Japansoft: Una Historia Oral es una joya absoluta para cualquiera que tenga el más mínimo interés en los videojuegos, especialmente para aquellos fascinados por los primeros días de la industria japonesa del videojuego. Recopilado por Matt Alt y editado por Kurt Kalata, este libro presenta las voces de desarrolladores, diseñadores y creadores que dieron forma a los icónicos juegos japoneses que dominaron la industria en los años 80 y 90. Aquí no hay una árida lección de historia. En lugar de eso, es una colección de historias personales, repletas de conocimientos y anécdotas que ofrecen una mirada poco común tras el telón del desarrollo de juegos en una época en la que la industria aún estaba en su adolescencia.
Para contextualizar, Japansoft está estructurado como una historia oral, lo que significa que es una serie de entrevistas, crudas, conversacionales y profundamente personales. Es una elección brillante porque da a los propios desarrolladores la oportunidad de contar sus historias sin filtros. Lo que llama inmediatamente la atención es la gran variedad de voces. Tienes a pesos pesados como Shigeru Miyamoto, Koichi Nakamura y Yu Suzuki hablando de sus experiencias. Pero no se trata sólo de figuras conocidas; también hay muchos pioneros menos conocidos. Esto ayuda a pintar un cuadro más amplio de todo el ecosistema que permitió a Japón ocupar un lugar central en la escena mundial de los videojuegos.
El libro abarca una amplia gama de temas. Profundiza en los retos técnicos a los que se enfrentaron estos desarrolladores, los riesgos creativos que asumieron y los momentos de pura suerte que condujeron a la creación de algunos de los juegos más queridos del mundo. También se habla mucho del aspecto empresarial: cómo funcionaban las empresas de juegos, las relaciones con los fabricantes de hardware y lo diferente que era el enfoque japonés de los juegos en comparación con el occidental de la época. El libro tampoco endulza las dificultades; habla de la presión, las largas horas de trabajo y la naturaleza a veces caótica del negocio.
Si alguna vez has jugado a un juego clásico japonés y te has preguntado: "¿Cómo se les ha ocurrido esto?", Japansoft te lo ofrece con creces. Una de las partes más atractivas del libro es escuchar a los desarrolladores reflexionar sobre su propio trabajo. Los segmentos de Shigeru Miyamoto son, como era de esperar, fascinantes. Profundiza en el proceso creativo de Super Mario y The Legend of Zelda de una forma que resulta nostálgica y reveladora a la vez. No es solo una lección de historia, sino que te da una idea genuina de la pasión de este hombre y de cómo pensó con originalidad para crear estos títulos revolucionarios.
Las reflexiones de Koichi Nakamura sobre Dragon Quest son otro punto culminante. La serie fue un fenómeno cultural masivo en Japón y desempeñó un gran papel en la popularización de los juegos de rol. Nakamura habla de cómo se plantearon hacer los juegos de rol más accesibles a un público más amplio, que es una mentalidad que aún se percibe en el diseño de los juegos modernos.
Las ideas de los desarrolladores de hardware son igualmente convincentes. Por ejemplo, hay grandes comentarios sobre la creación de la Famicom (NES). Las historias sobre cómo sus limitaciones técnicas fomentaron en realidad la creatividad entre los desarrolladores de juegos son un tema recurrente en todo el libro. Subyace el mensaje de que las limitaciones -ya sean de hardware, presupuesto o plazos- a menudo dieron lugar a algunas de las innovaciones más emblemáticas de los juegos.
A primera vista, Japansoft es un libro sencillo: no hay imágenes extravagantes ni diseños elaborados. En su lugar, las entrevistas ocupan el centro del escenario. Hay algo encantador en este enfoque directo. Está muy en consonancia con el espíritu de los juegos que trata: clásico, centrado y sin adornos innecesarios. El libro no intenta deslumbrarte con su aspecto; deja que las historias hablen por sí solas, y es una decisión inteligente.
Dicho esto, la falta de un amplio contenido visual puede ser un inconveniente para algunos. Aunque hay algunas fotos e ilustraciones dispersas, son relativamente escasas. Dada la temática, no pude evitar desear más imágenes de las consolas de la vieja escuela, ilustraciones originales o imágenes de los desarrolladores trabajando entre bastidores. Un poco más de estilo visual habría mejorado mucho la experiencia.
Uno de los mayores puntos fuertes de Japansoft es su accesibilidad. No necesitas ser un historiador de los videojuegos para disfrutar de este libro. Las entrevistas están llenas de jerga técnica, sin duda, pero también están salpicadas de historias humanas. Muchos de los desarrolladores hablan con franqueza sobre sus vidas, sus luchas y la imprevisibilidad de la industria del videojuego. Da la sensación de que estos pioneros simplemente hacían lo que les gustaba, a menudo sin saber que estaban creando algo que dejaría un impacto duradero en el mundo.
Al mismo tiempo, si eres un historiador empedernido de los videojuegos, hay mucho en lo que hincar el diente. El libro profundiza en los detalles del desarrollo de juegos. Hay debates sobre los retos de codificación, el equilibrio de los juegos y las filosofías de diseño que parecen un tesoro para cualquiera que se haya preguntado alguna vez cómo se produce la magia. Si eres un desarrollador de juegos o alguien que estudia diseño de juegos, probablemente te llevarás un montón de nuevas ideas e inspiración.
Aunque Japansoft es innegablemente rico en contenido, no está exento de defectos. En primer lugar, el libro presupone un cierto nivel de conocimientos. Si eres completamente nuevo en la historia de los videojuegos japoneses, es posible que tengas que buscar en Google nombres o juegos para comprender algunas de las referencias. Un glosario o un poco más de contexto para cada desarrollador podrían haber ayudado a que el libro fuera más fácil de leer para los recién llegados.
Otra pequeña queja es que el libro no cubre tantos desarrollos modernos. Se centra mucho en la edad de oro de los juegos japoneses, pero te quedarás con ganas de conocer mejor la transición de la era 2D a la 3D, o cómo la industria está lidiando con el auge de los juegos para móviles en Japón. Algunas entrevistas tocan estos temas, pero no están tan desarrolladas como en los primeros años.
Japansoft: An Oral History es una lectura obligada para cualquier aficionado a los videojuegos clásicos japoneses. Es una carta de amor a los pioneros que crearon los juegos con los que crecimos, ofreciendo una visión sincera y a menudo humorística de cómo cobraron vida estos iconos culturales. Aunque puede que no tenga el atractivo visual que algunos lectores podrían esperar, la profundidad y autenticidad de las historias hacen que merezca la pena cada página. Tanto si eres un viejo aficionado como si acabas de empezar a explorar el mundo de los juegos japoneses, este libro te dejará con un nuevo aprecio por la creatividad y la pasión que hay detrás de tus juegos favoritos.