Respecto a la mayoría de casos en que los títulos de estrategia en tiempo real suelen ser lentos y medidos, From Dust tiene una velocidad de ejecución casi estelar; se crean las trincheras de arena para detener el avance de la marea como un niño monta sus murallas en la playa, cubo y pala en mano. La analogía no está tan lejos de la realidad: se crean puentes, barreras y más para desviar los cursos del agua. Ubisoft ha logrado convertir en videojuego un pasatiempo infantil, casi permitiéndonos deslizar la arena y el barro entre los dedos. Pero quizás es una visión exagerada: From Dust es un juego tipo Dios en el que jugar con la naturaleza, filtrado a través de lo que parece una demostración técnica, pero todo con una tranquilidad que lo asemeja a un primo lejano de Harvest Moon. Peter Molyneux estaría orgulloso de él.