Impresiones jugando a Killing Floor 3: A tope de zombis

Hay una gran variedad de juegos basados en la mecánica de hordas enemigas. Ya sea títulos que van de eso, como Zombie Armie u Orcs Must Die o proyectos más amplios que ofrecen experiencias similares en algunos de sus modos de juego, como el modo Zombies de Call of Duty o el modo Horde de Gears of War, no faltan opciones si lo que quieres es combatir contra monstruos terroríficos ronda tras ronda. Sin embargo, pocos son tan desafiantes y violentos como lo es Killing Floor y en un futuro cercano los científicos chiflados de Tripwire soltarán en el mundo la nueva entrega de la franquicia, conocida simplemente como Killing Floor 3.

Por si alguien no lo sabe: Killing Floor 3 es el modo Zombies de Call of Duty... pero a lo bestia. El juego va de formar tu equipo, equiparlo con una variedad de trampas y armas y usar dicho equipamiento para sobrevivir a olas y olas de horripilantes pesadillas biológicas. No faltan los monstruos más tradicionales, carne de cañón, pero también hay un bufé de pesadillas con elementos tecnológicos que acabarán con cualquier estrategia que tú y tu equipo estuvierais tratando de implementar. Aunque, bueno, eso quizás era que yo me estuviese pasando de listo al asumir que la estrategia hubiese funcionado en algún momento, porque vistos los estándares brutales de los Killing Floor, lo más probable es que a los dos minutos ya fuese una causa perdida.

Killing Floor 3 no pierde ni un segundo en mostrarte exactamente ante qué serie de videojuegos estás. Eso no es Zombies ni es Horde, en los que puedes mantener una posición o provocar a los enemigos para que se muevan hacia lugares específicos y hagan lo que tú quieres porque sus acciones son perfectamente predecibles. Tampoco es World War Z, en el que los enemigos te atosigan con sus números, pero a la hora de la verdad tienen la consistencia del papel mojado. Los Zeds de Killing Floor 3 están verdaderamente diseñados para matar y eso significa que pueden trepar por las paredes, atacar desde cualquier ángulo y aparecer en grupos lo bastante grandes como para que atravesar pasillos se vuelva un desafío tremebundo.

La gente de Tripwire sigue queriendo que te diviertas acabando con todos esos monstruos, así que tienes un montón de maneras de hacerlos pedacitos. El juego tiene una multitud de clases, cada una con sus características propias, pero no es un sistema rígido, de modo que puedes usar objetos y elementos de varias clases a un tiempo sin que afecte excesivamente al juego. Si te has cansado de usar una escopeta tras unas rondas y te apetece más probar cómo te va con una metralleta, puedes usar tus créditos y cambiar tu arma sin ningún problema. También puedes armas con añadidos que mejoran tu precisión, munición incendiaria, munición AP, balas más lentas (pero con mayor capacidad de daño), cargadores más grandes, mirillas distintas, y otras cosas. Si existe, lo más probable es que puedas encontrar un arma que lo incluya.

Al combinar esto con trampas diseñadas para ralentizar o directamente destrozar a los Zeds, ya sea trampas eléctricas con las que darles una descarga o minas explosivas; y con formas de interactuar con el entorno para usarlo en tu favor (por ejemplo, activando ventiladores o reactivando torretas), Killing Floor 3 tiene todas las piezas en su lugar para que te lo pases de miedo acabando con hordas de zombis.

¿Pero para qué serviría todo esto si jugar a Killing Floor 3 simplemente se sintiese difícil e insatisfactorio? Tras la pequeña prueba que pude tener en la Gamescom, puedo decir con total confianza que el equipo de Tripwire ha hecho maravillas con el sistema de control, fluido y que responde perfectamente. Puedes saltar y encaramarte a obstáculos, deslizarte, combatir cuerpo a cuerpo para hacer retroceder a enemigos, todo ello además de disparar mientras corres, con un sistema que quiere que te muevas y te penaliza si te pasas demasiado tiempo viendo cada disparo por la mirilla. Lo que no quiere decir que no debas pasar ningún tiempo viendo por tu mirilla, eso sí. Los Zeds presentan estructuras anatómicas realistas, así que la forma más rápida de acabar con un enemigo es apuntar a sus puntos débiles lo que, en general, es más bien difícil. Cuando estás intentando disparar a un zombi entre ceja y ceja es cuando te das cuenta de lo difícil que se puede poner la cosa cuando hay un centenar yendo a por ti al mismo tiempo.

Aunque solo pude ver un poquito de lo que nos ofrecerá Killing Floor 3 con su experiencia completa, lo que vi me ilusionó. El sistema de juego base y el loop parecen haber llegado a un nivel de refinamiento que permite entretenerse sin pausa en un juego tan emocionante como demandante. Tripwire todavía no ha dado una fecha de salida para Killing Floor 3, pero salga cuando salga, tendréis garantizada una experiencia intensa, violenta y llena de vísceras ya sea que juguéis en solitario o con un equipo.