Análisis de John Wick Hex

John Wick empezó a coger fama cuando se estrenó la primera película con Keanu Reeves, en 2014. La franquicia ha ido creciendo desde entonces por la brutalidad de sus peleas y tiroteos, rodadas en secuencias con registro propio. Lo siguiente era dar el salto a los videojuegos, y así lo hace con John Wick Hex. Aunque no es lo habitual, es un juego de autor con el sello de Bithell Games.

Cuenta una historia distinta de las del cine en la que Wick tiene que salvar al gerente y a la recepcionista del Continental, Winston y Charon, secuestrados por un capo criminal llamado Hex. Lo curioso es que esto se traduce en una especie de juego de ajedrez en formato de acción estratégica. Como utiliza la licencia está repleto de guiños a lo que ya conocemos, e incluso usa la imagen de Reeves. No así su voz, aunque cuenta con las actuaciones de Ian McShane y Lance Reddick.

Decíamos que es un juego de acción estratégica, pero se inclina más por el último. Se parece un poco a un RTS y cada decisión que se toma es vital para poder completar una fase. Antes de nada hay que escoger entre dos niveles de dificultad: uno normal para que cualquiera pueda jugar y otro bestial en el que solo tienes unos segundos para escoger qué hacer.

Si piensas que algo así debe ser combate por turnos, pues no. Lo que hace que John Wick Hex sea una fusión de géneros única es que se carga el concepto y lo sustituye por un sistema en el que cada acción requiere consume un tiempo, y mientras tanto los enemigos pueden mover o ejecutar sus acciones contra ti. De ahí que cada decisión que tomes tenga algo de espontáneo y no tan planificado, y que los niveles se acaben en cuestión de segundos y no en cientos de turnos. ¿Entendéis ahora por qué el modo difícil lo es tanto?

En estos instantes, este hombre del saco particular puede deshacerse de sus enemigos cuerpo a cuerpo o con sus armas. Disparar, pegar y hasta moverse consume parte de ese tiempo y, automáticamente, tiene efecto en los enemigos así que no queda otra que pensar bien y rápido cuando te metes en faena. Por ejemplo, en una secuencia de combate contra dos tipos con armas y un tercero que te viene a pegar directamente puedes escoger ir primero contra uno armado mientras el tercero se va acercando, tratar de cargarte a eso mientras buscas cobertura y acabar con el tercero desde ahí. Ello también se rigen por el mismo sistema así que puedes interferir en sus actos.

Una vez que entiendes el sistema hay que ponerle los puntos. Uno son los tipos de armas y con qué tiempos se mueve cada una porque, por ejemplo, disparas mucho más rápido con una pistola que con una escopeta. También está el riesgo, no exponer a tu personaje y la cantidad de salud que tenga. Además, hay un sistema de concentración que funciona como una barra de resistencia y marca las habilidades que puede utilizar antes de recargarse. Esto limita, por ejemplo, a no poder enfrentarse cuerpo a cuerpo con muchos enemigos de forma seguida, y puede que en el momento de la recarga te den caza.

Además de hacerte pensar sobre la marca, John Wick Hex viene con una pequeña fase de planificación al comienzo de cada capítulo en la que escoger las habilidades equipadas en función de las monedas acumuladas. No solo hay que elegir alguna de las costosísimas mejoras, también hay que colocar armas y curación por el escenario en los puntos en los que te vayan a hacer falta. Y como no lo conoces de antemano ni sabes lo que te vas a encontrar, hay que tener buen criterio.

Bithell Games se ha trabajado bastante el diseño de enemigos para lograr que la monotonía no pueda destruya la partida. Hay mucha diferencia entre atributos y comportamiento durante las primeras fases y durante las últimas. Sobre todo en la cantidad de vida, lo que obliga a plantear con cuidado las batallas. En la mayoría de los capítulos también hay jefes contra los que sirven de poco los puñetazos y patadas excepto para dejarles temporalmente KO y aprovechar el momento para coserles a balazos. Estas batallas son duras y muy intensas, porque no están solos, sino que van acompañados de sus esbirros.

La parte estratégica depende simbólicamente de las probabilidades y como tal se juega, como si estuvieras ante un Xcom o similar. Ya sabemos que de vez en cuando habrá que tomar alguna decisión con un 90% de confianza a tu favor, no será así y acabes con un game over con sabor a injusticia. Para solucionarlo, John Wick Hex ofrece un sistema de replay brillante, porque no solo puedes ir atrás, es que te deja revisar toda la partida y escoger el momento en el que saltar para rehacerlo a tiempo real. No veas la cantidad de tiempo que se gana. Y pega fenomenalmente bien con esas secuencias de cámara 'gun-fu' por las que se han hecho famosas sus películas.

Y para terminar, esa fantástica presentación con un estilo artístico a lo cómic. Al pensar en una licencia de Hollywood como esta cualquier esperaría unos gráficos realistas poligonales y punteros a lo Call of Duty o Battlefield, pero Bithell Games, que no tiene presupuesto ni equipo para eso, ha optado por una conversión que gana en originalidad y captura su mundo oscuro a la perfección, tanto en las escenas de vídeo como durante el propio gameplay. También nos ha gustado que lo hace mucho menos gore y sangriento y, por tanto, más digerible que las películas.

En conjunto, John Wick Hex es una adaptación brillante de una franquicia de acción que está en un momento dulce. La combinación de acción y estrategia consiguen un gameplay técnico y al mismo tiempo rápido con el que no pierdes nunca el hilo. Todo, sobre una historia que nos devuelve al personaje a la vida a su manera. Puede que haya algún susto que otro, pero es una dificultad que se disfruta y por eso lo hemos pasado tan bien jugándolo.