Análisis de Infamous: First Light

Contenido adicional sí o no, el eterno debate. Parece que nunca vayamos a ponernos de acuerdo sobre ello. Y es que la industria tampoco lo pone fácil, ofreciendo tanto reinvenciones maestras como expansiones de muy, muy dudosa justificación. Si hubiese un manual de requisitos del DLC, supongo que los puntos clave a cumplir deberían ser tres. Ofrecer una experiencia distinta respecto al contenido original, hacer que, como mínimo, el jugador disponga de los mismos recursos y, por último, presentar un relato que enriquezca la historia principal o, en su defecto, una historia paralela autoconclusiva. Pues bien, First Light falla en cada uno de ellos.

Pongámonos en situación. Sucker Punch nos pone a los mandos de Fetch, una conductora que conocemos en el notable Second Son durante una etapa más temprana de su juventud. Ha pasado mucho desde entonces. Fetch y Brent, su hermano, llevan una vida marcada por la drogadicción y el rechazo. Brent es el único capaz de contener los poderes de Fetch; sin él se descontrola. Ya os podéis imaginar por dónde van los tiros y, a decir verdad, la premisa inicial pinta bastante bien. El problema está en la ejecución.

La historia se nos presenta a modo de flashback continuo, explicando cómo hemos llegado hasta donde estamos. Cada parón en la trama, que representa una vuelta al presente, se justifica con la presentación de un nuevo poder que hasta ahora Fetch había preferido ocultar. Lo malo, es que la toma de contacto con cada habilidad extra se experimenta a modo de tutorial. Luchando contra hologramas, encerrados en un recinto de pruebas, lejos de la Seattle que queremos ver brillar con nuestros poderes. En resumen, la historia sufre constantes bajadas de ritmo y los nuevos poderes carecen de la espectacularidad que podrían tener en su presentación.

Es inevitable ver como Fetch es una heroína desaprovechada. Para empezar, su apariencia no se rige por los tristes cánones que solemos ver en el medio, basados en chicas ligeras de ropa o excesivamente sugerentes sin ninguna justificación. Fetch es una chica normal que sufre la suerte de tener unos superpoderes que la han llevado a la drogadicción y el nomadismo. Ahí hay mucho jugo, por lo que es una lástima que apenas se ahonde en ese aspecto. La protagonista tiende a la torpeza, a verse envuelta en peligrosas situaciones que canta a la legua que ocurrirán. Lo cierto es que First Light despliega un guión muy predecible.

Por otro lado está el árbol de desarrollo. Podemos mejorar todos los poderes desde el minuto uno (excepto los que se van desbloqueando con la trama). Pero al final, el abanico total de recursos queda lejos de lo que podemos hacer con Delsin. A diferencia de él, Fetch sólo sabe usar el neón. Pero lo peor es que aunque os vayáis desviando del camino principal en busca de SP que os permitan mejorar vuestras habilidades, lo más probable es que terminéis la historia con la mayoría de poderes a medio desarrollo, con la sensación de haber visto la mitad del espectáculo.

First Light tiene más sentido como prólogo de Second Son que como contenido adicional. No cumple con los requisitos que hemos mencionado. Lo máximo que tiene de experiencia distinta es el controlar a otro protagonista. Las misiones suelen basarse en la misma mecánica de ir de A a B vista con Delsin. Sólo podemos destacar el añadido de los arcos de neón desplegados por Seattle que facilitan el desplazamiento rápido propulsándonos. Sucker Punch no nos ofrece los mismos recursos que tenemos en Second Son, y en el caso de Fetch disponemos de un abanico de habilidades mucho menor. Por último, la historia, ni enriquece especialmente la de Delsin ni nos deja un final que satisfaga.

A continuación, casi dos horas de gameplay de Infamous: First Light desde el principio: