y se siente verdaderamente distinto entre sí, incluso si en principio tu objetivo es el mismo en todos ellos: llegar al otro extremo sin palmarla. Las animaciones son fluidas y vibrantes, sin sacrificar el estilo un tanto caricaturesco del aspecto general.
Además de la banda sonora y los efectos de sonido de tu personaje recibiendo palos y dando leña, no hay mucho más que escuchar en The Rogue Prince of Persia, por lo que ayuda que la música del juego sea muy, muy buena. Los sonidos de un instrumento cuyo nombre no voy a intentar adivinar, que llegan justo antes del clímax mientras corres por el Pueblo de Zagros, me hacen sentir como si quisiera empezar a correr por las paredes, aunque muy probablemente me rompería las piernas.
Hablando de parkour, como esperarías en The Rogue Prince of Persia, funciona muy bien. Es fluido, receptivo y te hace sentir como un atleta sobrehumano mientras trepas por un poste para correr a lo largo de una pared antes de dar un salto de fe para evitar un pozo de pinchos ahí abajo. Si realmente quieres poner a prueba tus habilidades de parkour, hay Salas de Travesía, cada una con sus propios desafíos únicos y recompensas para que las recojas una vez que las hayas completado. A diferencia de muchos otros juegos roguelike, tu camino no es una línea recta, ni se enfoca en acabar con todo a tu paso. Te encontrarás con varios Pozos de Sueños en cada área, a los que puedes viajar rápidamente si quieres volver a un punto específico en un bioma. Por ejemplo, si acumulaste suficiente dinero para regresar a la tienda y comprar un arma nueva o un medallón, simplemente puedes entrar en el pozo y salir por el otro lado.
El combate es rápido y divertido, aunque un poco básico. Tienes acceso a varias armas, cada una con sus propias combinaciones limitadas, así como una herramienta secundaria a distancia junto con una patada que puede aturdir a los enemigos si golpean un obstáculo o a uno de sus camaradas. La variedad de enemigos es decente en cuanto a apariencia, pero la mayoría de ellos hacen lo mismo o muy parecido. Ya sea un ataque cuerpo a cuerpo o uno a distancia, que puede ser (en su mayoría) esquivado con un salto. Digo en su mayoría porque el salto no siempre es una forma segura de escapar del peligro, y hay momentos en los que fui alcanzado por un ataque mientras estaba detrás de un enemigo o en medio de un salto.
Esto me lleva a mi principal problema con The Rogue Prince of Persia, que es la inconsistencia. Las bases de este juego son muy buenas, lo que me lleva a creer que este es solo un problema de acceso anticipado, pero es uno que necesita ser resuelto, de todos modos. Si miramos el combate, por ejemplo, y el hecho de que un salto sea tu única herramienta defensiva adecuada, aunque puede ser atrapado, me hace anhelar algo que pueda sacarme efectivamente de una situación difícil. Ahora, la reacción inicial podría ser simplemente saltar y hacer parkour para escapar, pero parece que el parkour y el combate no se mezclan muy bien, especialmente en una situación estresante. Ese antiguo error de Assassin's Creed está de vuelta, donde te encuentras aferrándote a un borde o corriendo hacia una pared, corriendo hacia el peligro, en lugar de alejarte de él.
Este problema se vuelve algo muy evidente, ya que los enemigos te pegan con ganas. Solo puedes recibir unos pocos golpes antes de que estés muerto o tengas que beber la única poción curativa que obtienes en un entorno. Por supuesto, cuanto más crece tu confianza y habilidad, te dará igual todo esto, pero parece que el combate carece de ese mecanismo defensivo adicional que te brinde algo más además de saltar desesperadamente.
El mayor punto de discordia aquí, al menos para mí, es la falta de progreso. En Hades, una vez que regresas a tu base, puedes gastar todos tus recursos en obtener mejoras permanentes para tu personaje, armas y demás. En The Rogue Prince of Persia, sí puedes gastar las Chispas de Espíritu que acumulas de los enemigos caídos en el oasis, desbloqueando armas y medallones, pero luego no puedes equiparlos para comenzar tu carrera con ellos. Solo estás comprando la posibilidad de encontrártelos. Pasé varias carreras ahorrando suficientes Chispas para comprar un medallón que supuestamente me evitaría morir una vez, pero no lo he encontrado desde entonces. Lo mismo ocurre con las armas. Me gustan los dagas dobles, pero tal vez quiera empezar con la espada o la tabarda por una vez.
Es probable que cambies tus armas durante una carrera, lo cual está bien, porque realmente no cambian mucho el estilo de juego, pero me gustaría destacar "probablemente" como la palabra clave aquí, ya que nadie te garantiza que vayas a encontrar armas mejoradas. Esto significa que me he enfrentado a jefes con la birria de dagas de nivel uno a pesar de explorar gran parte de un área determinada y abrir cofres de equipamiento.
A diferencia de Hades II, que es el ejemplo más reciente que se me ocurre, tampoco es que te sientas muy poderoso con cada carrera que haces. Puedes obtener algunas mejoras decentes en el camino, como crear una nube de veneno cada vez que golpeas a los enemigos entre sí, pero no hubo nada que me hiciera pensar que el juego estaría desequilibrado si pudiera haberlo equipado en la carga inicial.
Aparte de esa larga lista de quejas, The Rogue Prince of Persia es divertido. Vale la pena señalar que lo que he jugado se siente como una versión de acceso anticipado de un juego o un producto no terminado, mucho más que el otro gran roguelike que se lanzó este mes. Sin embargo, es una buena base, y espero que con el tiempo y la ayuda de la comunidad pueda pulirse hacia una experiencia general que sea tan genial como su aspecto y sonido.