Lo que L.A. Noire ha hecho mejor que casi cualquier otro juego este año es conseguir la sensación de autenticidad en toda su amplia escala. La atención al detalle ha dado lugar a un convincente estilo estético, ayudado por un diálogo admirablemente cuidado que, a su vez, ha sostenido excelentemente el ritmo de la trama. Por supuesto, había una sección de juego repetitiva aquí y allá, pero no importaba, porque la trama lo hilaba todo a la perfección. Los personajes han resultado convincentes y genuinos, y la historia emocionante e impredecible. Todo esto en conjunto ha conformado un thriller policíaco inolvidable.